Las sábanas, al estar en contacto directo con el cuerpo durante las horas de descanso, recoge aceites naturales, sudor y células muertas. Esto la convierte en una de las prendas que más requiere de una limpieza regular. Aunque puede parecer una tarea sencilla, muchos no son conscientes de la importancia de lavarla con la frecuencia adecuada para mantener la higiene y la durabilidad de las telas.
Jade Crooks, gerente de productos de la marca Dusk, sugiere que lo ideal es lavar la ropa de cama al menos dos veces al mes para evitar la acumulación de suciedad. Sin embargo, en caso de haber estado enfermo o de sufrir síntomas de alergias, Crooks recomienda en una entrevista con el medio danés, Nyheder 24, hacerlo con más frecuencia para evitar que bacterias o alérgenos se acumulen.
¿A qué temperatura hay que lavar las sábanas?
En cuanto a la temperatura de lavado, Crooks aconseja utilizar un rango entre 30 y 40 grados centígrados. Esta temperatura es lo suficientemente eficaz para eliminar aceites, sudor y bacterias, pero lo suficientemente baja para proteger las fibras de la ropa de cama y evitar su desgaste prematuro. Este método no solo ayuda a garantizar unas sábanas más limpias, sino que también contribuye a prolongar su vida útil, según expertos en el tema como los de Fantastic Services, que coinciden con la recomendación de Crooks.
Sin embargo, si han pasado más de dos semanas sin lavar las sábanas, los especialistas sugieren considerar un lavado a una temperatura más alta. De acuerdo con los expertos de Melt, es necesario lavar a 60 grados centígrados en estos casos para asegurarse de eliminar completamente las bacterias que puedan haberse acumulado, evitando así malos olores o la proliferación de gérmenes en las fibras del tejido.
Por su parte, los especialistas de Belledorm afirman que 40 grados es la "temperatura óptima" para lavar la ropa de cama, pero subrayan que, si se ha dejado más tiempo del recomendado sin lavar, un lavado a una temperatura superior puede ser necesario para garantizar su higiene.
En resumen, para mantener la ropa de cama fresca y libre de bacterias, lo ideal es lavarla regularmente a temperaturas de entre 30 y 40 grados. No obstante, si la limpieza se ha retrasado más de lo recomendado, un lavado más caliente puede ser la solución para asegurar una limpieza profunda.