Zadie Smith escribe músicas del mundo. De madre jamaiquina y padre británico, esta autora británica, una de las preferidas de Obama, refleja en su obra la experiencia multicultural de su país, tanto en su riqueza como en los problemas de los recién llegados para adaptarse. A sus 41 años, es ya una de las firmas más influyentes y traducidas de su generación. Ahora nos llega en castellano, como siempre por impulso de la editorial Salamandra, su quinta novela, Tiempo de swing, donde se estrena narrando en primera persona, y cuenta la historia de una amistad forjada entre dos mujeres que coinciden en una academia de baile londinense. La obra se está adaptando como serie a la televisión británica. Es recurrente que Smith aborde cuestiones de clase, talento, raza y género. Por ejemplo, en Dientes blancos, su primera novela (editada en 2000) y que tuvo una estupenda recepción de parte de la crítica, ofrecía un relato bastante esperanzador de la Gran Bretaña multicultural, aunque parodiaba algunos de sus resortes, sobre todo en relación con el supuestamente glorioso pasado imperial del país, y expresaba su incapacidad para construir una pluralidad cultural.  De forma más clara, la autora planteó estas ideas en Changing My Mind, una colección de ensayos publicada en 2009.