Una vez más llueven las críticas sobre Manuela Carmena por una decisión que afecta a la cabalgata de reyes de Madrid. Los mismos que vieron casi como un ‘sacrilegio’ que Carmena apoyara que mujeres participaran en este festejo en diferentes distritos de la capital, como es el caso de Ciudad Lineal, ahora no ven con buenos ojos que elimine las gradas para que los más privilegiados vean las carrozas.

Este año no habrá VIPS. En su lugar habrá más gradas para todos los madrileños, sin importar dónde trabajen sus familiares o lo conocidos que sean, y una zona reservada para discapacitados.

Con Alberto Ruiz-Gallardón como alcalde de Madrid, la Plaza de Cibeles se llenaba de sillas, concretamente 1.800, para que los hijos y familiares de los altos cargos públicos, personalidades y famosos disfrutaran de la cabalgata sin tener que estar de pie y con unas vistas perfectas. Cada año eran invitados según el protocolo del Ayuntamiento.

Lo que desde el Ayuntamiento se define como una medida para igualar a todos los madrileños y facilitar la accesibilidad a los discapacitados, para algunos se ha convertido en la ruptura de una tradición por parte de Carmena. Una tradición que impuso Gallardón y que Ana Botella no dudó en apoyar cuando llegó al Consistorio.


"La cabalgata está abierta a todo el público y esa zona donde los famosos podían verla sentados y sin necesidad de guardar colas como el resto de madrileños, se ha destinado a instalar más gradas para los madrileños y se ha reservado una zona para discapacitados a los que se les ha repartido invitaciones", explican desde el Ayuntamiento.

Las gradas seguirán existiendo pero ahora, quien quiera ver las carrozas sentado y sin pelear por colocar la ya famosa escalera de pintor, tendrá que hacer cola.