Limpieza y brillo son dos de los objetivos más deseados al mantener nuestras superficies de vidrio impecables. Sin embargo, uno de los problemas más comunes al limpiar ventanas y espejos en casa es la aparición de marcas y rayas. Afortunadamente, existen métodos sencillos y efectivos para evitar este inconveniente y lograr resultados perfectos.

Trucos para limpiar ventanas

La limpieza de ventanas puede ser un desafío si no se siguen los pasos adecuados. La experta en limpieza Maxine Dwyer recomienda un enfoque sencillo y natural para evitar las molestas marcas. La clave está en utilizar agua tibia con una pequeña cantidad de jabón líquido. Para ello, basta con disolver el jabón en agua tibia hasta obtener espuma y, luego, usar un trapeador o paño para limpiar el cristal. Lo ideal es no limpiar toda la ventana de una sola vez, sino dividir el cristal en tres secciones. Comienza desde la parte superior y trabaja hacia abajo. Tras cada sección, es importante enjuagar bien el trapeador o paño con agua limpia. Para finalizar, pasa un paño de microfibra sobre el cristal para secar y pulir la superficie, lo que asegurará que no queden rayas.

Consejos para limpiar espejos

La limpieza de espejos es otro desafío común, especialmente cuando quedan marcas difíciles de eliminar. Para ello, John Cutts, experto de MeandMyGlass, sugiere un método sencillo: usar un paño húmedo para limpiar las manchas del espejo y luego repasarlo con un paño de microfibra en movimientos circulares. Este proceso pulirá el espejo sin necesidad de productos adicionales.

Una recomendación importante al limpiar espejos es evitar el uso de productos con solventes, ya que estos pueden dejar residuos y generar marcas. Además, no se debe exceder en la cantidad de producto utilizado, ya que esto puede causar manchas cuando se seque. Es preferible limpiar el espejo por secciones y hacerlo en un solo sentido para evitar rayas.

Remedios caseros efectivos

Para aquellos que prefieren métodos caseros, El Mueble delimita varias opciones. Una mezcla de agua, jabón y vinagre blanco aplicada con papel de periódico es altamente efectiva. Si prefieres evitar el vinagre, el jugo de limón también es una excelente opción, ya que además de limpiar, tiene propiedades pulidoras. Para espejos especialmente sucios, algunos recomiendan una mezcla de agua con alcohol, o incluso amoniaco, diluido en agua caliente, pero este método debe utilizarse con precaución.

En el caso de los espejos del baño, que tienden a acumular salpicaduras de agua y productos, la clave está en mantenerlos limpios después de cada uso. Un paño de microfibra puede eliminar la suciedad básica, mientras que el alcohol se convierte en el aliado perfecto para manchas más persistentes. Para los restos de gotas secas, es útil usar servilletas de papel humedecidas con alcohol.

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