Tras unos meses de suculentos adelantos que abrían el apetito para descubrir más a fondo el talento de pablopablo, ha llegado la hora de una degustación musical completa de un disco muy esperado de quien es la gran revelación del año. La irrupción de una figura que huye de encasillamientos y que se alimenta de manera voraz de una inspiración en plena ebullición. Miedos aparcados y sensibilidades expuestas en diversas formas. 

En aras de conocer a Pablo Dexler, ElPlural.com ha mantenido una conversación telefónica con el artista.

Pregunta (P): Llevas una semana petada de entrevistas.

Respuesta (R): Sí, bastantes. Pero me lo paso bien.

P: ¿Te gusta esa faceta de comunicación? A veces puede ser un coñazo atendernos a tantos periodistas en tan poco tiempo.

R: Esta guay porque al final tienes conversaciones con gente que por lo general está bastante interesado en mi proyecto. Así que está siendo divertido.

P: ¿Qué tal vivir en Londres? 

R: Estoy entre Madrid y Londres. Y más con la gira de Pucho (C. Tangana). 

P: Qué suerte. ¿Qué tal te llevas con Madrid?

R: Me encanta. Sobre todo, cómo está diseñada la ciudad. Todo volcado hacia la calle. Todo ocurre fuera. Lo que haces está sucediendo siempre de puertas para fuera y eso mola mucho. Las terrazas. Lo fácil que es hacer amigos. Sales una noche y podéis volver 18 a casa. La gente es muy abierta, es una ciudad muy poco individualista. Londres tiene ese peso cultural y esa energía creativa que es inigualable. Pero el precio a pagar es la frialdad de la gente. Que, por otra parte, tampoco me importa pagarlo. El resultado es estar en contacto con gente inspiradora y que hace cuestionarme mi dirección artística una y otra vez. 

P: Hay una cosa que me encanta de Tangana y es cómo ha cogido lo nuestro. Lo castizo. Y convertir en cool nuestra cultura popular. Ha pillado esa identidad madrileña y la ha utilizado para la construcción estética y de alma del artista.

R: A Madrid le cuesta tener una identidad porque no es una ciudad orgullosa. Y eso es bueno también. Que no tenga consciencia de sí misma. Que la gente esté como flotando. Sin pretensiones. No se habla de Madrid como algo superior. Es una ciudad humilde. Y Pucho ha encontrado una manera perfecta de poner una identidad a la ciudad. Y tiene sentido. Alguien extrovertido, que se ríe de lo cultureta pero que acaba siendo algo culto. 

P: La cosa es que en Madrid te puedes sentir más en una capital de provincia más que en una capital europea. 

R: Es la única ciudad-pueblo que conozco. Tienes esa sensación. Hay señoras caminando muy lento por la calle. Eso no ocurre en otros sitios. Tanta tranquilidad. En Londres, incluso mis colegas, cuando no están yendo a trabajar, caminan rápido. Tienen necesidad de llegar cuanto antes a un sitio. 

P: Yo soy de Santander y la gente va aún más lenta.

R: Iba a preguntarte si eras cántabro porque mi novia es de Cantabria y te lo he notado en el tono. Es como el vasco, pero más suave.

P: Hablamos cantando.

R: (Ríe) Es que cuando haces las preguntas, tienes la entonación santanderina que es como… (marca un acento marcado santanderino) Me encanta.

P: ¿Y de dónde es?

R: De Pámanes, al lado de Liérganes. ¿Lo conoces?

P: Claro. De ahí es José Ceballos, una leyenda del Racing de Santander. El Gato de Pámanes.

R: No jodas. Pues de ahí es. Y cuando ella me pregunta algo… yo qué sé, ¿tienes horaaaaa? Preguntas interminables. Me encanta.

P: Llevo en Madrid más de 10 años y parece que he salido ayer del pueblo.

R: (Ríe). No cambiéis nunca el acento.

P: De pueblos me puedes hablar tú muy bien. Que te has criado en San Lorenzo del Escorial. Me parece interesante ese dato. Tienes raíces uruguayas, suecas. Vives en Londres y eres un artista con proyección internacional. ¿Cómo ha sido haber vivido tu infancia en un pueblo madrileño?

R: Tuve una infancia muy particular. Y muy guay. Crecí en una casa en la que mis padres eran de fuera. Y siempre en contacto con el mundo exterior. Todo tipo de arte de fuera. Una infancia muy cosmopolita, pero, al mismo tiempo, en un pueblo. Donde un martes por la noche solo hay silencio. Y perros ladrando. Tuve la suerte de tener lo mejor de los dos mundos. El silencio y la naturaleza y a la vez un gran acceso a cultura de todo tipo gracias a mis padres. Criarte en un pueblo te da una perspectiva diferente del mundo. Y muy valiosa. Conozco la gran ciudad y me encanta. Me vuelven loco. Pero aprecio los pueblos y echo mucho de menos estar en la naturaleza. Es parte de mi identidad. Y esa conexión no la tienes si te has criado en una gran ciudad. Además, crecí en una casa en el Barrio Viejo. Salías por la puerta, caminabas 20 metros y ya estabas en el bosque. De pequeño me imaginaba que estaba en El Señor de los Anillos. Era un paraíso.

