Durante años los alumnos del colegio público Rosalía de Castro, en Carril (Vilagarcía de Arousa), en Pontevedra, han estado bebiendo agua que podría saltarse las normas adecuadas de salubridad, “de color amarillento y con partículas flotantes”. Las familias lo han denunciado ante el Ayuntamiento y la Consellería de Educación, que, tras las quejas, ha ordenado que no se beba agua de ninguna de las dependencias del centro, hasta nuevo aviso.

La Consellería dice en una circular, no obstante, que con los datos existentes no puede concluirse que el agua no sea potable, pero recomienda que no se utilice.

El Departamento del Gobierno gallego ha ordenado tomar muestras del agua, pero se desconocen los resultados. El Plural se ha puesto en contacto con la Consellería, que ha respondido por escrito a las preguntas a través de un correo electrónico:  "Ante la denuncia de las familias, la Consellería de Educación puso el hecho en conocimiento de la Consellería de Sanidade, que el martes se desplazó al centro para hacer una analítica de la acometida tanto en el exterior como del interior. En el caso del interior, los resultados fueron los correctos y, en cuanto a los del exterior, tardarán unos días en conocerse. Por tal motivo, desde la Jefatura Territorial de Pontevedra, y para tranquilidad de toda la comunidad educativa, se recomendó al centro no consumir agua de la traída en el colegio hasta que dispongamos de todos los datos al respecto".

El alcalde suministra agua embotellada
El alcalde de Vilagarcía de Arousa, el socialista Alberto Varela, ha puesto en marcha el suministro de agua embotellada al colegio, hasta que la consellería encuentre alguna solución, que pasaría, según todo indica, por la reforma de la red de tuberías del colegio, que tiene alrededor de 47 años.

La dirección del colegio no actuó

“El sistema de tuberías que canalizan el agua tiene los mismos años, el agua pasa por tuberías de hierro y fibrocemento. El color amarillento del agua debe deberse a la pérdida de hierro de las tuberías”, explica a El Plural una de las madres afectadas.

Según relatan las familias, el pasado 6 de febrero el AMPA del colegio presentó una denuncia por escrito al Servicio Provincial de Sanidad, dependiente de la Xunta, en la que se informaba de “las deficiencias y solicitando un análisis del agua, además una valoración del estado de las tuberías y los baños en general”.

“La semana pasada personal adscrito al servicio de Sanidad se presentó en el colegio y al día siguiente nos pusimos en contacto con ellos para interesarnos por el resultado de la analítica del agua. Un responsable nos comunicó que se haría un examen más amplio porque se detectó que el agua carecía de cloro, por lo que había que comprobar si existe algún tipo de bacteria o contenido de metales”, narran las citadas fuentes.

Los técnicos de Sanidad realizaron una segunda comprobación que concluyó que el agua tiene “un contenido en cloro de 0.2 mg/l cuando no debería estar por debajo de 1 mg/l”, añaden.
 

Colegio Rosalía de Castro, en Carril, Vilagarcía de Arousa. Foto facilitada por las familias a El Plural

Las familias se quejan de que, a pesar de que “el jueves de la semana pasada la directora del colegio ya sabía que en el agua no había dado cloro, no ha tomado ninguna medida preventiva en cuanto a su consumo”.

El alcalde suministra agua embotellada
Fueron las familias las que realizaron diversos contactos con el Ayuntamiento de Vilagarcía de Arousa y consiguieron que el alcalde ordenara el suministro de agua embotellada al colegio. “Al día siguiente un supermercado de la villa entregó un palé de garrafas de agua en el centro y el mismo alcalde se desplazó a la Consellería de Educación en Santiago para hablar con el conselleiro en la búsqueda de una solución a este problema”, explica uno de los padres.


El delegado hace oídos sordos
Las familias denuncian que el delegado territorial de Educación, César Pérez Ares, “tiene en su poder desde hace tres años, al menos, un dossier enviado desde el colegio del mal estado de los baños y de la instalación de suministro de agua. Ahora ha dicho a los medios de comunicación locales que no sabe nada de este asunto”.

Techos con cinta adhesiva y urinarios para niñas

 

Las placas del techo sujetas con celo en el colegio Rosalía de Castro, de Carril (Vilagarcía de Arousa). Fuente: familias

La precaria situación en la que se encuentra el colegio ya fue denunciada por las familias el año pasado: los techos de seis aulas estaban cubiertos por placas sujetas con tiras de cinta adhesivaque pendían sobre las cabezas de niños de entre cinco y seis años

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Los urinarios en el baño de las niñas fueron retirados hace dos años. Fuente: familias

Hasta hace dos años, había urinarios de pie en los baños de las niñas. Los retiraron, pero taparon los huecos sin alicatar y por los huecos se colaban los malos olores. “Los váteres carecen de tapas, las tuberías están a la vista, las baldosas rotas y los suelos, irregulares; los cubículos no tienen puertas y los tabiques que separan los váteres tienen sus bases carcomidas”, denunciaron entonces las familias.