Dejar el mundo atrás (‘Leave the World Behind’, en inglés) es una de las películas más comentadas y vistas de Netflix en los últimos días. Estrenada este 8 de diciembre, la cinta rápidamente se ha convertido en una de las grandes obras de este 2023 dentro del séptimo arte. Se trata de un thriller psicológico (tiene bastantes semejanzas con ‘No mires arriba’, otra de las grandes producciones de Netflix) que explora las reacciones de dos familias ante una situación catastrófica que amenaza con destruir el mundo tal y como lo conocen. La película está basada en la novela homónima de Rumaan Alam, publicada en 2020, y dirigida por Sam Esmail, creador de la serie Mr. Robot.

La trama se centra en Clay (Ethan Hawke) y Amanda (Julia Roberts, inmensa en su papel), una pareja de neoyorquinos que decide pasar unas vacaciones en una lujosa casa de alquiler en Long Island, junto con sus dos hijos adolescentes. Sin embargo, su tranquilidad se ve interrumpida por la llegada de los dueños de la casa, Ruth (Myha'la Herrold) y G.H. (Mahershala Ali), hija y padre, respectivamente, afroamericanos que afirman haber huido de la ciudad tras un misterioso apagón. A partir de ese momento, los cuatro adultos y los dos niños tendrán que convivir en un ambiente de tensión, desconfianza y paranoia, mientras intentan averiguar qué está pasando en el mundo exterior.

Dejar el mundo atrás plantea una reflexión y una crítica sobre la importancia de la tecnología y la comunicación en la sociedad actual, y cómo su ausencia puede generar caos, miedo e incertidumbre. Los personajes se ven privados de sus dispositivos electrónicos, de internet, de la televisión, de la radio y del teléfono, lo que les impide acceder a cualquier información sobre la crisis que se está produciendo. Además, el ciberataque que provoca el apagón también afecta a otros sistemas vitales, como el suministro de agua, la electricidad o el transporte. Los personajes se sienten aislados, vulnerables y desorientados, sin saber qué hacer ni a quién recurrir.

La película también muestra la relación entre las dos familias, una blanca y otra negra, que se ven obligadas a compartir el mismo espacio en un escenario apocalíptico. Aunque al principio hay cierta cordialidad y solidaridad entre ellos, pronto surgen los prejuicios, las tensiones y las alianzas. La raza, la clase, las desconfianzas y la cultura juegan un papel determinante en su interacción, revelando las diferencias y los conflictos que existen en la sociedad estadounidense. Los personajes se enfrentan a sus propios miedos, inseguridades y egoísmos, y tienen que decidir si cooperar o competir por la supervivencia.

Dejar el mundo atrás es una película que invita a cuestionar la fragilidad de la civilización y la ilusión de seguridad que nos ofrece el mundo moderno. El título y el final de la película sugieren que los personajes tienen que aceptar la realidad de que el mundo que conocían ha desaparecido, y que tienen que enfrentarse a un futuro incierto y desconocido. El director Sam Esmail logra crear una atmósfera de suspense e intriga, que mantiene al espectador en vilo hasta el último momento.

Los Obama, detrás de este apocalipsis

Por otra parte, uno de los aspectos más destacados de la película es que cuenta con la producción de Higher Ground, la empresa fundada por el ex presidente de Estados Unidos, Barack Obama, junto con su mujer Michelle. La pareja se interesó por el proyecto tras leer la novela de Rumaan Alam, que fue incluida en la lista de los mejores libros de 2020 por el propio Obama. Según el autor, los Obama le enviaron una carta personal expresando su admiración por su obra y su deseo de adaptarla al cine. “Tenía muchos apuntes sobre los personajes y la empatía que sentiríamos por ellos. Tengo que decir que es un gran aficionado al cine, y no se limitó a dar notas sobre cosas de su entorno. Estaba dando notas como fan del libro, y quería ver una película realmente buena”, llegó a declarar Esmail.

Barack Obama no solo fue productor ejecutivo de la película, sino que también colaboró con el guion, aportando su experiencia y conocimiento sobre temas políticos, sociales y tecnológicos. El expresidente mantuvo varias reuniones con el director Sam Esmail, a quien le dio sugerencias y comentarios sobre el desarrollo de la historia, los personajes y los diálogos. Esmail reconoció que la participación de Obama fue muy valiosa y enriquecedora para el proyecto, ya que le ayudó a darle más realismo y profundidad a la trama.

Sam Esmail y su huella con la tecnología

El director de la película, Sam Esmail, es un reconocido guionista, productor y director de cine y televisión, que ha demostrado un gran interés y talento por retratar los efectos de la tecnología en la vida humana. Como se señalaba en las líneas anteriores, su obra más famosa es la serie Mr. Robot, que narra la historia de un hacker (interpretado por Rami Malek) que se une a un grupo de activistas cibernéticos para derrocar a una corporación malvada. La serie aborda temas como la alienación, la identidad, la sociedad de consumo, la vigilancia, la seguridad informática y la revolución social. Esmail ha sido elogiado por su estilo visual, su narrativa compleja y su crítica social.

Otro ejemplo de la influencia de la tecnología en el trabajo de Esmail es la serie Homecoming, que se basa en un podcast del mismo nombre. La serie cuenta la historia de una terapeuta que trabaja en una instalación secreta que ayuda a los soldados a reintegrarse en la sociedad, pero que oculta un oscuro propósito. La serie explora temas como la memoria, el trauma, la ética y la manipulación.

Dejar el mundo atrás es la segunda película de Esmail como director, después de Comet, una comedia romántica de ciencia ficción que se estrenó en 2014. En esta película, Esmail también aborda el tema de la tecnología, pero desde una perspectiva más fantástica y metafórica. La película sigue la relación de una pareja a lo largo de seis años, en diferentes universos paralelos, donde el destino, el tiempo y el espacio se entrelazan.