“Recogemos la palabra vida y no sabemos dónde colocarla ahora”. Éste es el primer verso que leemos al abrir la portada de Intentar la casa, poemario con el que la autora, Andrea López Montero, se inaugura en el mundo de la publicación, de la mano de Piezas Azules Editorial.

Artista desde el momento en el que se sintió persona, esta poeta madrileña, de treinta y un años, busca la esperanza en los versos y nos sumerge en una realidad  con grietas por las que deja entrar la luz. De esas grietas y esa luz, de esa vida, hablamos con la autora, que presenta su libro, el próximo día 14 de noviembre, en una conversación con el poeta Gonzalo Escarpa, en María Pandora (Madrid).*

Entrevista con Andrea López Montero, que acaba de publicar el poemario 'Intentar la casa'

PREGUNTA.- Este poemario se lee como un todo, nos adentra en un momento de tu vida concreto. ¿cuándo y cómo surgen estos textos? ¿y por qué ahora el publicarlos?
RESPUESTA.- Precisamente ese leerse como un todo hace el porqué del poemario. El por qué ahora, porque hay que echar la llave en algún momento y trasladarse, mudarse. De alguna manera hay algo de lo que soy ahora en la escritura y a su vez está lejos, de alguna forma finaliza cierta inocencia.

Es un poemario que está acotado en cosas vividas, sí, que se inicia en un momento familiar muy complejo con fecha de inicio y de final. Surgen, entiendo, precisamente de intentar entender algo que no es en absoluto comprensible y que es a su vez inevitable, como son inevitables las consecuencias de un aguacero o de una escuadra que se cuelga torcida y siempre obliga a una pendiente indeseada.
 

Entrevista con Andrea López Montero, que acaba de publicar el poemario 'Intentar la casa'

Volver es girar hacia. Volver es siempre y nunca es irse/ Hacia delante de una esfera, hacia delante y nada.

P.- ¿Cómo ha sido la sensación de volver a estos textos, para enfrentarte a ellos de nuevo en la reescritura y a ese momento vital? ¿cuánto tiene o ha tenido de “curador” a nivel literario y a nivel emocional?
R.- De alguna manera he ido volviendo a estos textos en distintas circunstancias, he reescrito algunos, he quitado varios y algunos los he dejado, aunque de forma individual puedan tener un peso menor o una falta de pudor muy visceral, de alguna forma han estado ahí, rondando, rondándoles yo a ellos de manera cíclica.  En ese proceso los he rechazado, los he querido desvestir de sí mismos y finalmente a muchos los he respetado, porque tienen su sentido en el conjunto y derecho a su momento. Acabar algo creo que ya es conquistar cierta calma, poder continuar.

P.- Cuéntanos tu proceso de creación: ¿qué te inspira?, ¿cómo llegas a una imagen, a escoger una palabra u otra, a construir una metáfora?
R.- No lo sé. En el libro había una situación, circunstancias, ahora imagino que también. Me gusta coleccionar, coleccionar y mirar: creo que todo parte de ahí. A veces colecciono imágenes, a veces preguntas, cada vez más sonidos. Uno mira y ve.

P.- Es tu primer libro publicado, pero escribes poesía desde muy jovencita. ¿qué es para ti el hecho poético? ¿qué significa la poesía para ti?
R.- No de tan jovencita, hasta segundo o tercero de carrera escribía mucho, de forma un poco extra, más desde el pensamiento rápido o desde el ensayo que piensa lo visual y las tensiones. A partir de ahí, creo que la poesía es un infinito con hambre de infinitos, un lugar que no se acaba y nos amplía. Pero no es un lugar exactamente cómodo, tampoco algo inmenso puede serlo... imagina, mudarse con la inmensidad: ¡pesa un poco!

Ilustración que forma parte del poemario 'Intentar la casa', de Andrea López Montero

P.- En “Intentar la casa” encontramos poemas y poemas en prosa, ¿Qué importancia tiene para ti la estructura?
R.- No tiene mucha importancia, la verdad, sí hoy por hoy le doy más importancia a la forma cuando se trata de un poema, soy más consciente de las estructuras que uso, a partir de ahí, entiendo que son dos formatos de instantáneas distintos y que como con los cuadros, algunos tienen más sentido en vertical y otros tienen un formato propio, como una marina. Pues igual, es importante en la medida que es importante dentro del poema.

P.- Los poemas de este libro son íntimos, en cuanto emociones y realidad ¿cómo te enfrentas al pudor en tu escritura?
R.- Intentar la casa tiene mucho de primer libro y por tanto una pizca un tanto grande de desgarro y otra también considerable de inocencia y prueba, hoy por hoy dudo de lo evidente, hay menos auxilio, el poema es más libre. Cuando hay poco pudor en lo propio, se le niega el pudor a quien le llega, se le saca un poco, de alguna forma es más egoísta o algo así. No estoy en absoluto segura de nada de esto. Ahora soy más consciente del escondite, en parte, menos emotiva, en general.

P.- ¿Qué diferencia encuentras como medios de expresión, entre la poesía y la ilustración, tu otra vertiente artística, que además acompaña los poemas en el libro?
R.- Supongo que me parece más sencillo indicarte sus similitudes: de alguna forma su falta de objetivo comunicativo, es decir, el poema puede llegar a comunicar, pero no entiendo la poesía como un medio de comunicación, igualmente sucede con la imagen, puede comunicar (y de hecho ambos lo hacen de manera inevitable) pero no es este su objetivo último: sencillamente buscan ser. A partir de ahí entiendo que sean medios de, pero no sé hasta qué punto es expresión u otra cosa. Quizá sean distintos medios de construcción.

P.- ¿Cuáles son tus referencias o referentes poética/os?
R.- Dudo si he leído lo suficiente (y eso me hace dudar de cada rutina y querer poner a producir horas al reloj) como para hablar de referencias o referentes: sí sé que me interesa mucho la poesía escrita por mujeres, especialmente si canta gallega (y que dudo el por qué, qué razón subyace y araña esta querencia, sé que hay una fortaleza de raíz que sostiene de alguna forma no medible un asombro distinto) y que hay autores que, aunque se certifique sobradamente su referencia y sea insistir sobre lo absoluto, son eco cercano y luz. Luisa Castro, Olga Novo, Inger Christensen, Szymborska, Plath, Berta García Faet y gigantes indiscutibles como Lorca, Juan Ramón Jiménez, Cesar Vallejo...

P.- Recomiéndanos tres libros de poemas
R.- Señales para una sola bandera de Luisa Castro, Alfabeto de Inger Christensen y Los salmos fosforitos, de Berta García Faet: son todos libros que combustionan en palabras y te acaban la realidad para guardarte en este otro lugar que es la poesía.

Ilustración del poemario de Andrea López Montero

Voy a escribir porque no puedo volar, porque he olvidado volar y andar no es suficiente 

P.- ¿Hacia dónde vuelas ahora?
R.- Aunque de pequeña podía volar, sigo sin poder hacerlo, así que avanzo sencillamente a hacer. Habla Gonzalo Escarpa de ser de los que hacen, hacia allí, desde ahí: hacer.

*María Pandora: Plaza de Gabriel Miró 1 - MADRID. El evento tendrá lugar a las 19:30h.