Sandra Barneda tiene dos caras, pero ambas se complementan. Como periodista y presentadora de televisión nos muestra su faceta más pública. Al mismo tiempo pasa mucho tiempo en la sombra tejiendo las historias que alimentan sus libros. “He encontrado mi yin yang. Yang es la televisión y yin, la escritura”, nos explica en una entrevista con motivo de la publicación de su nueva novela, ‘Las olas del tiempo perdido’ (Planeta). “Encajan perfectamente en mi persona y lo llevo súper bien porque la televisión implica estar más para afuera y, en cambio la escritura es algo muy interno, de soledad y de estar contigo”, enfatiza. 

Aunque sus novelas no son autobiográficas, sí están impregnadas de su “paleta emocional”. En ‘Las olas del tiempo perdido’ la finalista del Premio Planeta ha querido hacer un homenaje a la amistad y la importancia de tener una tribu. Se trata de una emotiva historia sobre los veranos de la infancia recreada a través de un grupo de amigos que vuelven a reunirse después de 21 años. Pese a que la excusa del encuentro es un tanto macabro -van a celebrar el 40 cumpleaños del benjamín del grupo, fallecido en un accidente de tráfico que más allá de la pérdida personal, dinamitó la relación entre todos ellos-, esos cuatro días de convivencia les sirven para liberarse de sus mochilas, saldar cuentas pendientes y resurgir como el ave Fénix.

Sandra Barneda, en los acantilados de Ajo (Cantabria), el lugar en el que transcurre su última novela 'Las olas del tiempo perdido' (Carlos Ruiz B.k. - Contumaz Studio)
Sandra Barneda, en los acantilados de Ajo (Cantabria), el lugar en el que transcurre su última novela 'Las olas del tiempo perdido' (Carlos Ruiz B.k. - Contumaz Studio)

PREGUNTA: ¿Qué podemos encontrar en esta nueva novela, ‘Las olas del tiempo perdido’?
RESPUESTA: Es una novela que habla de reencuentros, que habla de la amistad, que habla del poder de pertenencia. Es una novela que te reconcilia con tus primeros veranos, los veranos de la infancia, y te recuerda la importancia del carpe diem, de vivir la vida a tope.

P: Sí, de hecho, empieza con un poema que retrata esa idea
R: Con un poema de Walt Whitman. Es un homenaje a ese ‘Club de los poetas muertos’[la película protagonizada por Robin Williams en 1989 en la que un profesor de literatura inculcó a sus alumnos a través de la poesía la importancia del carpe diem], y que tiene mucho que ver con esta novela que transcurre en los 90. Al final es el letimotiv de la historia que cuento.

P: ¿Que hay de ti en la novela?
R: Está todo, es una parte de mí. La novela parte de esa paleta emocional que los escritores tenemos a la hora de de tejer una historia. Si te refieres a algo biográfico o autobiográfico, no hay nada. Todo forma parte de la ficción. 

P: ¿Cómo surge ese deseo de homenajear a la amistad?
R: Quería hablar del poder de pertenencia, del poder del círculo de las tribus, del sostén que te pueden dar los amigos y el antídoto que pueden llegar a ser contra la soledad.  Al final es un grupo de amigos que que se reencuentran tras haberse separado porque se produce una muerte inesperada. 21 años después se ven obligados a encontrarse porque fue una promesa que le hicieron al muerto, que es celebrar su 40 cumpleaños. En esos cuatro días de convivencia suceden muchas cosas, se saldan cuentas pendientes, todo aquello que habían silenciado, la mochila que lleva cada uno de ellos... Volvieron a conectar con esa niña interior o ese niño interior que, a lo mejor has dejado abandonado, pero que no te ha abandonado nunca porque siempre ha estado ahí.

P: ¿Cómo es tu tribu?
R: Muy heterogénea, gente muy dispar por edad, profesión, geolocalización... No es una tribu muy amplia, es pequeña, pero me siento muy querida. Es importante tener una, dos, tres o cuatro personas que sepas que en cualquier hora del día o en cualquier momento vital puedes recurrir a ellos porque no te juzgan, porque es gente que te acepta tal cual eres, que te ven en esencia. Y eso es, eso es la verdadera tribu.

P: ¿Mantienes en esa tribu, en esas personas más cercanas amistades de la infancia?
R: Las amistades de la infancia están, pero son más atemporales. Dentro de la tribu actual no hay amigos de infancia.

