En el inicio de El hombre no mediático que leía a Peter Handke, Edgar Borges nos presenta un personaje que cuenta el día a día de una investigación sobre la obra de Peter Handke. El personaje, que también se llama Edgar Borges dice en voz alta: “Hace algún tiempo Peter Handke declaró que ‘Nuestra venerable Europa ha perdido la razón’. Yo sigo pensando que lo que ha perdido Europa es la belleza”.

Con semejante afirmación, el autor juega a marcar un ritmo, que como una triada, coloca en el espacio tiempo de la obra tres voces: el investigador, Peter Handke y el propio Edgar Borges. Y es que el nuevo libro del escritor venezolano utiliza las leyes de su ficción para investigar la realidad. Su sólo título anuncia una historia rompedora de paradigmas: El hombre no mediático que leía a Peter Handke.

En el año 2012 Ediciones en Huida, un pequeño sello sevillano, publica una novela extraña, híbrida, sugerente. En pocos meses El hombre no mediático que leía a Peter Handke cautiva la atención de la crítica y de lectores ávidos de una literatura distinta, convirtiéndose en el tiempo en uno de los libros más buscados del escritor nacido en Caracas y radicado en Madrid. En el camino la novela es publicada en otros países (Italia, 2016 y Serbia, 2019). Ahora, siete años después, Ediciones Carena (Barcelona, 2019) rescata esta obra en una edición muy cuidada.

Portada El hombre no mediático que leía a Peter Handke.

Una investigación sobre las bases de la ficción

Edgar Borges se vale de géneros tan diversos como la novela, la entrevista y el diario para montar una investigación sobre las bases de una ficción. Para ello se ubica a sí mismo, en primera, segunda y tercera persona, como el actor que interpreta a un hombre cuyo único bien comunicacional es la biblioteca de Peter Handke (Griffen, Austria, 1942). La obra, definida por su creador como “una investigación novelada en clave de diario”, obtuvo una beca residencia en el Centre d’Art La Rectoria de Barcelona.

El hombre no mediático que leía a Peter Handke es una novela contada en el tiempo real de una investigación. El autor, frente a un reloj de pared, va tomando apuntes de los datos que recopila y de los acontecimientos cotidianos que ocurren a su alrededor. Rutina familiar e investigación libran una batalla en el interior de un hombre que, por su condición de “autista mediático”, no tiene definida la vía para relacionarse con el resto de la sociedad. La imaginación, la palabra, la imagen, ¿puertas selladas o caminos por recorrer? En algún momento el investigador-personaje se confiesa diciendo que “El hombre no mediático no sufre de angustia ni de ataques imprevistos de prisa. Su lentitud visual le permite ver detalles inexistentes para la mayoría. Sin embargo, él tiene serios problemas para relacionarse con el resto. Su particularidad lo aleja de los otros. Y esto, a pesar de que aún no le representa desequilibrio, opera como una bomba alojada en su existencia (y que podría activarse en cualquier momento). ¿Qué hacer? ¿Cómo detener el inminente peligro que amenaza con implosionar su yo? ¿Él o los otros? Él desearía que el resultado fuese él y los otros, pero sabe que sostener su particularidad no es tarea sencilla”. Desde el inicio la novela le marca al lector un pulso de tensión que invita a preguntarse ¿Quién cuenta la realidad de quién? ¿El investigador o el autor? ¿Acaso el autor no es el investigador? ¿Cómo es posible que, en tiempos de saturación informativa, exista un hombre no mediático?

La biblioteca de la obra de Peter Handke le sirve al investigador como fuente para descubrir la relación entre la palabra y las sensaciones. En el desarrollo de la novela surgirán diversas referencias y extractos de los libros de Handke, autor de novela, poesía y teatro que trabaja los problemas de comunicación de los seres humanos y el lenguaje como espacio de reinterpretación de los vínculos. En paralelo al valor literario de la obra de Handke, la novela de Edgar Borges relata, con datos de la época, los sucesos que teniendo como centro la guerra de los Balcanes, enfrentaron a Peter Handke y el poder mediático-cultural de Europa.

La estructura de la novela, en lugar de capítulos, se divide en 32 Puertas. En este entramado, donde la ficción juega con la realidad, el autor entrevista a Cecilia Dreymüller (Alemania), Vicente Huici (España), Fernando Báez (Venezuela), Vicente Luis Mora (España), Eustaquio Barjau (España), Sandra Santana (España), Aleksandar Vuksanović (Serbia) y Luis Ureta (Chile), unos novelistas, otros poetas, dramaturgos, investigadores o traductores de la obra de Handke. La editorial catalana Ediciones Carena asume esta obra “como una respuesta a los lectores y a un mundo que cada vez se narra más en términos mediáticos”. Por su parte, el escritor y crítico español Vicente Luis Mora considera que “El hombre no mediático que leía a Peter Handke es un hallazgo por la acertada mezcla que hace de realidad, ficción, novela, entrevista y diario en beneficio de una investigación”.

Edgar Borges es autor de novelas como La ciclista de las soluciones imaginarias, El olvido de Bruno y La niña del salto. Parte de su obra ha sido traducida al inglés, italiano y serbio. El hombre no mediático que leía a Peter Handke, según palabras de su creador, “es una novela de ficción sobre un hombre que desconoce los contenidos mediáticos. Lo curioso es que, gracias a ese desconocimiento, se hace compleja la comunicación entre él y los otros”.

La presentación será el miércoles 4 de diciembre, a las 19:00 horas, en la librería Juan Rulfo de Madrid, ubicada en la Calle de Fernando el Católico, 86