El desembarco del embajador de España ante la ONU, Agustín Santos, en Sumar ha causado malestar en las asociaciones de apoyo al pueblo saharaui por las posturas que el ex del PSOE ha mantenido como diplomatico a favor siempre de Marruecos. De hecho, el suceso que más incomodidad ocasiona de Santos es el que protagonizó en el año 2009 con la huelga de hambre de la activista saharaui Aminatu Haidar.

Un entonces desconocido jefe de gabinete del ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, desembarcaba en Lanzarote para negociar durante una hora y media con Aminatu Haidar. La imagen de Santos en cuclillas junto a Inés Miranda, abogada canaria de presos saharauis, y Carmelo Ramírez, coordinador de las Asociaciones Solidarias con el Sáhara Occidental daba la vuelta al mundo.

Sin embargo, la conversación fracasó. La activista no aceptó ninguna de las propuestas que Santos le ofreció como obtener la nacionalidad española. El Gobierno ofrecía a Haidar una nacionalidad exprés para que, ya con pasaporte español, intentara viajar a El Aaiún, de donde había sido deportada por Marruecos días antes. No tenía garantías de que le fueran a permitir entrar y lo tuvo claro. “No quiere ser extranjera en su propia casa”, explicó entonces Inés Miranda.

Finalmente las presiones de EEUU, Francia y España hicieron que las autoridades de Marruecos se vieran obligadas a dar su brazo a torcer. Finalmente, tuvieron que aceptar a regañadientes su regreso a su tierra el 17 de diciembre de 2009 poniendo fin a 32 días de huelga de hambre.

La figura de Santos fue y es criticada por multitud de asociaciones en defensa del pueblo saharaui en España. Con el fichaje de Santos, Yolanda Díaz se ha puesto en contra a parte de las asociaciones españolas pro-Polisario y de exiliados saharauis. De hecho, la propia Aminatu Haidar distribuyó un artículo publicado por Carlos Ruiz Miguel, catedrático de Derecho de la Universidad de Santiago de Compostela en el que se describe a Santos como un “agente activo del lobby promarroquí en España”. Ahora, 14 años después comparte candidatura en las listas de Sumar con Tesh Sidi, de 29 años, activista de origen saharaui. Su presencia en un puesto de salida ha sido interpretada como un mensaje enviado al PSOE, afín a Marruecos.

De hecho, la Juventud Activa Saharaui publicaba un comunicado expresando su "más enérgica repulsa" a la presencia de Agustín Santos en Sumar. "Ha perjudicado gravemente los derechos del pueblo saharaui y ha mostrado una clara falta de compromiso con la justicia y la autodeterminación", indican en un comunicado.

Willy Toledo, que viajó entonces a Lanzarote, acusaba vía Twitter a Agustín Santos de “sobornar” a Haidar. Una negociación que el actos tacha de “intento de humillación” para que “renunciase a su lucha y traicionase a su pueblo”, añadió.

Los detractores de Santos han sacado más asuntos en los que tuvo relación siempre a favor de Marruecos. Ruiz Miguel ha desempolvado también una carta, enviada por él en 2005, cuando era asesor parlamentario de Moratinos, a los diputados autonómicos de Asturias integrados en un grupo de apoyo a los saharauis. En ella, el 'dos' de Yolanda Díaz aseguraba que Marruecos era la “potencia administradora” del Sáhara, cuando a ojos de muchos juristas, incluido Hans Corell, jefe de la asesoría jurídica de Naciones Unidas, España es la potencia administradora, aunque solo “de jure”. Marruecos, según denfendía y sigue defendiendo la ONU, es la “potencia ocupante”.

La Juventud Activa Saharaui explica que "esta concepción errónea" que refleja la carta de 2005, "ha permitido a Marruecos negociar ilegalmente con la Unión Europea la explotación de los recursos naturales saharauis, como la pesca" y aseguran que Santos es "parte activa en dicha estrategia" al perpetuar "la ocupación y la explotación ilegal de recursos del Sahara Occidental".

Pese a todo, Santos dio una entrevista a Sin Permiso, una revista de cuyo comité editorial formaba parte, para dar su opinión al respecto al margen de las órdenes que recibió de Moratinos y, por ende, del Gobierno de entonces. “El caso de la señora Haidar es una lamentable concreción de un problema más general que afecta a la población del Sáhara Occidental”, indicaba. “Más allá de sus circunstancias personales, solo se podrá alcanzar una solución definitiva con un pacto entre las partes y con el ejercicio del derecho de libre autodeterminación del pueblo del Sáhara Occidental”, anadía.

“Hay que ampliar con las fuerzas políticas y sindicales más representativas de la izquierda una nueva campaña unitaria por la defensa de los derechos humanos y la libre determinación del pueblo saharaui”, decía a modo de conclusión en clara desaveniencia con lo que defendía Moratinos o José Luis Rodríguez Zapatero.