Almería es mucho más que sus impresionantes playas y sus calas escondidas. Almería también es cada uno de sus preciosos pueblos. Es un buen ejemplo el municipio de Níjar, que destaca por ser el más extenso de toda la provincia andaluza, pero sobre todo se distingue por su rica herencia cultural e histórica, que le ha llevado a ostentar el título de uno de los 116 pueblos más bonitos de España desde 2019.

Además, Níjar se sitúa aproximadamente a 30 km de la capital provincial y forma parte del parque natural de Cabo de Gata-Níjar, un área designada como Geoparque por la UNESCO hace más de veinte años, en 1999. Un parque conocido internacionalmente por la diversidad de playas y calas que se encuentran en sus 63 kilómetros de costa. Siendo las de San José, la ensenada de Mónsul, Playa de los Genoveses, Playa de Las Negras, Cala de San Pedro, y El Playazo de Rodalquilar​​, las más admiradas por los visitantes.

Una de las playa más impresionante de Almería, la ensenada de Mónsul, en Níjar.

Una de las playa más impresionante de Almería, la ensenada de Mónsul, en Níjar.

Orígenes e historia del pueblo de Níjar

El asentamiento humano en la zona de Níjar se remonta al Mesolítico, al final del Neolítico y a la Edad del Cobre, con la cultura de los Millares, y continúa en la Edad del Bronce con la cultura de El Argar. Los fenicios fundaron un templo en el Cabo de Gata, conocido como Promontorio de las Ágatas en honor a una de sus deidades. Los romanos, por su parte, establecieron fábricas de sal y explotaron las minas de Rodalquilar.

Durante el período de Al-Andalus, Níjar tuvo un papel menos destacado debido a su proximidad con Pechina, que durante ese tiempo fue una entidad política encuadrada en el emirato de Córdoba primero y el califato después, a la que nombraron como República Marítima de Pechina. No obstante, Níjar ganó acabó ganando cierta relevancia con la construcción de castillos y torres de vigilancia.

Tras la Reconquista cristiana en 1489 y las revueltas moriscas en 1568, el pueblo de Níjar quedó prácticamente desolado hasta el siglo XVIII. Sin embargo, el periodo de esplendor del municipio fue durante el siglo XIX, coincidiendo con inicio de la explotación minera en la zona.

¿Qué ver en Níjar?

Históricamente, Níjar se extiende desde la Sierra Alhamilla hasta el Cabo de Gata, lo que lo convierte en uno de los municipios más grandes de España. Este pueblo, situado al pie de la sierra, cautiva a quien lo visita con su bien conservada estructura de origen árabe, sus calles laberínticas y estrechas, sus casas encaladas, su iglesia mudéjar, sus artesanías y la calidez de su gente.

Preciosas calles blancas del pueblo de Níjar, en Almería.

Preciosas calles blancas del pueblo de Níjar, en Almería.

Níjar conserva un rico legado cultural que se manifiesta en sus joyas arquitectónicas y en sus tradiciones. La Iglesia de Santa María de la Anunciación, de estilo mudéjar y datada en el siglo XVI, es uno de los monumentos más emblemáticos del municipio. Esta iglesia alberga en su interior una Inmaculada del siglo XVIII, obra de Alonso Cano. La plaza La Glorieta, donde se sitúan la Iglesia y el ayuntamiento, constituye el corazón del pueblo, lleno de vida y un lugar idóneo para disfrutar de la hospitalidad local.

Desde el El Portillo, una de las antiguas puertas de acceso a la villa, se accede al barrio de la Atalaya, que destaca por su evidente influencia musulmana en las casas encaladas y las fachadas adornadas con macetas de flores. Además, el Museo Memoria del Agua, ubicado en el antiguo mercado de Abastos, documenta la importancia del agua en la región a través de exposiciones sobre los sistemas de riego y la agricultura.

Para los amantes de la fotografía, Níjar es un lugar imprescindible, pues desde su Mirador se pueden contemplar vistas impresionantes del pueblo y sus alrededores; mientras que desde la Torre de la Atalaya, que forma parte de los restos de la fortificación que defendía el pueblo, se pueden capturar panorámicas aún más espectaculares que incluyen al Mar Mediterráneo.

Torre de la Atalaya situada en el pueblo de Níjar, Almería.

Torre de la Atalaya situada en el pueblo de Níjar, Almería.

Destacan también este municipio almeriense sus espacios naturales, como el Mariposario y el jardín Cactus Níjar, que son paradas imprescindibles en nuestro recorrido. Por último, las tiendas de artesanía y alfarerías en la avenida Federico García Lorca no dejarán a nadie indiferente, siendo el lugar perfecto para adquirir recuerdos únicos y contribuir al talento local.

