Pocos sitios mejores que Sotogrande (Cádiz) para ver tu mundo arder. Bajo los rayos de sol y la brisa gaditana, Santiago Abascal está experimentando cómo su partido se desmorona. Si la abrupta salida de Iván Espinosa de los Monteros ha resultado un durísimo palo para el partido ultraderechista, la renuncia al escaños de su sustituto natural, José Luis Steegmann, agrava la precaria situación que vive el partido.

Además, Steegmann no es una figura cualquiera. Médico de profesión, el exdiputado fue un gran defensor de las vacunas, a diferencia de muchos compañeros de partido y un gran porcentaje de votantes. La renuncia de Steegman no hace más que demostrar cómo el partido ha caído en manos del sector más radical donde el negacionismo en torno al coronavirus es una opinión extendida.

Y mientras tanto, Abascal sigue en el sur y la grave crisis no ha provocado que haya parado sus vacaciones y sigue disfrutando de los encantos que ofrece el Campo de Gibraltar sin tener en cuenta el grave estado en el que se encuentra su formación. De hecho, Sotogrande ha sido el lugar en el que se produco la conversación entre Espinosa de los Monteros y Abascal que hizo volar todo por los aires. Ambos llevaban meses sin hablar, a pesar de haber tenido una gran relaciones profesional y personal. Espinosa de los Monteros es del ala liberal de Vox y se ha visto engullido por el sector falangista, liderado por Jorge Buxadé y flanqueado por Kiko Méndez-Monasterio, Enrique Cabanas o Ignacio Hoces.. El ya exportavoz es otra víctima más de los ultras y su cadáver se acumula junto los de Rubén Manso Olivar, Víctor Sánchez o Mireia Borrás. 

Asimismo, Iván Espinosa de los Monteros ha considerado que la nueva dirección de Vox ha llevado a cabo acciones encaminadas a arrinconarle políticamente, y causarle malestar personal. De hecho, la cúpula del partido ultra le llegó a proponer abandonar el Congreso y enviarle a Bruselas como eurodiputado-, además de propiciar la salida en listas de sus principales colaboradores.

¿Vox se desintegra?

Vistos los últimos acontecimientos tras el fracaso electoral, no es inverosímil imaginarse un futuro político sin Vox. La guerra civil que sufre el partido ha provocado la marcha de una de las figuras más importantes de la formación ultraderechista desde su nacimiento. La salida de Iván Espinosa de los Monteros es un duro palo para las intenciones electorales del partido de Santiago Abascal y nadie en la organización quiere unas nuevas elecciones ya que su papel en el Congeso de los Diputados podría volverse residual.

En una entrevista con ElPlural.com, el cofundador de Vox Alejo Vidal-Quadras, ha puesto como ejemplo a "Ciudadanos" sobre lo que podría esperarle en un futuro a la formación de Santiago Abascal: "Vox ha tenido una serie de pérdidas y de decepciones que le van a hacer daño al partido. Un caso muy notable es el de Macarena Olona, que hacía un gran papel en el Congreso de los Diputados y tenía un club de fans muy extenso en España. También está el caso de Rubén Manso, de Víctor Sánchez del Real, el de Mireia Borrás y ahora el de Iván Espinosa de los Monteros. Vox tiene que ir con mucho cuidado. Así empezó Ciudadanos con el declive. Esta percepción de que VOX es un espacio del que la gente se va, es una imagen muy negativa", ha recalcado.

Sobre el viraje ideológico y el escoramiento a la derecha, Vidal-Quadras ha destacado que "está cundiendo la idea de que VOX está prescindiendo de figuras más ubicadas en el liberalismo para dar todo el poder a una parte del partido más conservadora y más tradicional".