Francisco Álvarez-Cascos, exministro de Fomento durante el Gobierno de José María Aznar, cobró 4,7 millones de euros provenientes de instituciones y empresas a las que benefició en el ejercicio de su cargo público a través de contratos. El departamento de Fomento que dirigía el exmandatario del PP adjudicó obras a compañías de las que ha recibido pagos al menos hasta 2018, incluyendo su etapa como presidente del Principado de Asturias, y desde 2004, año en el que abandonó la política institucional de ámbito nacional, según lo publicado por el diario ABC.

El también vicepresidente durante la etapa del primer gobierno de Aznar hizo uso de dos empresas propiedad de su entonces esposa, María Porto, y de las que tenía el control directo, Aqualium Spain y Cinqualim, con el fin de realizar los cobros a través de ellas. El dinero recibido por Álvarez-Cascos provenía de empresas a las que él mismo adjudicó contratos públicos mientras ejercía el cargo de ministro de Fomento.

Dichos pagos contenían conceptos que no guardan ninguna relación con las actividades de las sociedades cuyo control directo ostentaba el exdirigente del PP. Según la documentación consultada por el mencionado periódico, estos trabajos de las compañías de Álvarez-Cascos consistían en difusas asesorías, ventas de obras de arte e incluso supuestas labores de reputación online, pasando por intermediación en venta de maquinaria, además de alquileres de despachos de tan solo 10 metros cuadrados, por los cuales llegó a percibir hasta 7.700 euros al mes procedentes de empresas “que no aparecían por allí”.

Pagos de empresas a Álvarez-Cascos

Cuando el expolítico del PP se retiró de la política institucional a nivel nacional en 2004, en aquel mismo año creó la sociedad Aqualium Spain S.L., cuya propietaria era oficialmente Porto, quien fuera su esposa. Sin embargo, la investigación del citado diario ha arrojado que quien controlaba directamente las actividades de la empresa era el propio Álvarez-Cascos.

La compañía del exministro de Fomento con Aznar tenía dos vías de negocio principales: cobraba de cajas de ahorros controladas por el PP por organizar exposiciones en ciudades con ayuntamientos gobernados por la misma formación y vendía obras de arte a constructoras a las que había adjudicado cientos de millones de euros durante su etapa de ministro de Fomento. Uno de los ejemplos que refiere ABC es la empresa valenciana Rover Alcisa, que pagó 95.900 euros entre 2004 y 2006 a la del exmiembro de la formación dirigida por Alberto Núñez Feijóo y a la que el propio Álvarez-Cascos otorgó adjudicaciones públicas en tres megacontratos por valor de hasta 35,6 millones de euros.

Según traslada el mencionado periódico, ni Francisco Álvarez-Cascos ni María Porto ni las 22 empresas beneficiadas a través de contratos recibidos por el exministro del PP de Aznar han querido responder a preguntas sobre este caso. Tan solo Construcciones Sando ha declarado que no poseen “ya las facturas impresas en el archivo” tras “un ciberataque en junio”, pero sí que han confirmado que “en los últimos 50 años se han adquirido por parte de la compañía distintas obras de arte”.