"Un no al discurso"
Una forma más concreta de resumir lo que ya había dicho en uno de los salones del propio Congreso ante los periodistas el portavoz del grupo, Iñaki Antigüedad. Este diputado había dicho, con gran énfasis, que Amaiur daba “un no al discurso” de Mariano Rajoy, aunque intentó explicar, hasta con otro tono de voz, que “la abstención es para no obstaculizar la formación de un gobierno en España”.
"Cambio de ciclo"
Dentro del hemiciclo, Antigüedad también sonó conciliador. O posibilista. “Estamos condenados a escucharnos (y) estamos condenados a entendernos, cada cual con sus identidades y obsesiones", dijo el portavoz abertzale a Rajoy en su intervención. Al tiempo que le pidió que reflexionara sobre la foto que habían dejado las elecciones generales en el País Vasco y Navarra: “Amaiur ha sido la primera fuerza en cuanto a escaños en Euskadi y Navarra, algo significará. Algo tendrá usted que decir sobre esa imagen”, ha retado Antigüedad que ha pedido a Rajoy así que reconozca que estos resultados han traído “un cambio de ciclo”.
"No le debo absolutamente nada"
Mariano Rajoy, al que se había reprochado que en su discurso de investidura no hiciera una sola referencia al final de ETA, se ha mostrado muy serio durante todo su intercambio con Amaiur. Ha recordado a los diputados vascos que había visto “muchas familias destrozadas” y había asistido a “muchos funerales” antes de espetarle a Antigüedad que “yo a usted no le debo absolutamente nada; ni yo, ni España”.
"La paz, con el enemigo"
Palabras a las que el portavoz de los independentistas vascos respondió parafraseando al exprimer ministro israelí Isaac Rabin: “la paz se hace con el enemigo, no con el amigo”, le dijo Antigüedad, antes de concluir que Euskal Herria “vive un conflicto político cuya solución pasa por la autodeterminación”. Eso sí, remató asegurando que no ha venido al Congreso a reclamar la independencia, sino “la resolución del conflicto político".