Reconstruir una vida tras la pérdida de otra no resulta nada fácil. Y hacerlo en el mismo lugar del que uno huyó,  bombardeado por amargos recuerdos y fantasmas del pasado, muchísimo menos. El título lo dice todo… En ‘Somebody somewhere’ (‘Alguien en algún  lugar’), Bridget Everett trata de encontrar su sitio en Kansas y el mundo, lastrada por un tsunami de incansable soledad y no poco desamparo.

Son algunas de las inconfundibles señas de identidad de esta deliciosa joya que emite bajo demanda semanal (hay tres episodios disponibles) HBO Max. Cuando uno comienza a verla, enseguida se da cuenta de lo conmovedora de esta historia sobre frustraciones, inseguridades, pérdidas, duelos y demás familia.

Creada por Hannah Bos y Paul Thureen, e inspirada en detalles autobiográficos de la propia vida de la estrella y productora ejecutiva Bridget Everett, la serie sigue a Sam, que navega errática, en soledad y a la deriva por su localidad natal de Kansas tras regresar de Nueva York para cuidar a su hermana enferma, recientemente fallecida. Un ostracismo y dolor del que solo saldrá gracias a su compañero de trabajo Joel (Jeff Hiller), que la introduce en una catártica comunidad friendly, llena de los más variopintos personajes. Frente a las complicadas situaciones familiares por las que atraviesa, unos y otros se convierten en su auténtica tabla de salvación.

A través de unos personajes comandados por Sam y que sienten que la vida no les ha tratado tal y como se merecen, la serie se mueve divinamente en la comedia, arrancando al espectador continuas sonrisas. Y ello a pesar de las profundidades del duelo de la protagonista y la deslavazada tristeza que sobrevuela cada uno de los siete episodios que componen esta primera temporada de la serie. Algo muy parecido por cierto a lo que le ocurre a la fantástica ‘After Life’ (Netflix) escrita, dirigida y protagonizada por Ricky Gervais en Netflix.

Con alguna que otra imperfección, que las tiene, como no presentar debidamente a algunos  de sus personajes o abusar de determinadas tramas que no terminan de interesar, tal es el caso del alcoholismo de la madre de la protagonista, ‘Someone somewhere’ dibuja un maravilloso retrato, cautivadoramente serio, y bañado por poderosas sonrisas sobre la pérdida, la soledad, la decepción y la frustración pasados los 40.