Albert Rivera acostumbra a tener buena prensa. A pesar del giro a la derecha y el abandono del conocido como centro del espectro político, sus mensajes suelen calar y permear con facilidad en los grandes medios de comunicación. No esta vez. Su propuesta de última hora a Pedro Sánchez no ha tenido buena acogida en los principales periódicos de este país. El presidente de Ciudadanos propuso al Partido Popular explorar la abstención conjunta para permitir la investidura y evitar la repetición electoral a cambio de tres condiciones: Navarra, Catalunya e impuestos.

El País, La Razón, ABC… Todos ellos han cargado contra su propuesta no por el contenido, sino por el momento en que se ha hecho y la motivación que subyace.

Un editorial demoledor

El diario de PRISA, titulado "Un renglón torcido",  considera que “la propuesta no responde a un súbito sentido de Estado” como Rivera quiso vender, porque “tuvo ocasión de demostrar desde el mismo día en que se cerraron las urnas y se recontaron los votos”. A juicio de su editorial de este martes, responde al “tardío reconocimiento de que la estrategia de levantar un cordón sanitario en torno al Partido Socialista es inviable, y tendrá un alto coste electoral para Ciudadanos”.

“El mismo Rivera que ha dinamitado durante cinco meses el espacio de la centralidad, permitiendo que la ultraderecha forme parte de las mayorías de gobierno en municipios y autonomías para los próximos cuatro años, es el que aspira ahora a reconstruirlo en unas pocas horas, tras una precipitada rueda de prensa”, aqueja El País.

“Era difícil imaginar que el presidente de la tercera fuerza política en España pudiera mostrar en una sola comparecencia mayor desprecio a los ciudadanos y mayor falta de respeto a los procedimientos constitucionales”, espeta El País, y añade que los actores políticos que se reunirán hoy con el rey Felipe VI, incluido el monarca, “no merecían que Rivera se comportara como un espontáneo”. Y concluye: "Pero también en política un renglón torcido puede conducir a que se escriba derecho".

Una oferta oportunista

El conservador diario ABC también ha criticado la nueva postura de Rivera. A través de su editorial, insta a interpretar su oferta “en clave preelectoral” ya que “pudo presentarla en abril”.

“No fue así y por eso el ofrecimiento de Rivera tiene mucho de oportunismo táctico, de partida con cartas marcadas, y de reorientación de Ciudadanos después de que los sondeos, de modo unánime, estén pronosticando una caída para este partido si se repitiesen los comicios”.

El periódico La Razón discurre por los mismos derroteros. Dice que “la propuesta podría ser razonable” si al menos hubiese tiempo material para concretarla y negociar. Pero ahora, es inviable y se trata de una propuesta electoralista disfrazada de sentido de Estado.

Para “creer en ella debería haberla apoyado con su voto afirmativo desde un principio, pero anunciarla el mismo día que el Rey ha iniciado la segunda ronda de consultas”; resulta "por lo menos agónico, más un síntoma de una solución planteada a destiempo y que, en el fondo, nunca se apostó seriamente por ella”.

En otro orden de cosas, recuerda que Rivera es el candidato del ‘no es no’ a Sánchez y uno de los principales artífices del bloqueo político. Pero su discurso ha fracasado porque “no ha servido de nada, porque la propuesta de ayer viene a romper ese ofuscamiento, a no ser que sea pura gestualidad”.

De los grandes medios, el único que ha respaldado el gesto de Rivera ha sido El Mundo, que argumenta que pide el entendimiento de las fuerzas constitucionalistas desde un primer momento.