El PP ha organizado este viernes unas jornadas en el Congreso de los Diputados para posicionarse en contra de la Ley Trans con la intervención de supuestos “expertos”, entre los que no se encontraba ninguno en identidad de género ni ninguna persona que se identificara como trans pese a que la Organización Mundial de la Salud (OMS) dejó de considerar la identidad de género de las personas trans como un trastorno mental hace cuatro años, en 2018.

Mientras la Ley Trans continúa su trámite parlamentario después de ser aprobada este lunes en la Comisión de Igualdad del Congreso de los Diputados, cuatro días después el PP ha organizado unas jornadas contra ella. Avalada así por la mayoría parlamentaria antes de llegar al pleno de la Cámara Baja para su confirmación y derivación al Senado, la formación dirigida por Alberto Núñez Feijóo ha incrementado este viernes su ofensiva contra la norma impulsada por el ministerio dirigido por Irene Montero.

La mayoría de las intervenciones de este acto ha contado con profesionales de la medicina, como psiquiatras o endocrinólogas, y académicos de la psicología y la filosofía, pero entre ellas no se encuentra ni una sola persona que se identifique como transgénero, lo que demuestra una negación e invisibilización del derecho a la identidad de género de este colectivo.

En presencia de otros rostros de su partido como Marimar Blanco, diputada en la Asamblea de Madrid; la presidenta de Nuevas Generaciones, Bea Fanjul; el senador Jaime de los Santos​​​​​; la vicepresidenta segunda del Congreso de los Diputados, Ana Pastor; o Cayetana Álvarez de Toledo, parlamentaria y exportavoz en la misma cámara de las Cortes Generales, la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, ha realizado la presentación de este acto en el propio Congreso de los Diputados. En la misma sede de la soberanía popular, el PP ha dado vía libre para que allí se viertan este tipo de ataques contra los derechos del colectivo trans y, de igual manera, contra la norma denominada oficialmente Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI.

Discriminación contra las personas trans

Durante todas sus intervenciones, los invitados del PP a estas jornadas han insistido en posicionarse contra los derechos del colectivo trans, como el del psiquiatra del Hospital Gregorio Marañón Celso Arango. El médico ha tratado como enfermas a las personas trans, centrando su ataque contra la identidad de género de los hombres de este colectivo, a quienes ha definido como “chicas con trastorno mental”, como los “depresivos”, o incluso que incluso “ha sufrido abuso sexual”.

Pero no solo él, sino que las siguientes intervenciones también han estado repletas de discriminación contra las personas trans. Según Amparo Domingo, representante en España de la organización autodenominada feminista contra los derechos de las personas trans Women’s Declaration International, este colectivo está “colonizando las aplicaciones de citas” y ha confundido la identidad sexual con la de género: “Están llenas de hombres que dicen ser lesbianas, aunque mantienen íntegros sus genitales masculinos”.

Además, la misma ponente ha explicado que en los países árabes “se mutila el clítoris”, parte del cuerpo de lo que llama “hembras de la especie humana”, aunque sin mencionar en cambio la extrema vulneración de derechos que también sufre la población LGTBIQ+ en la mayor parte de esos territorios. Por su lado, Marta Oliva, portavoz de AMANDA, una asociación contra los derechos de las personas trans menores de edad, ha vinculado a este colectivo con “problemas de salud mental” como “depresión, ansiedad anorexia o trastornos obsesivo-compulsivos”.

Según esta oradora en las jornadas del PP contra la Ley Trans, la identidad de género tiene que ver también con “experiencias traumáticas previas como el bullying”. “Nuestros hijos nos dijeron de un día para otro ‘soy trans’ copiando una carta que encontraron en Internet”, ha denunciado Oliva con su anécdota y ha añadido alguna más con ataques contra los derechos de este colectivo, como que algunos niños piensan que “es muy cool tener en la pandilla a alguien que se denomina como trans” o que “en muchos casos la hija usa otro nombre en el centro escolar sin que los padres hayan sido informados”.

Los ponentes del PP, contra la Ley Trans

Otro de los ataques a las personas trans, incluidas las menores de edad, ha llegado de la mano de otras ponentes, como Silvia Carrasco, profesora de Antropología Social y presidenta de una organización que se declara feminista. “Es un delirio. La infancia trans no existe”, ha proferido la docente, negando con ello la identidad de género de las personas menores de edad que pertenecen a este colectivo.

Por su parte, Cruz Torrijos, psicóloga y miembro de otra asociación que dice estar vinculada al movimiento feminista, ha vuelto a poner en entredicho los derechos de las personas trans comparándolos con una doctrina religiosa y poniendo como excusa a los menores de edad, quienes, según deja entrever, no tienen derecho a ver reconocida su identidad de género: “Lo que nos traen es comulgar con un credo: la identidad de género. Vamos a dejar a la infancia en paz”. El catedrático de Derecho Público y Filosofía Política Pablo de Lora también ha aprovechado este acto del PP para tildar la Ley Trans de “bomba de relojería” por su “irracionalidad” e “injusticia”.

Además, algunas de las oradoras han relacionado a las personas trans con una supuesta ideología a la que atribuyen el nombre de “transgenerista”, un término que pretende desprestigiar la reivindicación de los derechos de este colectivo. En esta línea ha hablado Juana Gallego, profesora titular de la Universidad Autónoma de Barcelona que sostiene estar especializada en género: “Por lo visto, ser mujer es maquillarse, yo no debo de serlo porque no utilizo maquillaje”. Mediante estas palabras, la ponente ha dejado patente que ignora que la identidad de género y la expresión de género no siempre están vinculadas y que hay personas trans que no siguen los roles asignados al género con el que se identifican, tal y como también ocurre con las personas cisgénero.

Durante estas intervenciones contra los derechos del colectivo trans, también ha sobrevolado la idea conspiranoica y reaccionaria sobre una supuesta “censura” por parte de la sociedad e incluso la “autocensura”, aunque en ese mismo instante se encontraran emitiendo sus discursos en el propio Congreso de los Diputados. En la línea de estas declaraciones han incidido José Manuel Errasti y Marino Pérez, ambos profesores de Psicología de la Universidad de Oviedo, quienes también han manifestado que existe un presunto “miedo a ser acusado de transfobia” o que “ser hombre, blanco y heterosexual es un pecado”, en un intento por mostrar como víctimas a las identidades privilegiadas por el sistema cisheteropatriarcal. De hecho, estas teorías de la conspiración y reaccionarias al progreso en los derechos de colectivos oprimidos obvian la realidad constatada en los datos y estadísticas que reflejan que las personas trans sufren unos índices muy altos de desempleo y elevadas tasas de suicidio.