Seis grandes multinacionales de la alimentación con presencia en el mercado español, Coca Cola, Mars, Mondelez, fabricante del chocolate Cadbury; Pepsico, Nestlè y Unilever, con marcas como Flora o Calvé, defienden la imposición de un nuevo etiquetado de los productos de alimentación que va a generar gran confusión entre los consumidores y puede suponer un peligro para la salud a la hora de utilizar esos alimentos.

Se trata de un etiquetado que ofrece información nutricional de los productos sobre la base de porciones aconsejadas de consumo y que se añadiría a la información actualmente obligatoria sobre cantidades estandarizadas de producto.

Esas seis multinacionales de la alimentación buscan instaurar un sistema de semáforos, rojo, ámbar y verde que visualice la información sobre contenido en grasas, azúcares y sal que tendría porciones estandarizadas de sus productos, de modo que, según defienden, el consumidor, de un vistazo,  pueda tener información sobre la salubridad de los alimentos.

Pero la propia Oficina Europea de los Consumidores (BEUC) y organizaciones de consumidores como la francesa UFC Que Choisir; la Federación Alemana de Organizaciones de Consumidores (VZBV), la española OCU o la británica Which ya han denunciado el altísimo riesgo que tendría este sistema al dejar en manos de los propios fabricantes la definición de las porciones estándar. Un sistema, denuncian estas organizaciones, que permite que una porción deliberadamente pequeña de un producto con altos contenidos en grasas, azúcares o sal pueda lucir una luz verde en el semáforo de información nutricional incluido en su etiqueta. Es un riesgo para la salud dejar que los fabricantes determinen a su conveniencia el tamaño de las porciones recomendadas, reiteran.

Expertos en salud alimentaria consultados señalan que es prácticamente imposible establecer porciones estandarizadas o adecuadas de consumo para un producto y que tenga valor de referencia. Adultos y niños consumen los mismos productos y cada uno con una pauta de consumo diferente. Es imposible determinar una porción válida para cualquier consumidor. ¿Qué niño que abre una bolsa de patatas fritas se come sólo tres unidades como aconsejaría el fabricante? Esa bolsa, con esa recomendación de consumo por porciones tendría un destacado semáforo verde que lo señalaría como producto saludable, señalan alarmados los expertos consultados.

Esas fuentes indican también que el actual sistema de información nutricional en las etiquetas permite comparaciones reales entre los contenidos en grasas, azúcares y sal de los alimentos y genera elementos de juicio ciertos para que el consumidor decida qué comprar.  Denuncian que el sistema de semáforos con referencia a porciones se quiere aprovechar de las condiciones de compra habituales, con un consumidor que apenas tiene tiempo para detenerse a analizar etiquetas y al que un sistema de colores induciría a decisiones rápidas de compra.

El riesgo para la salud que supondría este sistema, alertan las organizaciones de defensa del consumidor y los expertos en salud alimentaria, es muy elevado. Se puede disparar el consumo de productos alimenticios que sólo es recomendable utilizar de forma ocasional.

Las seis multinacionales que propugnan este nuevo sistema de información por porciones y mediante semáforos celebraron una conferencia en junio pasado con asistencia de expertos en consumo, salud alimentaria y normativa alimentaria para intentar dar consistencia argumental a su iniciativa y se prevé que próximamente celebren otra para recabar más apoyos.