Verano de 1975, con el Franquismo dando sus últimos coletazos, la tensión ciudadana y política campaba a sus anchas en todo el país, especialmente en Madrid, donde uno de los acontecimientos que marcaron esta última época de la dictadura pasó más desapercibido que otros en los libros de historia contemporánea.

Muchos no sabrán qué fue el Frente Revolucionario Antifascistas y Patriota (FRAP) y el papel que jugó en esta época determinante, y de seguro no conocerán el nombre de Xosé Umberto Baena, pero sí podrán ahora de la mano de Roger Mateos. La profunda investigación que el periodista elaboró durante dos décadas está ahora al alcance de la mano en ‘El verano de los inocentes: el secreto del último fusilado del Franquismo’ (Editorial Anagrama), un laborioso trabajo que recoge todas las luces y las sombras que se enmarcan en el último fusilamiento del régimen el 27 de septiembre de hace medio siglo atrás.

Pero, ¿quién fue este joven protagonista? Baena, junto a José Luis Sánchez-Bravo y Ramón García Sanz, todos ellos militantes del FRAP y del Partido Comunista de España (marxista-leninista), fue uno de los últimos acusados de terrorismo y fusilados por el régimen de Francisco Franco en Hoyo de Manzanares (Madrid) por el atentado en la calle Alenza de Madrid el 14 de julio de 1975, que dejó un policía muerto, Lucio Rodríguez Martín, agente que patrullaba en la puerta de las oficinas de Iberia.

Un hombre a punto de cumplir veinticinco años levanta la vista al cielo por última vez. Está de pie, despeinado, desolado. Desahuciado. Le quedan solo unos segundos de vida. (...) Lo van a fusilar.

Sin embargo, el proceso policial sobre este caso despertó un sinfín de preguntas sin respuesta o con teorías a medio camino que Mateos trata de descifrar y probar que todo estuvo orquestado.

La última vez que Baena pudo ver a su familia mientras se encontraba entre rejas y a la espera de asumir un destino fatal, este le confesó a su padre unas palabras que marcan el paso de la narración: “No fui yo quien lo mató”. Si no lo hizo, ¿por qué la policía franquista le acusó y condenó sin las pruebas suficientes? A la conclusión que llega el periodista en su extensa investigación es que el joven militante del FRAP pudo no haber apretado el gatillo que mató a la víctima mortal, tal y como sí sostuvo el régimen.

El asesinato del policía en la calle Alenza fue un acto reivindicado por el FRAP, motivados por dar un giro político y revolucionario a la España franquista en sus últimos meses de vida, pero las fuerzas franquistas quisieron dar carpetazo rápido al asunto inculpando a Baena como autor del crimen sin tan siquiera tener pruebas refutables de estos hechos.

Con una narración rítmica que no hace perder la atención del lector y con un aire periodístico latente en cada parte de la historia, Roger Mateos reconstruye uno de los últimos episodios más desconocidos del Franquismo tomando como hilo conductor el fatal destino de Xosé Umberto Baena, abordando a su vez el peso que tuvo en esta época el FRAP y sus relaciones en la sombra con el régimen comunista en Albania de Enver Hoxha en los años 70, así como los planes de actuación del Partido Comunista en estos momentos convulsos coincidiendo a su vez con los atentados de ETA.

‘El verano de los inocentes’ da voz a la realidad no tan lejana de la España contemporánea y que aún late en los corazones y memorias de aquellos que lo vivieron, muestra de ello, los testimonios que recoge Mateos contando con Maruxa, pareja de Baena; Flor Baena, hermana del joven fusilado, y otros muchos miembros y figuras determinantes en este relato entrelazado de claroscuros. Con este trabajo, Mateos da voz a un capítulo histórico que manifiesta cómo la dictadura movió sus hilos policiales en su favor, pero del que la sociedad civil, aquella que la vivió, no olvida pese al paso de los años.

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