La hija de Timoteo Mendieta, fusilado en 1939 y arrojado a una fosa común en el cementerio de Guadalajara, ha podido enterrar, por fin, a su padre. A sus 91 años, Ascensión Mendieta ha podido cumplir su deseo, arropada por decenas de personas, gracias a la jueza argentina María Servini de Cubría, que ordenó buscar los restos de Timoteo Mendieta en un exhorto enviado desde Buenos Aires.

La mujer, que ha luchado toda su vida por recuperar los restos de su padre,  recibió el junio una llamada en la que le comunicaron que los habían encontrado. Su cuerpo fue exhumado por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica ,por orden de la Justicia argentina.



Su féretro, cubierto por una bandera republicana
La jueza argentina María Servini de Cubría ordenó buscarle y envió un nuevo exhorto desde Buenos Aires para seguir intentándolo este año. Ascensión Menieta siguió los trabajos a pie de fosa. en el segundo intento después de una exhumación fallida en 2016.



Ascensión tenía 13 años
Este domingo, 78 años después de haber sido fusilado, Timoteo Mendieta ha podido ser enterrado en el cementerio civil de La Almudena, en Madrid.  Su féretro estaba cubierto por una bandera republicana. Su hija, emocionada, saludaba a los presentes, llevando en la mano tres flores con los colores republicanos.

Timoteo era presidente de UGT en su pueblo, Sacedón (Guadalajara). Tenía 41 años y siete hijos el día que lo mataron. Ascensión lo vio por última vez cuando ella tenía 13.