Ya no nos van a robar otro mes de abril. Este 2021, poco más de un año después de la mayor pesadilla de los últimos años, la editorial Huso, creada por la incansable Mayda Bustamante, cumple cinco años hilando palabras y vida, tejiendo letras para construir un precioso abrigo, de esos que nos calientan el alma cuando hace frío, al igual que acontece con los buenos libros.

Mayda Bustamante, editora de Huso.

“Estoy convencida de que solo la buena literatura trascenderá aunque haya que esperar para verlo. Pero así ha sido y será siempre”, confiesa la editora hispanocubana, que lleva a sus cuestas un gran trabajo de gestión cultural y de fomento de la lectura. Y es que Mayda Bustamente creó la editorial Cumbres, especializada en literatura sobre las artes escénicas pionera en España, una labor que nacía de su pasión por el teatro, y tras su trabajo como vicepresidenta del Gran Teatro de La Habana, institución que presidió junto a Alicia Alonso. Tras esa experiencia, en el año 2016 conforma la editorial Huso, un oasis de literatura, donde no importa nada más que los buenos libros, esos que salvan el mundo y proponen un anclaje al mismo.

Cinco años de aventuras, de experiencias, de sumar esfuerzos a favor de la literatura, de luchar contra viento y marea. Cinco años en los que Huso ha ofrecido al mundo 110 libros, una cifra que adquiere una importancia vital sobre todo porque hablamos de una editorial pequeña, independiente, y en la que cada una de las obras se trata con mimo. Como confiesa su editora, “no podría elegir un título, porque cada libro es como un hijo amado, que tiene que ser defendido con la misma intensidad hasta el final”.

Un 29 de abril en el que Huso se une a Pizarnik

Este 29 de abril de 2021 Huso cumple cinco años de vida, un aniversario especial que coincide con la publicación de una de sus grandes apuestas: Alejandra Pizarnik y sus múltiples voces, un libro en el que 85 mujeres escritoras actuales de diversos países rinden homenaje a esta poeta universal en su 85 aniversario, a través de ensayos, cuentos y poesías que se inspiran en los versos de esa Pizarnik que se suicidó con 36 años y cuyas últimas palabras escritas fueron “yo no quiero ir nada más que hasta el fondo”. Quizás, y como ocurre siempre con las personas creadoras, Pizarnik buscaba la inmortalidad en las palabras, una idea que comparte con el proyecto de Huso. La editora habla de esta casualidad como una bonita serendipia, aludiendo a la capacidad de la literatura para establecer sinergias entre polos que de otra forma no se tocarían.

Escribía Mayda en su perfil de Facebook la semana pasada que “estos cinco últimos años de mi vida los he dedicado a habitar el libro y a que este me habitara a mí. Y al final hemos conseguido una unión inquebrantable, dulce y armoniosa, luego eterna”. Y fue el año pasado cuando se obsesionó con las letras de Pizarnik, justo cuando el Covid-19 tambaleaba los cimientos de la vida que creíamos firme hasta ese momento.

Celebrando a Huso

“Estoy feliz de celebrar este aniversario con el apoyo sobre todo de los autores y autoras que han publicado en Huso y que me han hecho llegar cada uno de ellos y ellas emotivas palabras”, se confiesa esta editora quijotesca que lucha contra los molinos y se aparta de la superficialidad. Precisamente, esta idea la destacan algunos de los ochenta y dos escritores y escritoras que forman parte de su catálogo, a través de una bonita campaña que se está promoviendo en las redes sociales y en la que podemos leer alegatos a favor de esta forma de publicar y de concebir el libro como una obra de arte. La argentina Liliana Díaz Mindurry, que tiene publicados cinco libros en Huso, confiesa que lo que diferencia a Huso del maremágnum editorial es, precisamente, “la finura y exquisitez de sus ediciones, la calidez de la editora y colaboradores, y la calidad de su catálogo”. Huo tuvo el honor de que Liliana Díaz Mindurry fue la primera escritora que inauguró Huso con su Pequeña música nocturna, presentada en el Ateneo de Madrid el 29 de abril de 2016, en una edición “de lujo, muy bella”, manifiesta la propia autora. Luego vinieron La maldición de la literatura, Hace miedo aquí, La dicha y Guernica, obras de diversos géneros pero con la impronta personal de una de las grandes narradoras argentinas.

