¿Quién no quiere volver a sentir las sensaciones que teníamos en la infancia ante la visión de un cielo, el calor, la lluvia, los insectos? El 13 de abril llega a las librerías de España 'Pastoral', la nueva obra del escritor holandés Stephan Enter, de la mano de la editorial De Conatus y bajo la traducción de Clara Isabel Lorda Vidal. La novela reactiva nuestra capacidad de sentir el mundo como cuando se descubre por primera vez. Y desde ahí, las identidades, las guerras, el racismo quedan ridiculizados.

Argumento

Verano, años 80. Los hermanos Oscar y Louise han crecido en un lugar cerca de un pueblo dividido en dos: el gueto de los estrictamente religiosos reformistas holandeses y los habitantes de las Molucas que constituían el ejército holandés de la India del Este. Los dos grupos de personas eran recelosos entre sí. Mientras Oscar, el último año de colegio está deseando ir a la universidad de una gran ciudad, su hermana Louis regresa preguntándose si esa salida le ha proporcionado algún conocimiento interesante.

Oscar siente una atracción amorosa de adolescente por la hermana mayor de un compañero moluqueño de clase. Eso le rompe los esquemas y es capaz de hacer cosas que nunca haría: investigar en la historia de las colonias holandesas, enfrentarse al grupo de jóvenes que hacen bullying a los moluqueños, observar la realidad de su casa totalmente influenciada por la cultura reformista religiosa. Louise viene de una relación sexual de amante de un hombre mayor en la ciudad. Quiere liberarse de la educación formal, estamental y religiosa, pero no termina de sentirse libre como cuando era pequeña y tenía una relación fluida con la naturaleza. Se siente atraída por el hijo del nuevo párroco que conserva la limpieza de alma que ella ha perdido pero lo que hace es aumentar su gran conflicto. Aquello de lo que huye ha tenido su parte mala porque no le permite enfrentarse al mundo de una manera más científica, más moderna y su parte buena que tiene que ver con vivir desde un sentido, un orden que aporta momentos estéticos de perfección.

El narrador de Pastoral tiene una cualidad nueva con respecto a otros narradores. Quiere representar ese espacio intermedio de relación entre el humano y la naturaleza que se pierde en el mundo adulto. Lo hace a través de sensaciones muy potentes que van desde la picadura de un mosquito al paso del tiempo vinculado a un viaje en bicicleta, de la muerte de una mariposa al cambio de cielo por el paso de un viento. Todo eso en nuestra infancia tiene una presencia vital que condiciona nuestro aprendizaje y que nos transmite sentimientos positivos de realidad, alegría, protección. El narrador va intercalando estas sensaciones con el pensamiento de preocupación que nos va transformando en adultos. De repente, ya no somos capaces de escuchar al mundo, sino que nos adelantamos en nuestras ideas sobre él y solo lo podemos ver desde ahí, desde las ideas preconcebidas, desde la ideología

La pérdida de la inocencia está plasmada en Pastoral de manera directa. Es la pérdida de la capacidad de sentir causada por las ideas. Y recordando esas sensaciones anteriores a la interpretación del mundo, sea cual sea esa interpretación, el lector siente no solo nostalgia sino también el asombro ante ese hecho que no ha registrado. Porque Pastoral también cuenta eso, cómo la pérdida de inocencia coincide con la visión ideal del mundo que llega como un goteo a través de la certeza de los mayores, que ya han olvidado su proceso y están asentados en un razonamiento alejado de lo real.

Pastoral es una bildungsroman que pone el foco en lo perdido con crítica a lo ganado en el desarrollo de la personalidad. El personaje principal, Oscar, se vuelve consciente de cómo funciona el mundo, pero no va a poder hacer nada con esa consciencia porque el mundo está dirigido por ideas alejadas de lo real, de lo vital y la imagen final que resume el libro es la del adolescente metiendo una hormiga en una caja mientras habla el profesor. De alguna manera, los que están fuera de ese sistema de aniquilación de lo vital no hacen otra cosa más que meter hormigas en una caja de cartón mientras escuchan los discursos. El sistema social en el que vivimos aniquila la fuerza de los que tienen más consciencia.

Pastoral ha sido finalista de los tres premios más prestigiosos de Holanda y también un topventas porque, a pesar de la profundidad del texto, mantiene la tensión en el argumento, ilumina el mundo de los invisibles, en este caso, los moluqueños que representan a cualquiera de los refugiados repartidos por el mundo, y utiliza el diálogo para crear a unos personajes que resultan muy cercanos.

En el momento de su publicación en Países Bajos fue elegido el libro del mes por el canal público de televisión. El contenido del libro tiene mucho interés por el tratamiento que hace de los refugiados políticos: personas que siempre anhelan volver, que sienten que creen en la posibilidad de que la situación de su país sea diferente, que se creen las promesas y que viven en una profunda nostalgia luchando por el mantenimiento exhaustivo de sus costumbres y su lengua separados del país de acogida. La historia se termina olvidando y las personas se convierten en marginales. Los ciudadanos de los países que acogen no conocen la historia de los acogidos y los consideran diferentes con cierto miedo a lo desconocido. El conocimiento real entre unos y otros es la única posibilidad de romper con esa tendencia. Para eso es necesario antes quebrar la identificación total con la propia cultura. El tema de la identidad vuelve a ser tratado aquí como en tantas novelas de De Conatus como uno de los temas más importantes en nuestro momento actual.

Stephen Enter es un autor holandés con grandes ventas. Ha publicado un libro de relatos y tres novelas. Una de ellas, Grip (2011), vendió más de 50.000 copias. Ha sido reconocido internacionalmente por su estilo literario y ha ganado varios premios prestigiosos. Vive al margen de la literatura mediática que expone su contenido al hilo de la conversación del momento. Le interesa encontrar un estilo que llegue a transformar al lector en su forma de sentir el mundo.