El Santo Cáliz de la Catedral de Valencia o Grial de Valencia es una de las joyas religiosas de las que más se ha hablado a lo largo de la Historia. Más allá de la connotación que tiene para el cristianismo, que a continuación comentaremos, está acompañado de una historia digna de estudio. De hecho, todavía hoy se analiza.

El Santo Grial de Valencia está roto. Sin embargo, no se aprecia, ya que la cara que se muestra de cara al público se encuentra en perfectas condiciones. Según el libro El Santo Cáliz de la Catedral de Valencia, de Antonio Beltrán, el cáliz se rompió de manera involuntaria en 1744. Los archivos de la época y el manual de Ana Mafé El Santo Grial relatan que fue reparado de inmediato. El encargado de llevar a cabo el arreglo fue el maestro platero Luis Vicent, quien juntó los pedazos esa misma tarde.

El cáliz se habría escapado, según los documentos del siglo, de las manos del canónigo Vicente Frígola, partiéndose en dos. Más allá de lo anecdótico y de las connotaciones que tiene una joya de estas dimensiones -especialmente en el sentido histórico- se rompiera, la impresión del accidente fue tal que el clérigo enfermó y murió días después.

El Santo Grial se utiliza la misma noche de Semana Santa en la que se conmemora la Última Cena de Jesús con los apóstoles. Se cuenta que sólo un puñado de personas fueron testigos de lo ocurrido, pero que la muchedumbre que se abarrotaba en la Catedral ese Viernes Santo en seguida se percató de la noticia, que corrió como la pólvora en cuestión de minutos.

El largo camino del Santo Grial

Hasta llegar a España, el Santo Cáliz hizo un recorrido de siglos por el mundo y por el propio país. La copa que Jesucristo utilizó en el que es uno de los momentos que marca la Semana Santa fue llevada de Jerusalén a Roma por San Pedro y utilizada por él y los sucesivos Papas de la Iglesia de Roma en las celebraciones eucarísticas hasta el año 258, cuando Sixto II ordenó sacarlo de la ahora capital italiana para protegerlo de la persecución del emperador Valeriano.

La reliquia llegó después a Huesca por medio de San Lorenzo. El Santo Grial estuvo un tiempo escondido en el monasterio de San Juan de la Peña hasta casi el año 1400, cuando fue entregado al rey Martín I de Aragón.

Él mismo trasladó la joya religiosa a la capilla del Palacio de la Aljafería para que más tarde, el también rey Alfonso el Magnánimo lo trasladase 24 años después al Palacio Real de Valencia.

El cáliz hizo de préstamo en 1437, cuando supuestamente el monarca tuvo que entregarlo para responder a su deuda con la Iglesia. A partir de ahí y hasta el siglo XVIII se conservó entre las joyas de la Catedral para, finalmente, ser instalado en la antigua Sala Capitular, habilitada como Capilla del Santo Cáliz ya en el año 1916.

Las otras copas de la Última Cena

El Santo Grial ha sido acuñada como la copa que Jesús utilizó en la Última Cena. Sin embargo, son varias las que a lo largo del tiempo se han disputado este honor. Algunas de ellas son:

  • El Grial de Antioquía: Se trata de una copa de dos litros demasiado grande para pasar de unas manos a otras. San Jerónimo dice que había dos copas, una de plata para el vino y otra de piedra para el pan.
  • El Grial de los Templarios: La orden acumuló donaciones durante siglos hasta que el por aquel entonces rey de Francia, Felipe el Hermoso, la expulsó tras acusarla de brujería. El cáliz se lo llevaron a Inglaterra.
  • El Grial de Francia: Estuvo protegido por las logias masónicas de Sainte Marie de la Mer, a escasos kilómetros de Arlés.
  • El Grial de la Patagonia: Protegida por un conglomerado de roca basáltica, está ubicado en una ciudad subterránea de la Patagonia Argentina.

¿Conocías la historia del Santo Grial? ¿Literatura o cine relacionado con él? ¿Alguna otra historia sobre reliquias religiosas? Te leemos.