Jarapas tejidas por artesanos en Níjar, Almería.

Jarapas tejidas por artesanos en Níjar, Almería.

Los alrededores de Níjar

En cuanto a los alrededores de Níjar se refiere, no hay que volver a casa sin recorrer el Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar. Un espacio natural de origen volcánico que ofrece paisajes áridos impresionantes, una gran variedad de flora y fauna, y rutas de senderismo para explorar sus calderas y playas vírgenes.

Otras joyas naturales cercanas incluyen el Arrecife de las Sirenas, la Cala de los Toros (con su bosque de pinos frente al mar), La Isleta del Moro, un pintoresco pueblo de pescadores ideal para actividades acuáticas como el buceo o el snorkel, y la Cala de Enmedio, a la cual solo se puede acceder a pie, en Kayak o en barco, y que se considera una de las mejores playas de Europa por su aislamiento y belleza.

El Arrecife de las Sirenas situado en los alrededores de Níjar, Almería.

El Arrecife de las Sirenas situado en los alrededores de Níjar, Almería.

Gastronomía local

La gastronomía de Níjar refleja la diversidad de su entorno, desde la costa hasta el interior. Platos como el "arroz caldúo", similar a la paella, pero más caldoso, y el "arroz aparte" (o arroz a banda), son muy populares en la región. Este último se cocina en el caldo resultante de cocer pescado de roca y se sirve separado del pescado. Entre los guisos marineros, la "cazuela de fideos" es un plato imprescindible, elaborado tradicionalmente con pescado blanco frito sobrante.

No faltan en la cocina nijareña platos como el caldo pimentón, un caldo de patatas con pimiento, tomate y cebolla, que puede acompañarse con pescado como boquerones, sardinas o raya. Otros platos tradicionales incluyen los gurullos con jibia, los salmonetes con ajoblanco, y, para la época de Cuaresma, los garbanzos con bacalao. Además, en Níjar se aprecian los productos agrícolas de la región, como los extraordinarios tomates del Parque Natural de Cabo de Gata.

Níjar, protagonista en el cine del siglo XX

La belleza natural y la diversidad de los paisajes de Níjar han hecho de este municipio un escenario predilecto para la industria cinematográfica desde la década de 1950. Películas icónicas de los años 60 como Lawrence de Arabia y Cleopatra marcaron el inicio de esta era dorada del cine en Almería. El cineasta Sergio Leone, con su 'Trilogía del dólar' rodada entre 1963 y 1966 (Por un puñado de dólaresLa muerte tenía un precio El bueno, el feo y el malo), encontró en Almería el escenario perfecto para reinventar el género western.

Dos décadas más tarde, Níjar sería de nuevo escenario de una de las películas más famosas de la historia: Indiana Jones y la Última Cruzada, la tercera entrega de la saga. Entre las localizaciones de esta cinta se encuentra la Playa de Mónsul, anteriormente mencionada, conocida por su impresionante paisaje natural y aguas cristalinas, situada en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar. Esta playa fue el escenario de una memorable escena en la que el personaje de Sean Connery utiliza un paraguas para derribar un avión nazi.

El Indalo, la creencia ancestral de los almerienses

En 1868 fue descubierta una curiosa figura antropomorfa (representada en una pintura rupestre) en la Cueva de Los Letreros, que pertenece al municipio almeriense de Vélez-Blanco. Se trataba de lo que hoy conocemos como el Indalo, una figura que fue creada hace aproximadamente 4.000 a 6.000 años, la cual se ha interpretado de diversas maneras: desde un cazador con su arco, un ídolo religioso, o incluso como un hombre sosteniendo un arco iris, simbolizando protección contra el mal.

Un Indalo, el símbolo característico de Almería, dibujado en la Playa de los Genoveses, Níjar.

Un Indalo, el símbolo característico de Almería, dibujado en la Playa de los Genoveses, Níjar.

Aunque no es la única pintura rupestre de la región, el Indalo es, sin ninguna duda, la más enigmática y la que ha tenido mayor repercusión. Tanto así, que fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1998. 

En la actualidad, el Indalo se ha convertido en un símbolo característico de toda la provincia de Almería, que representa prosperidad y buena suerte. El origen etimológico de su nombre se asocia con San Indalecio, y en el lenguaje íbero Indal eccius significaría "dios grande, fuerte, poderoso y protector". Por tanto, el Indalo es todo un talismán de buena suerte, especialmente cuando se regala (guiño, guiño).

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