PabloPablo

 

P: Es un lujo eso.

R: Brutal. Siendo niño, la ciudad es más rollo. Aquí salía con mis colegas a trepar rocas. E imaginarte que estabas en la Edad Media. Era muy divertido.

P: En el disco tienes el corte San Lorenzo. En el que se escucha la conversación de dos señoras del pueblo.

R: Es un retrato. Lo grabé con 16 años y lo he tenido guardado todo este tiempo. Y por fin, en este disco he encontrado un lugar para encajarlo. Y, aunque no entiendas lo que dicen, comunica algo. Cualquier español que lo escuche le va a sonar. Una señora que acaba de comprar el pan y le está hablando a otra antes de subir al bus. Y le habla sobre un centro comercial, el Gran Plaza 2. Y ella, muy lejos, en El Escorial, cuenta que sus nietas han ido allí de compras. Y que tienen de todo. Son gente que viene de otra época y hablan de ese gigante del consumismo con una mezcla de admiración y de confusión. Me pasa muchas veces que quiero grabar las conversaciones triviales de la gente, pero cuando lo hago ya se ha dicho lo interesante. Y me lo pierdo. Pero aquel día tuve suerte y me anticipé.

P: Haz como Villarejo. Tú graba y al final de miles de terabytes tendrás cosas interesantes.

R: El otro día estaba en un bar de Santiago y junto a mi había tres chicas hablando de los exámenes. Estarían en la ESO. Cuando fui a grabar ya lo había perdido. Me gusta mucho lo de las puertas a otros mundos a los que he estado, pero ya no tengo acceso. Pero también a los que todavía no conozco. Y algún día hablaré sobre algo que no entiendo. Será mi propio centro comercial. 

P: El hecho de haber vivido en un lugar con tanta historia, ¿te provoca algún gusto especial por esa época? 

R: Creo que sí. La historia me encanta. El cole te lo arruina, pero después puedes encontrar libros muy interesantes. Y la de España es fascinante. Pero te la enseñan fatal en el cole. Tuve un privilegio enorme por criarme en un sitio así. Tan antiguo. En el que se plasma el paso del tiempo. Mi colegio está en el edificio de los arquitectos que diseñaron el monasterio. Y algunas clases tenían chimeneas originales de la época. Ahí había vivido alguien hace 500 años. Teníamos un salón de actos donde tocábamos todos los lunes y era un sótano con una bóveda de hace cientos de años. 

P: Háblame de Uruguay. ¿Qué sentido de pertenencia tienes?

R: Yo me siento español por lo social. Pero también muy sudamericano. Me entiendo muy bien con la gente rioplatense porque también soy uno de ellos. Con mi padre hablo con acento uruguayo. Y me sale solo. Uruguay es otro mundo al que llevo yendo toda la vida y tengo mucha conexión con el país. La influencia rítmica y musical es enorme. También con Brasil. Es que Uruguay tiene influencia de sus dos hermanos mayores. Argentia y Brasil. Musicalmente, tiene un balance entre los dos.

P: Volviendo a Tángana. En el Madrileño también une España con Latinoamérica y lo convierte en una gran patria cultural.

R: En la nueva generación hay aún más influencia y respeto por el lado creativo. España le debe mucho a Sudamérica. Y el aspecto cultural es el único lado positivo del colonialismo. Y eso une. Que es lo más importante. Me parece muy loco que alguien tenga que hacerse unos papeles para venir a España. Cabrones, pero si nos invadisteis vosotros. Pero me encanta esa relación. Mis amigos ingleses flipan. Que seamos el mismo mundo. 

P: Bueno, el álbum. Que no te he preguntado todavía.

R: Estoy muy contento. Es como un viaje. Las sensaciones que he tenido durante un año y medio de mi vida. Mucho trabajo, muchas horas. Pero al final es un gran retrato de cómo me he sentido durante ese tiempo. 

P: Me ha gustado mucho esa mezcla de melancolía con electrónica.

R: Me encanta la canción tradicional y el mundo club. Sus graves, sus texturas raras. Como alienígenas. Es un ejercicio de mezclar ambas cosas. Muy emotivo, pero, al mismo tiempo, una experiencia sensorial. Que te lo pongas en los altavoces y te reviente la cabeza. Ese es el objetivo. Que sea estético y emotivo. Pero equilibrado. Si te pones los cascos, quiero que te entre algo potente y te lleve viajando de un lado al otro. Y que sea una experiencia estética. 

P: Háblame de los videoclips. Me han encantado.

R: Están hechos por Carlos Saez. Y es un crack. Nos hemos entendido muy bien y ha hecho todo lo visual. Es una locura de tío. Y ha traducido muy bien mi música. 

P: ¿Qué música escuchas?

R: Estoy obsesionado ahora mismo con Playboi Carti. Es lo máximo. También Kanye West. El trap que me gusta es el duro. También con bandas de mis colegas de Londres. Ahora estoy obsesionado con Black Country, New Road. Que son la hostia. Y la música tradicional, claro. Me encanta.

P: Directos, ¿cuándo?

R: A partir de septiembre empiezo con los shows a saco. El 20 de octubre en la Sirocco de Madrid.