El presidente del PP inauguró este lunes el ciclo electoral de Fórum Europa con un desayuno informativo en el que fue elogiado por no utilizar papeles para su discurso. Cuando Pablo Casado abordó el tema del 8M, por este viernes, cuando hay convocadas manifestaciones en apoyo a las mujeres, pidió que esta semana no se haga demagogia.

Si bien, el tiró de demagogia en su intervención, sobre este asunto y sobre otros, con expresiones como ésta: “Cada mujer es diferente y única, al igual que cada hombre es diferente y único. Estoy en contra de colectivizar. Un partido liberal es un partido que pone a la mujer, o al hombre, a la persona, en el centro de su actuación. En el tema de la mujer, nosotros no nos escondemos. Nosotros no jugamos con las cuotas, porque la primera comisaria europea fue una mujer del PP, la primera presidenta del Senado fue una mujer del PP, la primera presidenta del Congreso fue una mujer del PP”. Asimismo, alegó que es peligroso mantener un discurso de enfrentamiento. Destacó que el reto de todos es acabar contra la lacra de la violencia contra las mujeres. El PP es “el partido que plantea tolerancia cero contra la violencia contra las mujeres”.

Casado habló “del día de la mujer, de la oportunidad real de igualdades, en positivo”. Reclamó que haya “un pacto de Estado para acabar con la brecha salarial en España”. E insistió en que en la etapa de José María Aznar se creó “tres veces más empleo femenino que en las anteriores legislaturas” y que en la de Mariano Rajoy recuperaron “los empleos femeninos perdidos” en la de José Luis Rodríguez Zapatero.

Insiste en la demagogia

La Real Academia Española define demagogia como “práctica política consistente en ganarse con halagos el favor popular” y como “la degeneración de la democracia, consistente en que los políticos, mediante concesiones y halagos a los sentimientos elementales de los ciudadanos, tratan de conseguir o mantener el poder”. Casado se presentó como el salvador de España con su decálogo de medidas. Si él gobierna en España, aseguró que ningún español podrá ser multado si no se le notifica en castellano. De esta manera, planteó que la lengua vehicular en toda la Administración sea el castellano, “sin detrimento de las otras lenguas cooficiales” y a un sentimiento de una parte de los españoles. Respecto a la cohesión territorial, puntualizó que “no podemos hacer que haya autonomías que malversen el sistema”. Propuso una moratoria de transferencias para que se puedan auditar a las autonomías. “El Estado tiene que velar para que las transferencias se administren de manera lógica”, dijo.

De la pasada movilización de Colón, en la que se hizo la foto con Albert Rivera y con Santiago Abascal, aseguró que consiguieron que el Gobierno de Pedro Sánchez tirase la toalla. Aseveró que en su campaña se hablará en positivo porque quiere ser “presidente de todos los españoles”, le voten o no, “para reformar España cuanto antes, no para hacer uso de poder”. Una vez más, tiró de demagogia: “Tenemos claro que tenemos que volver a rescatar España de una posible recesión económica”.

Del mismo modo, mostró su voluntad de extender las desgravaciones de las pensiones a todos los planes de ahorro y lograr lo que denominó “blindaje fiscal al ahorro”. Consideró que es una de las medidas más profundas para poder apostar por el ahorro privado del país. Desea garantizar el sistema público de pensiones, pero apostando por el ahorro privado.

En lo que a seguridad se refiere, expuso su propuesta de Ley anti okupación, para que la vivienda ocupada no pueda ser domicilio y para facilitar la labor de las fuerzas de seguridad del Estado para que la desocupación sea rápida. “La seguridad también pasa por una inmigración legal vinculada al mercado laboral. Ha habido un efecto llamada claro que lo pagan los inmigrantes”, declaró. Señaló que hay que cooperar con los países en origen para que los mejores que quieran venir a trabajar lo puedan hacer con seguridad.

Por otro lado, comentó que le ha dado “vergüenza” cómo, de acuerdo con sus palabras, el Gobierno español estaba ausente en el asunto de Venezuela. Juzgó que será seguramente por los “prejuicios ideológicos” de una izquierda que piensa que una dictadura de izquierdas es mejor que una de derechas. “El PP tiene que volver a liderar el regreso a la esfera internacional. Y sobre todo tenemos que recuperar nuestra presencia en Iberoamérica. Me comprometo a que España vuelva a sentarse en la Mesa de las Naciones”, pronunció. También a que España lidere los retos de la globalización y a convertir nuestro país, en referencia a la revolución digital, “en la California de Europa”. Del cambio climático, coincidiendo con un clima en España que poco tiene que ver con el mes de marzo, indicó que son “un partido no negacionista, pero tampoco catastrofista”, obviando cuando Rajoy restaba importancia a este fenómeno. Sentenció que hay que tomárselo en serio, aunque sin ir en contra de sectores como el del automóvil: “Cambio climático, pero de forma ordenada”.

Contra los decretos sociales

Le preguntaron por la ralentización de la economía. Casado se cuestionó entonces, con cierto tono demagógico, que “cómo es posible que ante un momento de ralentización económica se planteen unos presupuestos comunistas con subida de impuestos”. Advirtió de que los inversores, por la inestabilidad política, por las propuestas macroeconómicas, por el déficit y por las expectativas de que la economía empeore, penalizan a la economía española. “Nos comprometemos a que la deuda se tenga que ir reduciendo y a prepararnos ante una posible subida de tipos de interés”, prometió. Lamentó que la izquierda esté “amenazando con derogar la reforma laboral”. Avisó de que “o cambia el Gobierno o nos cambian el país, o cambia el Gobierno en abril o se marcha la economía”.

Acto seguido, denunció que el Gobierno “mete la mano a todos los españoles para hacer campaña electoral”. “Encima tienen la desfachatez de ponerle un eslogan: viernes sociales. Para proponer cosas que no pueden aprobar ni pagar”, criticó. Subrayó que “TVE se ha convertido en el NODO del Gobierno de Sánchez” y que “hay una guerra sucia declarada por parte de Moncloa”.

Apeló al voto útil, sin decir que lo hacía. Explicó que la Ley D'Hondt “penaliza el voto a formaciones nuevas” y que esos votos van a parar muchas veces al PSOE o a Podemos. Intentó pescar en el caladero de VOX y Ciudadanos, ser el representante del centro derecha. Además, remarcó que “muchas veces lo que piden VOX y Ciudadanos es lo mismo”. Su baremo para pactar es que los otros partidos estén “dentro de la Constitución”. Su diagnóstico es que Podemos no lo está y el PSOE de facto tampoco. “Los candidatos del PP al Senado serán los senadores de la Constitución”, anunció Pedirán el 155. “A mí me gusta la Constitución entera. Nunca he entendido la demonización del 155. Este artículo está para cumplirse. Lo que dice es que, cuando una autonomía socava el orden establecido, hay un mecanismo para recuperar la normalidad. El 155 es requerimiento de cumplimiento de la Constitución”, precisó. Terminó con otras expresiones cargadas de demagogia: “En estos meses, se ha estado negociando el desfalco de soberanía a los españoles” y, “con la aplicación del 155 de nuestro Gobierno [el del PP], se detuvo la salida de empresas de Cataluña”.