Otras voces han querido dejar sus impresiones sobre lo que significa Huso en este mundo tambaleante y hostil, en el que reivindicamos los libros como ese único lugar en el que todavía se está a salvo, como diría el gran Cortázar. Gabriela Guerra, autora de novelas que transitan por el realismo mágico, destaca “este paraíso editorial que apenas cumple cinco años, pero que ha debido atravesar los tormentos de crear arte en tiempos violentos”; Juan Laborda, que publicó el año pasado Y entonces volaron, se atreve a confesar que “publicar con Huso es el concepto más radical, positivo e idealista de guerrilla: guerrilla editorial, guerrilla cultural y, en definitiva, guerrilla emocional; María Luisa Balaguer se muestra agradecida con la editorial y destaca que “Mayda publica su obra a muchas mujeres, algunas de las que no habríamos podido quizás tener otra ocasión de hacerlo, y lo hace porque adopta el feminismo como su sistema de vida, y esa militancia le hace ser solidaria con las inquietudes de muchas mujeres que quieren alzar su voz en la literatura”; y Ada Valero del Río, autora de uno de los grandes éxitos editoriales de los últimos meses, La vida cuando era frágil, apunta que “hay lugares -pocos: no abundan- en los que una se siente acogida con la misma calidez que te envuelve al llegar a un hogar”. Son solo algunos de los testimonios que la editorial recopiló para celebrar este aniversario con el objetivo, una vez más, de dar protagonismo a los autores y autoras de su catálogo y a otras personas colaboradoras que han contribuido a erigir un proyecto tan bonito.

El libro como arte

Con las historias como baluarte, Huso propone que los libros sean tratados y concebidos como obras de arte, en las que fondo y forma se unan para crear un objeto bello, que aporte cultura y al mismo tiempo nos permita disfrutar de los colores, la edición,etc. De esta parte más visual se encarga Roberto Carril Bustamante, que define que el concepto del diseño de Huso nace de la simplicidad y del contraste. Así, según Carril Bustamante, “un buen libro tiene que ser legible sin dejar de lado la estética, de ahí el cuidado de todos los elementos que lo integran” y “como el propio nombre de la editorial sugiere, el diseño debe ser un hilo bien tejido que conecte todas las obras visualmente”.

Huso es un empeño familiar y el diseñador formó parte de su génesis desde el principio y, aunque la forma de concebir la edición se mantiene, el diseño se fue refinando con el tiempo, y se adapta continuamente a los textos en consonancia con los escritores y escritoras.

La idea del libro como un todo refinado la comparte la editora Mayda Bustamente, que defiende que “Huso busca novedosos y elegantes conceptos editoriales y gráficos con el fin de acercarnos al lector que más nos interesa, el lector inquieto”. Esas líneas de diseño entroncan a la perfección con las premisas de las obras del catálogo: la literatura escrita por mujeres, los autores y autoras con obra publicada en otros países, clásicos curiosamente elegidos, autores iberoamericanos, y escritores y escritoras que se acerquen por primera vez al complejo mundo editorial.

No en vano Huso nos lleva directamente a los tejedores de historias, un nombre que parte de Pino y María, de la madrileña Librería Enclave, hacia los que la fundadora de este proyecto se muestra muy agradecida porque también le ayudaron a forjar las líneas fundamentales de publicación.

Villaserendipia, el tándem lector, librero y editor

Cuando recuerda este lustro de vida, Mayda Bustamante alude a todos los escritores y escritoras, colaboradores y colaboradoras, periodistas, críticos y críticas, distribuidoras y representantes, lectores y lectoras, libreros y libreras. En este sentido, hace referencia a la importancia del tándem entre editor, librero y lector, todo eso englobado en Villaserendipia, una librería de Peñafiel regentada por la inagotable Almudena Ojosnegros, mujer que define a Huso como “mi Serendipia Especial”. Pero, ¿cómo se encuentran estos dos proyectos tan ansiosos por difundir la buena literatura? Almudena Ojosnegros recuerda que fue a raíz de la publicación de La tumba del rey, de Carlota Suárez y a una presentación organizada en la librería, tras la cual “desconocía hasta donde nos iban a llevar las serendipias literarias; y esta primera serendipia siguió hilando una tras otra, y así llegaron más sueños y autores, tan generosos conmigo y con Villa Serendipia, que nos hicieron y hacen volar a todos los lectores de Peñafiel”.

Villaserendipia es un espacio cómplice, un baluarte de la buena literatura, una suerte de templo de los que escasean en este mundo caótico. Su librera reivindica que “se necesitan editoriales así de valientes que su fin no sea únicamente económico, sino que su camino diario sea hilar historias y creer en los autores que desnudan el alma en cada página”.

Homenajes literarios

Cuando la literatura se eleva hasta las últimas consecuencias, es muy común que surjan proyectos que homenajean a nuestros maestros y maestras. Huso publicó antologías de relatos inspirados en Fernando Pessoa y Juan Rulfo, dos escritores que forman parte de la historia universal y que llevaron la palabra hasta límites nunca vistos. De esa pasión lectora surgió el libro Rulfo cien años después, en el que encontramos relatos y cuentos que analizan la actualidad partiendo del universo del autor de la mítica novela Pedro Páramo. La antología consta de una breve biografía de cada uno de estos narradores y narradoras, una explicación de lo que simboliza la obra de Rulfo en sus vidas y carreras, y el relato propiamente dicho. Conforme vamos avanzando en su lectura, descubrimos que el universo del autor mexicano es tan basto que pueden existir tantas interpretaciones como lectores.

