Quentin Tarantino es conocido, entre otras muchas cosas, por ser una persona excéntrica, exigente y con un humor muy particular. Todas esas características de su personalidad las vemos perfectamente reflejadas en sus nueve películas, cada cual más brillante y excepcional.

Como ocurre con otros directores, Tarantino sabe bien por qué actores y actrices apostar para que den vida a sus personajes. Razón por la cual repite en muchas ocasiones con, por ejemplo, Leonardo DiCaprio, Brad Pitt, Uma Thurman o Samuel L. Jackson. Todos ellos, intérpretes de gran calidad y una larga y fructífera carrera profesional.

No es la primera vez que el director estadounidense es noticia por filtrarse a los medios que ciertas escenas de sus cintas en realidad se han improvisado. Ya sea por la falta de indicaciones que, muy conscientemente, no da el propio Tarantino a los actores; o bien porque los protagonistas optan por asimilar hasta tal punto sus papeles, que se dejan llevar ante las cámaras, con un resultado magnífico que termina por ser la versión final.

Para poner en valor tanto el trabajo de los artistas como la maestría del director, ElPlural.com ha recogido cinco míticas escenas del cine de Quentin Tarantino que fueron improvisadas:

1. El baile de Señor Rubio

Al parecer, una de las mejores escenas de su película debut, Reservoir Dogs, fue en realidad improvisada. Michael Madsen, que interpretaba al Sr. Rubio, acabó admitiendo en plena entrevista y con Tarantino presente, durante el Festival de cine de Tribeca, que la mítica secuencia de baile que hace su personaje tuvo que improvisarse.

"Nunca me hiciste ensayarla, porque estaba muy intimidado por ella. No sabía qué hacer. En el guión decía, 'Sr. Rubio baila como un maníaco'. Y yo no para de pensar, '¿qué cojones significa eso? ¿Como Mike Jagger, o qué? ¿Qué coño voy a hacer?" explicó Madsen al periodista.

De esta manera, el actor terminó por inventársela sobre la marcha, dejando un resultado hilarante y memorable que ahora todos consideramos como uno de los momentos más impactantes y sádicos de la película.

2. La guitarra destrozada por John Ruth

El personaje interpretado por Kurt Rusell en Los Odiosos Ocho destrozó contra un pilar una valiosa guitarra de, nada menos, que 145 años de historia, que había sido alquilada al Martin Guitar Museum.

Durante la escena en cuestión, John Ruth le arrebata el instrumento a Daisy (Jennifer Jason Leigh) después de que ella interprete una canción, y acto seguido la rompe a golpes contra un pilar de la estancia. Hasta ahí, todo se había planeado tal y como ocurrió, solo falló el detalle de que la guitarra en sí no era la que previamente se había pactado que debía ser destruida, ya que para llevar a cabo la secuencia se utilizaría una réplica de la misma.

Según informó a posteriori parte del equipo, el instrumento debía ser intercambiado antes de que Kurt Russell se la quitase a su compañera, algo que nunca ocurrió. Con el agravante de que nadie comunicó a Russell que debía ser él quien tenía que cambiar la guitarra antes de despedazarla.

La improvisación viene de manos de la actriz, que muy consciente de que su compañero de reparto estaba rompiendo un valiosísimo instrumento, tuvo que seguir con la escena como si aquello no hubiera pasado. Su reacción de sorpresa y angustia es completamente real.

Se rumorea que el director conocía de sobra que el intercambio no se había realizado y dejó que la escena fluyera. Además, el equipo informó al museo que "había sido un accidente en el set de grabación". Los responsables de la exposición quedaron estupefactos al visionar la cinta y descubrir la realidad.

3. El corte en la mano del negrero Calvin J. Candie

Leonardo DiCaprio se mete tanto dentro de sus personajes que es habitual que en todas sus películas haya, como mínimo, una escena improvisada. Más aún si trabaja con Quentin Tarantino.

En este caso, se trata de la película Django Desencadenado, en la que DiCaprio interpreta a Calvin J. Candie, quien invita a los protagonistas Django (Jaime Foxx) y el Doctor King Schultz (Christoph Waltz) a su enorme mansión sureña para hacer negocios.

Durante la secuencia de la cena, estaba pactado que DiCaprio tiraría una copa al suelo. Sin embargo, nadie se esperaba que al golpearla, la mano del actor comenzaría a sangrar. En su rostro se puede ver el dolor al cortarse, pero es tal su implicación con el personaje que decide continuar la escena, dándole un toque todavía más violento al pasar su ensangrentada mano sobre el rostro de la actriz Kerry Washington, que interpretaba a su esclava.

Una el director gritó "corten", DiCaprio tuvo que ser intervenido, necesitando para cerrar la herida varios puntos de sutura.

4. Las excusas de Vincent Vega al disparar a Marvin en la cara

Una de las escenas más divertidas, a la par de sanguinolientas, de Pulp Fiction, ocurre cuando Vincent Vega (John Travolta) le dispara sin querer en la cara a Marvin (Phil LaMarr). En un principio no iba a ser exactamente tal y como finalmente la vimos, ya que, a pesar de que el guión estaba bastante detallado, la mayoría de palabrotas y algunas de las excusas utilizadas durante la secuencia fueron todo idea de Travolta.

El actor añadió de su cosecha varias palabras, ante la perplejidad que sufrió al llevar a cabo la sangrienta escena, lo que proporcionó más realismo. Hoy en día, el disparo a bocajarro en el asiento trasero del 1964 Chevrolet Chevelle Malibu se ha convertido en todo un hito del cine de Tarantino.

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5. La pateleta de Rick Dalton en su tráiler

Para terminar por todo lo alto, la ultima cinta de Tarantino no podía no contener una escena improvisada. Otra vez por iniciativa de Leonardo DiCaprio, podemos ver en Érase una vez en... Hollywood una secuencia inventada por el actor que cautivó al director y la antepuso a la idea inicial que él tenía.

Las excelentes interpretaciones de DiCaprio como Rick Dalton, así como de Brad Pitt encarnando a Cliff Booth, han destacado entre las críticas.

Dalton es un actor que se encuentra en un momento duro de su carrera: ha sido encasillado como actor de western. Algo que le ha frenado en repetidas ocasiones para conseguir otros tipo de papeles. No obstante, no está todo perdido, ya que se le ofrece la oportunidad de hacer de villano en una cinta llamada Lancer. Durante el rodaje de la misma, tras una terrible escena en la que no da lo mejor se sí mismo, Dalton se mete en su tráiler y comienza a gritar, insultarse y autoexigirse. Además, el actor comienza a tirar cosas al suelo y a la poca dignidad que le quedaba.

La secuencia es una de las más alabadas de la película, más aún si se tiene en cuenta que DiCaprio decidió improvisarla en su totalidad.

Según IndieWire, durante una ronda de preguntas y respuestas tras la proyección de la película en el cine New Beverly, Quentin Tarantino explicó que la escena fue una idea propia de DiCaprio: "No estaba en el guión, así que nunca la ensayamos. Leo tenía esta idea y en un momento me dijo: "Tengo que meter la pata durante la escena de 'Lancer', ¿vale? Y después de eso tengo que tener una crisis real de consciencia y recuperarme de ella".

Gracias Leo por regalarnos semejante momentazo.