Ante la triste noticia de la muerte de Jorge Martínez, cantante de la banda de rock Ilegales, a causa de un cáncer de páncreas, la música nacional rinde homenaje a una figura que destilaba indisciplina y macarrismo como soportes de una vida que nadaba contra el sistema y en favor de la libertad. En 2018, el artista le concedía una entrevista a ElPlural para hablar de por aquel entonces de su nuevo disco, Rebelión, y en la que Jorge Ilegal dejaba etrever algunos de sus pensamientos más críticos y, por su puesto, llamaba a la insrurrección

Como en la portada de aquel disco, a 666 metros sobre el nivel del mar, en el Parque del Retiro de Madrid, surgía una reflexión: "El ángel caído es el primer rebelde, se rebela contra dios pero no le sale bien. No se sabe quien es el bueno y el malo porque los vencedores son siempre los que cuentan la historia. Es esa batalla, esa rebelión tan necesaria, sobretodo en estos tiempos", aseguraba el asturiano. 

 

Es momento para rebelarse

El líder de Ilegales llamaba así a la revuelta, precisamente porque aquella corriente de optimismo que abrazó al debut de la banda de rock se había ido difuminando con el paso del tiempo. "Toda esa esperanza que teníamos en 1982 cuando sacamos el primer disco de Ilegales se ha diluido. Los derechos laborales casi no existen, la gente trabaja por una miseria, se había abolido la censura y ahora padecemos una ley mordaza, la sanidad pública se ha privatizado parcialmente, lo mismo pasa con la educación pública. Es momento para rebelarse", zanjaba con una declaración fiel a su estilo: "Incluso hay quien intenta demonizar la palabra rebelión. Oh rebelión, todos al infierno… Pues vayámonos al infierno tengo cojones para hacerlo con quien sea".

Ante la pregunta más obvia -'¿contra qué debemos rebelarnos?'- el músico asturiano ofrecía la respuesta más sensata. "Contra todos aquellos que han convertido un país prometedor en un país que ya tiene trazas de subdesarrollado. La gente vota por desesperación y en dichos momentos se toman decisiones que no son las mejores. Hay que pensarse más las cosas. Tenemos que combatir al mal sin odio, porque siempre te mancha. Lo primero para ganar un combate es tener razón y que el odio no te llene. Una vez llegado a ese punto, destruye.", explicaba con determinación. 

Devolver el rock a lo político

El cantante nos hablaba de la decandencia del género. A su juicio, mientras el panorama político se recrudecía, el rock había perdido parte de su espíritu reivindicativo. Martínez lamentaba que, en la última década, el mensaje crítico hubiera ido desapareciendo. "Ilegales somos un grupo muy político. Los humanos y todas las especies somos animales muy políticos. La política está hasta en los más pequeños movimientos del día. No tenemos ningún escrúpulo para introducirnos en el mundo político. Ya lo éramos desde la primera canción. Mira Europa ha muerto o Tiempos nuevos tiempos salvajes (levántate y lucha esta es tu pelea). La política se filtra por las paredes, esta inherente a todo y hacerse una coraza o una burbuja para evitarla es una estupidez", reivindicaba. 

Durante el encuentro, el músico ya hablaba sobre el miedo a posicionarse, que alimentaba la censura institucional cada vez más presente. "No sólo está la ley mordaza sino que hay un montón de censores espontáneos y ya se cuela hasta esta gente de Operación Triunfo, no distiguindos por su capacidades artísticas ni por su inteligencia. Esta gente roza la idotez clínica, ellos y quienes lo llevan. Y se han erigido como nuevos censores, no se puede decir nada. Siempre aparece un nuevo colectivo censurando cualquier cosa que puedas decir. Los que están metidos en OT, son la parte mas imbécil de la sociedad y con menos formación, con total seguridad. La corrección política esta mutilando al idioma por culpa de estos gilipollas". Remataba convencido: "lo puedes publicar así".

Conocía biene sas tensiones. Su canción Heil Hitler surgió como un desafío directo a lo políticamente correcto. Escoger la figura del mayor criminal de la historia y ensalzarla solo con intención de provocar respondía, según él, a una razón más que concreta. "La intención de esta canción era ofender y provocar a los hippies, un colectivo que era todo lo contrario que pretendían ser. Los hippiosos eran dogmáticos, tenían pensamiento único y olor único, olían todos fatal", sentenciaba. 

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