Joe Biden se ha desatado en este último año, con la reelección en el horizonte -aún lejano-. El presidente de Estados Unidos se despachó a gusto contra su homólogo israelí, Benjamin Netanyahu, hace unas semanas. Eso sí, lo hizo a título privado, entre su círculo más íntimo. Lo cual no impidió que se filtrara después a las principales cabeceras americanas. Esta vez, no se ha mordido la lengua al pronunciar, durante una recaudación de fondos para su campaña, que el cambio climático es la mayor amenaza para el mundo a pesar del “loco hijo de puta” de Vladimir Putin.

El presidente de los Estados Unidos de América nunca se ha cortado para expresar lo que piensa de su homólogo ruso. En el pasado, Biden ya lanzó una serie de comentarios salidos de tono contra Vladimir Putin, especialmente tras la invasión de Ucrania. En esos momentos, se refirió al presidente de Rusia como “matón”, “carnicero” o “dictador asesino”. Colección de calificativos a los que, desde ayer, suma uno más.

Biden, en el ojo del huracán mediático a tenor de su reciente proceso por posesión de archivos clasificados y sus constantes lapsus de memoria, participó en un acto de recaudación de fondos en la ciudad de San Francisco. Desde ahí, el presidente de Estados Unidos situó el cambio climático como principal amenaza para todo el mundo, a excepción de los desafíos nucleares del “loco hijo de puta” de Vladimir Putin.

Unas declaraciones que se enmarcan después de que la Inteligencia estadounidense advirtiese de la intención de Rusia de desplegar armas nucleares en el espacio. “Esta es la última amenaza existencial, es el clima. Tenemos un loco ‘SOB’ (acrónimo de son of a bitch, hijo de puta en inglés) como ese tipo, Putin, y otros, y siempre tenemos que preocuparnos por los conflictos nucleares, pero la amenaza existencial para la humanidad es el clima”, expresó Biden en el acto de recaudación de fondos.

Y es que la pasada semana, el presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Turner, advirtió de una creciente amenaza a la seguridad nacional. No especificó cuál. No desgranó absolutamente nada. Sin embargo, la cadena ABC, citando a fuentes de Inteligencia, aseguró que el Kremlin planeaba un despliegue de armas nucleares en el espacio.

A tenor de estas informaciones, el presidente Biden y otras autoridades de la Administración demócrata, revelaron el supuesto programa espacial ruso. Además, aseguraron que uno de sus objetivos pasaría por dañar satélites. No obstante, admitieron que no contaban con pruebas suficientes que atestiguaran que Rusia tenía intención de seguir adelante con su plan.

De Putin a Netanyahu

Nada tienen que ver ambos. De hecho, el segundo, al contrario que el presidente de Rusia, es aliado de Estados Unidos. Sin embargo, y a pesar de los años de estrecha amistad entre Biden y Netanyahu, el presidente norteamericano ya ha mostrado síntomas de desgaste con su colega. Hasta el punto de, tal y como reveló la cadena estadounidense NBC, asegurar a su círculo más íntimo que el primer ministro israelí “le hace pasar un infierno” cada vez que pone sobre la mesa la posibilidad de iniciar una tregua en la Franja de Gaza o le propone retoques tácticos en su lucha contra Hamás.

Pero no sólo se queda en nimias diferencias estratégicas, sino que el desgaste de Biden es más profundo. A medida que se acrecienta el conflicto con Palestina, el presidente de Estados Unidos muestra más hartazgo hacia su colega israelí. Incluso ha llegado a calificarle como asshole (imbécil o gilipollas en inglés). El máximo mandatario estadounidense se lo hizo saber en una fotografía de ambos tomada varias décadas atrás: “Bibi, te quiero, pero no estoy de acuerdo con nada de lo que dices”.

Ambos comparten el objetivo de “acabar con Hamás” con el fin de evitar una “nueva matanza como la del 7 de octubre”. No obstante, les separa la forma y el calendario, además del día después en Gaza y en el conflicto con Palestina. Estados Unidos no ha modulado su postura a pesar de las discrepancias con Jerusalén. Sin embargo, Biden ya no esconde su sentimiento de impaciencia tras 131 días de guerra, tal y como desveló The Washington Post, que aseguraba que tanto el demócrata como sus aliados están más cerca de romper con el premier israelí.

Según estas informaciones, en la Casa Blanca han dejado de ver a Netanyahu como un “interlocutor productivo” al que poder influir en el ámbito privado. Varios asesores del presidente Biden le han aconsejado que públicamente se muestre más contundente con su homólogo israelí. Hubo ya un síntoma en este sentido, cuando el propio Biden, uno de los mandatarios más cercanos a Israel en la historia del país, calificó la réplica militar de sus aliados contra Hamás como “exagerada”.