La tercera sesión de la primera jornada de las Conversaciones de Formentor giró alrededor de las “bestias”. La periodista Marga Vives se ocupó de la presentación y de la moderación, quien, tras definir el concepto a través de definición de la RAE, dio paso a la presentación de cada uno de los ponentes. A continuación, “Vida y obra de Ida Vitale. Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2018”, durante la cual se pudo disfrutar de la elocuencia, el humor y la capacidad narrativa de Vitale.

 

El escritor y editor Gustavo Guerrero, a partir de la novela The Night, de Rodrigo Blanco Calderón, contextualizó esta novela dentro de un cierto resurgir en los últimos años de un grupo de novelistas venezolanos que tienen su país como elemento narrativo desde diferentes perspectivas para acercarse a su realidad. Destacó el carácter de obra coral de The Night para narrar los feminicidios llevados a cabo por altos cargos. Verdaderos monstruos producidos por la sociedad venezolano durante los últimos cuarenta años. Poder, locura y mal: maneja como tela de fondo a lo largo del libro. Mirada más literaria que otros autores venezolanos actuales, más oblicuo, aunque ejerce como crisol de una relación entre poder, locura y mal a lo que se debe sumar el silencio para retratar el clima moral de un tiempo gracias a la ficción. Finalmente, Guerrero ha planteado que feminicidio y suicido social se relacionan directamente.

 

La escritora Elisa Victoria Marroquí, ha llevado a cabo una lectura muy personal de El enebro, de Barbara Comyns. Nos ha recordado que el título y el tema de la novela proviene de los hermanos Grimm y que cuando Comyns regresa a Inglaterra tras vivir veinte años en España, decide escribir de nuevo; al menos publicar de nuevo. Para ello toma tres decisiones: el escenario sería el Londres contemporáneo; en segundo lugar, iba a ser ese personaje monstruoso; en tercer lugar, sería narrado en primera persona y, por tanto, ella debería ponerse en una piel muy desagradable. El folclore y la literatura experimental se dan la mano, dos temas que interesa especialmente a Elisa Victoria, así como que se trate de un libro lleno de compasión y empatía hacia quien se porta mal; también ante quien es diferente, quien no tiene espacio en la sociedad. Plantea cómo el rechazo social puede convertirse en un monstruo. Una lectura muy personal y cercana, en la que la escritora ha llevado a cabo una de las intervenciones más emotivas.

 

José Ovejero, ha hablado de El rey de los alisos, de Michel Tournier, partiendo de que el mito sustituye a lo real cuando esto se convierte en insoportable. Siguiendo al personaje de la novela de Tournier, Ovejero ha hablado de la figura del ogro desde el siglo XVIII. Ese ogro incapaz de sentir empatía que en la novela es usado por todos y él se ajusta a todos. En apariencia inhumano, su parte asocial y su tendencia a la incomunicación, paradójicamente, es lo que hacen de él humano. Y eso hace que lo entendamos mejor. Una novela que supone una mirada hacia la brutalidad de todo un continente y de una poca a través de los ojos de un ogro.

Ana Merino, ha llevado a cabo un acercamiento también muy personal, quizá no podía ser de otra manera, a la novela de su padre, José María Merino, La novela de Andrés Choz. Ha recordado desde su infancia su relación con la narrativa de su padre, para hablar de la novela y su punto de vista sobre el proceso creativo. Una novela que tiene una novela en su interior y que, finalmente, se confunde como un monstruo literario.

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Fèlix Riera pensó en hablar de lo monstruoso asociado a la belleza y, para ello, ha elegido La exposición, de Nathalie Léger. Riera cree que el hombre contemporáneo vive incomodo ante la belleza por una sobredosis de falta de interés por ella y por la indiferencia ante cualquier discurso sobre lo bello, sobre elementos estéticos. Como si la belleza nos desbordara y se nos fuera de las manos. En definitiva, la belleza humana como caída al pozo y no como modo de redención.

Después, Aurelio Major presentó el encuentro con la gran Ida Vitale, acompañada por Ida Vitale, Valerie Miles y Dulce María Zúñiga, directora del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances, en un encuentro que se comenzó repasando la obra y vida de Vitale y acabó, con gran fortuna, en una conversación más abierta en la que la poeta uruguaya desplegó su humor e inteligencia.

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