Después de la pose de "abuela" para justificar su aventura temeraria en la Gran Vía de Madrid, Esperanza Aguirre dice ahora que se sintió tratada como una "terrorista" por los agentes de movilidad que la detuvieron el 3 de abril. La presidenta del PP de Madrid ha dicho que se sintió así cuando se vio "rodeada de policías y agentes de movilidad con sus chalecos interrumpiendo todo el tráfico".

Una multa a una sexagenaria
Unos días después de los hechos, en rueda de prensa  Aguirre intentó minimizar su actuación, cuando se dio a la fuga tras ser detenida por agentes de movilidad y calificó de  “desproporcionada la repercusión mediática” de este asunto, que no es más que “una multa a una sexagenaria”.

Cinco minutos, una eternidad
"Si dicen que fueron cinco minutos, serían, no lo dudo, pero a mí me parecieron horas", ha afirmado Aguirre, que ha participado este viernes en un encuentro con alcaldesas, diputadas, senadoras, portavoces y militantes del PP de Madrid en el parque del Retiro.

El agente "mintió, mintió y mintió"
La expresidenta madrileña ha dicho además que es "imposible" que le hiciese nada al "policía que se queja" ya que éste estaba a la izquierda y ella le dio "con el borde final del coche" a la moto, que estaba a la derecha. "Mintió, mintió y mintió, como mintieron con la ITV. ¡Si me acabo de comprar ese coche!", ha insistido Aguirre.

El informe del forense certifica al juez que tramita el asunto que "no constan signos objetivos de lesión" en uno de los agentes de movilidad que denunciaron a Esperanza Aguirre por el incidente de tráfico, aunque tampoco niega que existiera. Tras conocerse ese documento, Aguirre ha acusado además a los agentes municipales de no haber dicho la verdad: "Primero que tenían lesiones y el forense ha dicho que no tenía absolutamente nada, luego que si ataques de ansiedad, luego se ha vuelto a dar de baja... Pero en fin, el señor juez decidirá".