La fregona es uno de esos inventos cotidianos que damos por sentados, pero que han revolucionado la forma en que limpiamos nuestros hogares. Desde su invención en España en los años 50, este sencillo utensilio ha pasado a formar parte indispensable de la limpieza doméstica en millones de casas. Sin embargo, por muy familiar que nos resulte, lo cierto es que la mayoría de las personas no la usa correctamente. De hecho, hay un error muy común que muchos españoles cometen al utilizar la fregona y que, lejos de dejar el suelo más limpio, puede estar esparciendo la suciedad por toda la casa. ¿Sabes si tú también caes en esta mala práctica?
Un 54% de los españoles comete este error al utilizar la fregona
Aunque la fregona es sinónimo de limpieza, lo cierto es que muchos hogares españoles cometen un error que pone en duda su eficacia: reutilizar el agua de fregado. Así lo advierte Ketan Patel, director de diseño de Dyson, quien explica que, "en el caso de las herramientas tradicionales, como las fregonas o las mopas, el problema suele ser la película de suciedad invisible que queda tras la limpieza. Esto ocurre cuando se utilizan con agua sucia o cuando las gamuzas reutilizables no consiguen eliminar completamente los restos".
El problema es más común de lo que parece. Según un estudio reciente de la mencionada compañía, más de la mitad de los españoles (54%) reutiliza el agua de la fregona. De ellos, un 42% solo la cambia cuando se ve muy sucia, y un 12% ni siquiera llega a renovarla. Solo el 42% restante toma una medida más higiénica: cambiar el agua tras limpiar cada habitación.
Este desfase entre la intención de mantener una casa limpia y las prácticas reales evidencia un punto débil en nuestros hábitos de limpieza. Y al mismo tiempo, plantea la necesidad de soluciones más eficaces: cubos con doble compartimento, sistemas que separen agua limpia y sucia, o productos que guíen al usuario hacia rutinas más higiénicas.
¿Es necesario barrer, cepillar o aspirar antes de pasar la fregona? Los expertos resuelven esta duda
Uno de los dilemas más comunes a la hora de limpiar el suelo es si realmente hace falta realizar una limpieza previa antes de pasar la fregona. Y la respuesta, según los expertos, es clara: sí, es necesario. De hecho, la mayoría de los españoles ya lo hace. Un 62% barre, aspira o cepilla antes de fregar para evitar que los residuos sólidos —como migas, polvo o pelos— terminen esparciéndose en lugar de eliminarse en el mencionado estudio de Dyson.
Este paso previo es clave para lograr una limpieza efectiva, ya que la fregona, por sí sola, no está diseñada para arrastrar suciedad gruesa. Sin embargo, también implica una doble carga de trabajo que muchos consideran excesiva. No es casualidad que el tiempo medio que se dedica a la limpieza doméstica en España supere las dos horas (130 minutos), una cifra que revela la complejidad del proceso.
Además, no solo es una cuestión de tiempo. Fregar el suelo se percibe como una tarea pesada: un 21% de los encuestados en dicho estudio la considera físicamente agotadora, un 17% se queja de que lleva demasiado tiempo, y un 19% menciona la frustración que suponen las zonas de difícil acceso. A todo esto se suman otros inconvenientes frecuentes, como lo mucho que tardan en secarse los suelos tras el fregado (20%) y el riesgo de resbalar si quedan restos de humedad (18%).
La solución, según los fabricantes de productos de limpieza, pasa por optimizar el proceso: utilizar aspiradoras húmedas o sistemas que combinen limpieza en seco y en húmedo puede ahorrar tiempo y esfuerzo, al eliminar la necesidad de realizar varias pasadas.
La fregona, un invento español
Aunque hoy nos parezca un utensilio universal y cotidiano, lo cierto es que la fregona tiene sello español. Fue el ingeniero Manuel Jalón quien, en la década de 1950, inventó este revolucionario sistema de limpieza que permitía fregar el suelo sin necesidad de agacharse ni escurrir el trapo con las manos. El invento se patentó y, poco a poco, fue ganando terreno en los hogares españoles hasta convertirse en un imprescindible. Con el tiempo, su uso se extendió por todo el mundo, cambiando para siempre la forma de limpiar los suelos.
Gracias a la fregona, la limpieza doméstica se volvió más higiénica, rápida y ergonómica. Hoy en día existen múltiples versiones: desde las clásicas de algodón hasta modelos más modernos con cabezales giratorios, sistemas de autolimpieza o cubos con doble compartimento. Pero todas comparten el mismo principio que Jalón ideó hace más de medio siglo: facilitar la vida en el hogar.