Uno de los escenarios más mágicos de la novela de Sandra Barneda es la cueva de la Ojerada, donde los personajes descubren juegos adolescentes como el de la botella. (Foto: Carlos Ruiz B.k.)
Uno de los escenarios más mágicos de la novela de Sandra Barneda es la cueva de la Ojerada, donde los personajes descubren juegos adolescentes como el de la botella. (Foto: Carlos Ruiz B.k.)

P: ¿Tienes algún vínculo personal con Ajo, el escenario de la novela?
R: No, el vínculo es que cuando llegué, me enamoré de este lugar. Vengo de cuando en cuando a pasar unos días, es como un lugar muy íntimo, con un paisaje extraordinario y se come de maravilla. Tiene todos los ingredientes para que te guste.

P: ¿Es tu refugio?
R: Es uno de mis refugios, porque hay que tener más de uno.

P: ¿Cómo te gustaría que recibieran los posibles lectores esa novela?
R: Que disfrutaran. No hay mejor libro que el que te hace olvidarte de todo y que se te pasen las horas, nunca mejor dicho.Que se sintieran acompañados y que les transportara a esos amigos de su primera tribu, como a mí me pasó cuando estaba terminando la novela. Ojalá pudierá provocar un reencuento o mirar a un amigo y decirle 'te quiero, ¿sabes? gracias por todo lo que has hecho'.

P: ¿Estos tiempos tan difíciles que hemos vivido todos, de distancias, de separación, han influido de alguna manera en que se geste una novela como ésta?
R: Conscientemente, no. Es verdad que este agosto todos hemos tomado todos un poco las calles. Entonces inconscientemente puede ser, pero está muy enfocado al vínculo, a homenajear el poder de pertenencia como antídoto a la soledad que tanto nos está azotando en esta sociedad. Y es algo, algo endémico, transgeneracional. Creo que va más por ahí, pero no me atrevería a negar que haya habido alguna influencia de todo lo que hemos vivido.

P: 'Un océano para llegar a ti', la novela finalista del Premio Planeta, 'Las olas del tiempo perdido', 'Las hijas del agua', ¿qué tiene el agua que te atrae tanto?
R: Soy una autora que está muy interesada en el cuerpo emocional de los personajes y el agua es uno de los símbolos de las emociones. Las tres novelas son muy emocionales. El agua es también el el símbolo de la mujer. Sí, estoy en una fase muy agua.

P: Acabas de presentar tu nueva novela y vuelves en televisión con 'La Isla de las Tentaciones', ¿cómo te sientes?
R: Muy agradecida. Es el momento de recogida después de un tiempo de siembra. Trato de estar con los pies, en la tierra, agradecida con todo el mundo, con el cariño que recibo y con los éxitos que estoy teniendo.

P: ¿Cómo compaginas la televisión con la escritura?
R: He encontrado mi yin yang. Yang es la televisión y yin es la escritura. Encajan perfectamente en mi persona y lo llevo súper bien porque la televisión implica estar más para afuera y, en cambio la escritura es algo muy interno, de soledad y de estar contigo.

P: A la hora de imaginar historias te viene muy bien estar de puertas afuera, la televisión puede ser también una fuente de inspiración...
R: Si no vives, es complicado escribir, no tejer historias. Son dos mundos complementarios. ¿Inspiración en la televisión? Quizás en algún momento escribiré algún libro basado en el mundo de la televisión. Seguro que podría escribir muchas cosas y buenos libros. A lo mejor sería un thriller. A la gente le gustaría mucho saber quién es quién.

P: Hemos visto en programas como 'La isla de las tentaciones' momentos gloriosos. ¿Crees que la realidad supera la ficción?
R: Yo siempre digo que la realidad siempre supera la ficción. Hay momentos que se viven en el programa, que si lo escribiera un guionista en este caso o un escritor, todos diríamo '¡hala, ya ha pasado!'. Pues está pasando.

P: ¿Serías capaz de ir a un programa como ese?
R: No, sufriría demasiado.

P: ¿Qué proyectos tiene ahora en mente?
R: De momento disfrutar de la salida de 'La Isla de las Tentaciones' y la nueva novela. No me da la cabeza para más. Aunque siempre estoy gestando algo, ahora mismo estoy encarnando hacia donde quiero ir con la siguiente novela, pero pero no me he puesto a escribir.

P: ¿Te planteas algún día tu vida dedicada solo a la escritura?
R: Como posibilidad, por supuesto. Sería feliz, pero ahora estoy bien como estoy. No es un presente ni un futuro inmediato.

P: ¿Echarías de menos la televisión?
R: Como decía una amiga mía bailarina, todo tiene su tiempo. Si realmente lo dejas, consciente de que lo dejas, no lo echas de menos.