Tres primeros espadas de la novela negra italiana actual, firman sendos relatos en el espléndido libro Cocaína, monográfico sobre la sustancia que nombra el título, y que publica la deliciosa editorial Malpaso.


Se trata de tres autores carismáticos, tanto que podrían pasar por personajes de alguna de las ficciones que crean. Uno de ellos, Massimo Carlotto, cumplió condena durante años por un homicidio que no había cometido, y los otros dos, Gianrico Carofiglio y Giancarlo de Cataldo, compaginan su pulsión literaria con su labor como magistrados, la que, por cierto, les ha otorgado un buen conocimiento de causa con el que escribir estos textos que tenemos entre manos, cuyos argumentos pivotan en torno a la cocaína y su actualidad en Italia. Comparten, los tres, un afán muy a lo James Ellroy, Misha Glenny o Don Winslow, en tanto que son realistas y pretenden explicar o entender el fenómeno de este polvo blanco, la principal droga estimulante que se consume en la Unión Europea, en todas sus aristas: quién la compra, tanto en las altas esferas, como las áreas directivas de las empresas, como entre las clases más bajas; cómo funcionan las mafias y cómo, en tiempos de crisis, muchos trabajadores que pasan un mal momento se han enmarañado en el negocio; cómo se combate el tráfico de esta sustancia o cómo es, a veces, imposible de combatir; cómo se relacionan policías y mafiosos.


Tres historias tan bien narradas que componen un libro trepidante, de esos que uno no puede soltar hasta que lo termina. El relato de Carlotto, que con sus obras ha alcanzado varias veces el best seller en su país y ha traído a España una serie de títulos protagonizada por el detective Caimán, es 100% policíaco, próximo a la novela negra clásica, menos atenta al análisis sociológico que a la parte detectivesca de las tramas. Nos plantea lo alterados que están, por la corrupción, los sistemas policial y judicial en Italia. Su fuerte es la historia, por encima de la técnica narrativa, aunque no es nada desdeñable el estilo de su autor, sencillo, austero y parecido al de Trevanian, que no nos ahorra fuertes imágenes literarias que reflejan la crudeza del mundo de la droga.


El relato de Carofiglio, también un superventas del que en España se ha editado El silencio de la ola, es, sin embargo, intimista y entrañable, y en contraste con el de Carlotto, su fuerte son los los hallazgos expresivos de quien lo escribe, y también los personajes. Es una historia de amor en la que la cocaína no es más que un detonante. Además, reflexiona sobre la consideración que tienen las mujeres policía en los cuerpos de seguridad italianos.


Por último, el texto de Giancarlo de Cataldo, conocido en nuestro país por Una novela criminal, tiene una textura más social, más cercana a la novela negra que a la policíaca, pues la investigación pura y dura es lo de menos. El cuerpo narrativo se apuntala en la descripción de cómo en ciertos estratos de la sociedad cunde el determinismo y los jóvenes están abocados a consumir y traficar con cocaína. Gustará especialmente a los amantes de la serie T. La potencia del texto, en este caso, reside en la originalidad de su visión, y de su contenido.


Tres estilos. Tres visiones. Tres historias ficticias y electrizantes, que nos sirven de curso acelerado del submundo de la cocaína en Italia. Un submundo silencioso pero tremendamente imbricado en la vida cotidiana de este país. Aunque, en contra del estereotipo y de lo que pueda conducirnos a pensar otro excelente libro de esta temática, el reciente Cerocerocero de Roberto Saviano, no es Italia sino España, junto con Reino Unido y Francia, la lideresa de la Unión en consumo de esta sustancia. En términos comunitarios, se estima que la consumen de forma regular alrededor de 2,2 millones de jóvenes europeos de entre 15 y 34 años (el 1,7% de este grupo de edad). España encabeza la clasificación ya que el 3,6% de los jóvenes consumieron cocaína el último año, más del doble que la media comunitaria. Nos siguen Reino Unido (3,3%), Irlanda (2,8%) y Dinamarca (2,4%). Los países con menos consumo son Grecia y Rumanía (0,2%).


La novela negra está de moda, posiblemente a raíz de fenómenos nórdicos como Millenium. La novela negra actual, en contraste con la novela policíaca clásica, afloja el interés por la investigación del delito y pone el foco en los aspectos sociológicos de la delincuencia. En la literatura italiana, la novela negra tiene un carril ancho. Giorgio Scarbanenco, Leonardo Sciacia, Andrea Camilleri o Donna Leon han bebido de los propios hándicaps de su sociedad, como la mafia, para construir espléndidos textos del género. Este es uno de ellos.