París es una de esas ciudades que debería ser visita obligada de manera recurrente. Cada viaje nos permite descubrir una dimensión distinta de esta maravillosa urbe. En nuestro artículo de hoy proponemos una primera -e intensa- visita de un par de días que proporcione una visión general de la ciudad y de su amplio catálogo de atractivos.

Recorrer París a pie es un verdadero placer, sin embargo, no es una buena opción si en esta primera visita lo que se pretende es ver frecuentar el mayor número de zonas y monumentos posible. La opción del transporte público, tanto autobús, como metro, son perfectas. Existe además la posibilidad de alquilar una especie de "carricoche" turístico con conductor que nos facilita una ruta de hasta 5 o 6 monumentos con parada de unos minutos en cada uno de ellos. Su precio es de unos 20€, incrementándose este en caso de decidir visitar más zonas o atractivos. Resulta cómodo y práctico.

Primer día

Les Invalides

Se trata de un espectacular conjunto arquitectónico del siglo XVII mandado a construir por el rey Luis XIV con el objetivo de proporcionar un hogar a los veteranos de guerra heridos y lisiados. En su interior descansan en un mausoleo los restos de Napoleón Bonaparte. La zona ajardinada a su alrededor (Esplanade des Invalides) es muy frecuentada por parisinos y turistas para descansar, leer, hacer un picnic y hasta jugar una partida de cartas sobre la hierba.

Torre Eiffel

Es el símbolo más reconocido de la ciudad. Son cientos de miles de personas las que inmortalizan su imagen en fotografías con esta imponente torre de 300 metros detrás. Fue diseñada y construida con motivo de la Exposición Universal de 1889 y, como todo elemento rompedor y vanguardista, su diseño generó una cierta polémica en la época. Las tarifas de acceso oscilan entre los 10 y los 25€ en función de las plantas que decidamos subir y del uso de escaleras o ascensor (a la cima sólo se accede por este último medio).

Torre Eiffel París - Fuente: Maletamundi

El Jardín de las Tullerías

Estos jardines acompañaban al desaparecido Palacio de las Tullerías, un capricho encargado por Catalina de Médici que terminó convertido en residencia de la monarquía francesa durante el siglo XIX. Los jardines ocupan una gran extensión y están ubicados en un lugar privilegiado: entre el Museo del Louvre, la Plaza de la Concordia, la famosa Rue de Rivoli y el propio río Sena. Suelen acoger eventos y exposiciones y son verdaderamente espectaculares.

Notre Dame

La Catedral de Nuestra Señora de París, escenario y título de la famosa novela de Víctor Hugo protagonizada por Quasimodo y Esmeralda, se erige, decorada con sus reconocibles gárgolas, muy próxima a las aguas del Sena. Esta maravilla del gótico ha sido testigo de diversos momentos históricos como la coronación de Napoleón Bonaparte como emperador o la beatificación de Juana de Arco. Para acceder a las torres y disfrutar de las impresionantes vistas es necesario subir sus 422 escalones.

Museo del Louvre

Desde su construcción en el siglo XII, ha pasado por ser castillo y palacio, hasta convertirse finalmente en museo: la galería de arte que más visitas alberga a nivel mundial. La peculiar pirámide de cristal por la que se accede al recinto forma parte de una -relativamente reciente- modernización. Es una zona muy agradable para pasear y tomar fotos. La visita al museo es algo imprescindible y merece la pena reservar varias horas para una intensa inmersión cultural. Esta será una de las citas pendientes para un regreso de varios días o unas vacaciones completas.  Aún así, es muy recomendable dedicar un par de horas  de nuestra excursión exprés a deslizarse a través de colecciones y obras maestras como La Gioconda (Leonardo Da Vinci), Libertad guiando al pueblo (Delacroix), La gran odalisca (Ingres) o algunas de las muestras de pintores de nuestra tierra como Goya, Murillo, Zurbarán. Una experiencia única.

Segundo día

Sacre Coeur

La imponente Basílica del Sagrado Corazón es el punto más alto de París después de la Torre Eiffel. Al templo, con estilo arquitectónico de inspiración romana-bizantino, se puede llegar en funicular. Después de su visita se hace inexcusable pasear la zona donde está situada, el barrio bohemio por excelencia: Montmartre. Famoso durante el siglo XIX por sus cabarets y burdeles, fue cuna del impresionismo y hogar de famosos escritores y pintores como Modigliani, Picasso o Matisse que, bien se trasladaron a vivir a esta zona, bien trabajaron allí sus obras. Hoy el distrito conserva ese aire alternativo y está repleto de pintorescas tiendecitas, bares, museos y hasta música callejera.

Orillas del rio Sena

Ambas orillas del río Sena son, desde 1991, Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Pasear sus muelles, recorrer sus puentes y hacer un alto en el recorrido para tomar una copa de vino en alguno de los bares ubicados a sus riberas es una verdadera delicia. Si lo prefieres puedes optar por alguno de los muchos cruceros que se ofertan.

Si os queda algo de tiempo, una de nuestras citas preferidas está en Shakespeare & Company. Está situada en el Barrio latino y su mítica librera, Sylvia Beach, consiguió hacer de esta peculiar librería, especializada en literatura anglosajona, un lugar de gran interés frecuentado por escritores como Ernest Hemingway o Samuel Beckett. Es una preciosidad de lugar con diversas estancias en las que puedes leer pausadamente, consultar su ingente colección de libros y hasta saludar a Aggie, un simpático gato que vive allí y tiene hasta una sala preferida. ¡No te vuelvas sin tu libro con el sello original de la librería!

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