Siempre vigilando la majestuosidad del Atlántico asomado desde un rincón de la isla de La Gomera se encuentra Agulo, un pintoresco pueblo conocido cariñosamente como el "bombón de La Gomera" que forma parte de los 116 pueblos más bonitos de España. Este encantador municipio, el más pequeño de la isla, se presenta ante los ojos del visitante como un verdadero balcón verde hacia el vasto océano, ofreciendo vistas panorámicas inigualables que llegan hasta las cumbres del Teide en la vecina Tenerife

Vistas del Teide y Tenerife desde el pueblo de Agulo en La Gomera.

Vistas del Teide y Tenerife desde el pueblo de Agulo en La Gomera.

Historia y origen del "bombón de la Gomera"

Fundado el 27 de septiembre de 1607 por colonos mayoritariamente de Tenerife, su primer asentamiento fracasó, pero hacia 1620 se consolidó definitivamente la población. En 1739 se constituyó su ayuntamiento y se fundó la parroquia de San Marcos Evangelista. Más adelante, en el siglo XX Agulo destacaba en el cultivo del plátano, que contribuyó notablemente a su desarrollo económico.

Por otra parte, el origen del nombre de Agulo es objeto de diversas teorías: una sugiere que proviene de un término aborigen que significaba "agua que cae de lo alto en forma de cascada", mientras que otra lo asocia con "Angulu", un topónimo bereber de Marruecos, y una tercera hipótesis propone que deriva de la expresión bereber "a-wal-u", que se traduciría como "lugar cortado". 

¿Qué ver en Agulo?

Este pequeño pueblo se distingue por haber conservado su estructura original con una autenticidad que captura la esencia de los primeros asentamientos en Canarias. El casco antiguo de Agulo, con sus estrechas calles empedradas y sus tejados rojizos, es la prueba viviente de su historia, donde la Iglesia de San Marcos emerge como un emblema. Este templo, con sus blancas cúpulas de inspiración morisca y ventanales ojivales, presenta una fusión ecléctica que atrapa la mirada. Aunque su estilo neogótico pueda parecer desentonado, en realidad, enriquece el paisaje urbano con un toque de diversidad arquitectónica.

Curiosa Iglesia de San Marcos de inspiración morisca en Agulo, La Gomera.

Curiosa Iglesia de San Marcos de inspiración morisca en Agulo, La Gomera.

No obstante, el tejido urbano de Agulo se extiende más allá del casco histórico, con núcleos como La Montañeta, El Charco y Las Casas, cada uno con su propio carácter y atractivos. Por ejemplo, la Casa del Pintor José Aguiar, natural de Agulo, es una parada obligatoria para los amantes del arte y la historia. Un lugar que permite adentrarse en la vida y obra de uno los exponentes de la pintura canaria. También la plaza de Leoncio Bento, con su atmósfera acogedora, invita a los visitantes a detenerse, respirar y sentir el pulso de la vida en este pueblo de La Gomera.

Además, no muy lejos del centro se puede visitar la costa de Agulo desde su enclave costero, Lepe, que hace frontera con el municipio vecino de Hermigua. Allí las playas de callaos y piscinas naturales ofrecen un espectáculo de la naturaleza en su estado más salvaje y hermoso. La rudeza de sus acantilados y la serenidad de sus aguas crean un contraste que no deja indiferente a ningún viajero. Aunque la joya de Agulo es el Mirador de Abrante, que ofrece una experiencia incomparable, permitiendo contemplar Tenerife desde una perspectiva elevada y privilegiada. 

Espectaculares vistas desde el Mirador de Abrante de Agulo, La Gomera.

Espectaculares vistas desde el Mirador de Abrante de Agulo, La Gomera.

El Parque Nacional de Garajonay, bosque ancestral de laurisilva

El impresionante Parque Nacional de Garajonay, reconocido como Patrimonio Mundial por la UNESCO, se extiende a través de varios municipios de La Gomera, incluido Agulo, hogar del emblemático Centro de Visitantes de Juego de Bolas, un pequeño museo en el que se descubren todos los secretos y la magia del Garajonay.

 Parque Nacional de Garajonay, Patrimonio Mundial de la UNESCO, en La Gomera.

Parque Nacional de Garajonay, Patrimonio Mundial de la UNESCO, en La Gomera.

Este parque, un verdadero santuario natural que ocupa cerca de 4.000 hectáreas, es el corazón verde de la isla. Dominado por los ancestrales bosques de laurisilva, el Parque Nacional de Garajonay forma parte de la historia natural de nuestro continente al conservar uno de los bosques más antiguos de Europa. Su vegetación de un verde intenso alberga una biodiversidad única, con especies tanto animales como vegetales endémicas de la isla, que no se encuentran en ningún otro lugar del mundo.

Milenario bosque de laurisilva del Parque Nacional de Garajonay en La Gomera.

Milenario bosque de laurisilva del Parque Nacional de Garajonay en La Gomera.

Cabe destacar que este hábitat una vez se extendió por gran parte de la cuenca mediterránea, desapareciendo a lo largo de los milenios como consecuencia de los diferentes cambios climáticos que ha sufrido la Tierra, y permaneciendo en La Gomera como un vestigio de la naturaleza primigenia. En la actualidad, el bosque de laurisilva que alberga el Parque Natural de Garajonay es uno de los últimos bastiones de este ecosistema en nuestro planeta, compartido solo con algunos puntos remotos como Madeira y las Azores

Las Hogeras de San Marcos, un espectáculo incandescente

Agulo también se distingue por sus celebraciones que mezclan tradición, cultura y una profunda conexión con la naturaleza. Entre las fiestas más emblemáticas se encuentran las Hogueras de San Marcos, un evento único que tiene lugar cada víspera del 24 de abril. Durante esta celebración, las calles del pueblo se llenan de montículos de madera de sabina que son encendidos, creando un espectáculo de fuego y música donde los participantes saltan sobre las hogueras, llenando el ambiente de un aroma característico y dando vida a una tradición que se remonta siglos atrás.

Gastronomía insular de calidad

La cocina de Agulo, y de La Gomera en general, invita al que la degusta a experimentar un exquisito viaje por sabores únicos y tradicionales. El almogrote, una pasta intensa de queso curado mezclado con mojo picón, captura la esencia de la gastronomía gomera y se convierte en el perfecto prólogo para cualquier comida. Le sigue el potaje de berros, un guiso que combina la frescura de los berros con la sustancia de las papas y la carne, un plato reconfortante y lleno de matices. También las famosas papas arrugadas con mojo, que mezclan la sencillez de las patatas cocidas con la picante compañía del mojo rojo o verde, un clásico canario que nunca falla.

No menos importante es la tradición quesera de la isla, con quesos que varían desde frescos hasta curados, elaborados a partir de leche cruda de cabra, un auténtico manjar. Por último, es digna de mención la dulcería gomera, considerada el dulce colofón de esta travesía culinaria, donde galletas y bizcochos artesanales como los rosquetes de manteca y la torta de cuajada encantan a quienes tienen el placer de probarlos. Así como, la miel de palma, un símbolo de la isla, añade un toque dulce único tanto a platos salados como a postres, demostrando la originalidad y diversidad de la gastronomía local.

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