Andrea D’Odorico (Udine, Venecia, 1942), el escenógrafo más importante del teatro español de las últimas cuatro décadas y una figura clave como productor de montajes, falleció anoche en Sevilla, víctima de un ataque al corazón y en plena gira de su último espectáculo, Así es, si así fue…


D’Odorico se trasladó a España, desde su Italia natal, en la década de los años 70, para renovar la concepción escenográfica del teatro español. Arquitecto de formación, nos alineó con la tendencia europea, donde eran los arquitectos y artistas plásticos los que se ocupaban de las escenografías, un elemento teatral al que nuestros dramaturgos de entonces no le concedían suficiente relevancia.


D’Odorico, que sin duda ha acabado encumbrándose como el escenógrafo más importante del teatro español, contrapuso a los decorados de aquella época, que eran realistas, escasos de creatividad y, a menudo, rudimentarios, una visión plástica de la escena, elegante, conceptual, original y con inclinación al minimalismo, aunque su máxima siempre fue la funcionalidad, el acople de la ambientación a las necesidades de cada pieza y los fines de su director.


En 1972, entabló una alianza profesional con Miguel Narros, uno de los grandes dramaturgos españoles, con el que se identificaba en su creatividad vanguardista. La asociación resultaría sólida y fundamental no solo para las carreras de ambos, sino también para el curso de las artes escénicas de nuestro país. Juntos fundaron el Teatro Estable Castellano y el Teatro del Arte, de los que nacieron montajes inolvidables como Sabor a miel, Hedda Gabier o Ay, Carmela.


Ya en 1993, D’Odorico fundó una empresa dedicada en exclusividad a la producción teatral, que, hasta su disolución en 2008, levantó 15 montajes, todos dirigidos por Miguel Narros. Y a partir de 2008, emprendió una nueva etapa en solitario, donde colaboró con destacados directores como Juan Carlos Plaza y Laila Ripoll.


Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes 2010, Premios Max por Panorama desde un puente y Premio Ceres 2014 a la Mejor Trayectoria Empresarial, también hizo incursiones en el cine a las órdenes de Pilar Miró o Manuel Gutiérrez Aragón, y obtuvo un Goya por Tirano Banderas, de José Luis García Sánchez.


Foto: Escena de la versión de Francesco Saporano de Yo, heredero, de Eduardo Filippo, con escenografía de Andrea D'Odorico.