Observada, primera novela de Renée Knight, ha sido un fenómeno literario en Reino Unido, y la colección Salamandra Black la temporada con ella. Una novela que juega a la perfección con los elementos de la novela de intriga y crea una narración ágil y rápida que engancha desde el principio gracias a su estilo limpio y sin ornamentos y a la capacidad de la autora de ir girando la narración en un juego literario que, al final, demuestra que no hay nada absoluto, ni en la vida ni en la literatura.


Observada, el debut literario de Renée Knight, es una novela de la que no se puede desvelar demasiado. Tan sólo que una mujer, Catherine, directora de documentales, como la propia autora, recibe un día un libro en el que se narra un suceso del pasado del que ella fue protagonista. A partir de ahí, quien quiera que esté detrás de ese libro, se dedica a socavar la vida de Catherine, tanto profesional como personal, atormentándola con ese pasado que durante años se ha dedicado a mantener en secreto y que ahora regresa.


A partir de un estilo claro, directo y desnudo, poco trabajado literariamente si se quiere pero efectivo y bien meditado, la autora británica nos introduce en una novela de intriga a través de los elementos más básicos del género. Por un lado una trama bien urdida que tiene los giros necesarios para convertir la novela en un juego, en este caso, además, de manera muy justificada: con ello logra mostrar la vulnerabilidad no sólo de Catherine, sino también del concepto de verdad y de mentira. Los secretos, desvelados, cuestionan su vida, y sin embargo siempre hay algo que lo acaba contradiciendo todo. Knight no busca el efecto sorpresa, sino que usa la narración, y con ella la literatura, para contravenir las expectativas del lector no tanto, insistimos, para llevar a cabo un juego pueril como para entregar una obra que cuestiona la verdad y la mentira, los secretos y su revelación y, finalmente, en una magnífica reflexión a la que debe enfrentarse Catherine, qué es lo que resulta más soportable (en relación, en este caso, al marido de ella).


Por otro lado, encontramos un trabajo magnífico alrededor de los personajes y sobre aquello que viene a denominarse su psicología. Personajes variables, ambiguos, vulnerables, cambiantes, Knight no construye personalidades cerradas y, sobre todo, con las que sea sencillo empatizar. Todo lo contrario, transmiten una cercanía y una humanidad que hace de ellos personajes muy reales, muy posibles, sobre todo por esa construcción en la que los conceptos de bueno y de malo se pervierten sin saber bien quién es quién. Porque, quizá, todos sean ambas cosas a la vez.


Con una narración muy fluida, rápida, ágil y sin ornamentos, pero atenta a detalles circunstanciales que devienen relevantes en un momento dado, Observada permite una lectura rápida porque engancha al lector desde el principio. No se encontrará en esta novela gran literatura, pero si una literatura inteligente bajo su sencillez y limpieza estilística, atenta a los personajes como motores de la acción y a una línea narrativa cuyos saltos al pasado van ayudando a comprender el presente. Una novela muy recomendable sobre la ausencia de grandes verdades y sobre el poder de la ficción para, sino cambiar, sí al menos alterar la realidad.