Fue después el turno de Los cuentos que Pessoa no escribió, antología nacida en el 130 aniversario del más grande poeta portugués, cuya vida intrigó a miles de creadores a lo largo del tiempo. El libro consta de relatos a cargo de veinticinco mujeres de diez países que intentan desentrañar los enigmas que rodean su vida y obra. Los cuentos que Pessoa no escribió reúne a prestigiosas autoras de España, Portugal, Argentina, Costa Rica, México, Cuba, Colombia, República Dominicana, Venezuela y Perú, quienes nos revelan a un Pessoa nuevo que hubiera podido, tal vez, rasguear estas ficciones. Esta obra es un regalo invaluable que figurará junto a los grandes textos de estudio e inspiración que sigue motivando el hombre de las voces múltiples.

A finales del 2020 vio la luz Lenin Varanos, Chicas, Hormigón. Antología del nuevo cuento checo, publicado con el apoyo del Ministerio de Cultura Checo, en el que aparecen trece de los mejores escritores de la República Checa: Michal Ajvaz,Tereza Boučková, Dora Čechova, Irena Dousková, Edgar Dutka, Emil Hakl,Jiří Hájíček, Jiří Kratochvil, Iva Pekárková, Petr Placák, Petr Šabach, Miloš Urban y Michal Viewegh.

Y este año, Huso lanza la antología en honor de Pizarnik y la colección ‘Palabras hilanderas’, dirigida por Marifé Santiago Bolaños, otra de las mujeres puntales de la editorial y que concibe estos libros como esperanza en tiempos de hilos rotos y palabras vacías. ¿No os parece algo bonito? ¿Generoso? Abren esta colección La violencia es una veta miserable que cubrimos con canciones, de la propia Marifé Santiago, y ¿Genio y musa? ¿Genia y muso? ¿Genia y genio?, de Laura Freixas, dos ensayos pequeñitos en tamaño pero enormes en contenido. Dos libros que pretenden revolucionar, hacer que la vida y sus pasiones eclosionen, y que reflexionemos sobre la literatura y las vetas entre esta y la existencia, como un hilo, como un huso.  Continúan la colección Una historia desconocida, Marie Jelen, de Mercedes de Vega, Clarice Lispector, pararse sobre los escombros, de Luciana Prodan, Soy Catalina de Salazar, mujer de Miguel de Cervantes, de José Manuel Lucía Mejías, Julieta es un jardín (con un bosque interior), de Eduardo Blázquez Mateos, o Tránsitos por los estados del alma, cuaderno de viaje, de Soledad Córdoba y Zara Fernández de Moya.

A través de estas colecciones y antologías, Huso demuestra que cree profundamente en el formato corto. Defiende el cuento porque ahí se atisba rápidamente la capacidad narrativa de una persona que quiera dedicarse a la escritura, tal y como han demostrado Jorge Luis Borges o Julio Cortázar. Por eso es que, además de las antologías, también han salido a la luz recopilaciones de varios autores y autoras, caso de Antonio Orlando Rodríguez, Laura Massolo, una reconocida escritora argentina, Daína Chaviano, de las más grandes voces de la literatura fantástica, Gemma Solsona, Rhoda Broughton, Yuri Vázquez o Gabriela Guerra.

Un oasis editorial

Reconocía Mayda Bustamante en una entrevista en la página literaria Lecturafilia que “igual somos bastante atípicos, pues todavía recibimos manuscritos de autores y autoras que nos escriben” y “no tenemos en cuenta el género, la edad, el país de nacimiento, si tiene obra o no… Solo nos importa la excelencia de la literatura, y cuando la encontramos es una fiesta, y si resulta que se trata de la primera novela, pues celebramos doblemente el descubrimiento”. Huso se concibió desde el comienzo como una editorial donde la excelencia fuese el único criterio de publicación de una obra. Así, picando poco a poco, a día de hoy cuentan con ochenta y dos escritores y escritoras publicados, y un catálogo con colecciones diversas y muy acordes al mundo que habitamos: narrativa contemporánea, feminista, novela negra, narrativa checa, fantástica, de ciencia ficción y de terror, poesía teatro, Colección Homenaje y ocho antologías. Este proyecto tan personal se legará a la posteridad por defender el libro como patrimonio, y por seguir difundiendo la idea del libro como pan, a la manera del gran Federico García Lorca, que por el año 1931 decía aquello de “yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan, sino que pediría medio pan y un libro”.

 

¡Celebramos la literatura y la vida! Gracias Huso.