Tal día como hoy, pero de 2012, el rover Curiosity de la NASA aterrizaba en Marte. El vehículo de exploración planetaria más avanzada de la agencia hasta el momento incorporaba dos dispositivos con tecnología española, por lo que fue un nuevo paso para el hombre y para la humanidad, pero, también para nuestro país.

No fue el primer vehículo de exploración que se envió al planeta rojo, aunque sí el más grande, ya que pesó 900 kilogramos. Pero, sobre todo, fue el más sofisticado en cuanto a instrumentación científica que se haya enviado nunca a otro planeta se refiere.

La misión contaba con importantes objetivos científicos dispuestos a cambiar la investigación espacial de los años venideros. Así las cosas, el papel principal del rover Curiosity era el de estudiar las condiciones atmosféricas y geológicas de Marte, lo que podía revelar si existió vida en el planeta.

Para ello, el vehículo dispuso de diez instrumentos científicos encargados de medir diferentes parámetros, siendo uno de ellos la estación medioambiental REMS, desarrollada y montada, precisamente, por completo en nuestro país: su estudio se llevó por medio del Centro de Astrobiología (centro mixto del CSIC y del INTA)

¿Y esto para qué sirve? La profundidad de la atmósfera del planeta no determina directamente si hay o no vida en Marte. Sin embargo, la atmósfera del planeta rojo y del nuestro es muy similar, aunque menos densa, por lo que la radiación ultravioleta es más intensa allí, mucho más dañina para la vida.

Pero el Curiosity es capaz de medir otros parámetros como la humedad o la temperatura. En los años posteriores el rover ha enviado todo tipo de datos después de rondar las rocas de los más de 150 kilómetros del cráter Gale. Y no solamente el REMS era español, también la antena rover, encargada de transmitir los datos.

"Los siete minutos de terror"

Con muchos nervios, como no puede ser de otra manera, y con más ilusión. El momento más esperado llegó tras un viaje de 567 millones de kilómetros, cuando el aparato se posó en el cráter tras una complicada maniobra que la NASA denominó como “siete minutos de terror” en los que temieron que algo pudiera salir mal.

¿Qué pasó con el 'rover Curiosity'?

En febrero de este mismo año, la agencia espacial ha difundido imágenes del robot que, tras casi una década de maniobras, ha experimentado un evidente deterioro. En concreto, ha sufrido la rotura de varias partes de sus ruedas construidas con aluminio.

El desgaste venía siendo evidente desde años anteriores, y es que en 2017 y 2018, el rover Curiosity empezó a decaer. Los daños, consideran los expertos, han sido causados por las rocas afiladas que ha tenido que subir el vehículo. De hecho, el motivo le impulsó a tener que cambiar la ruta inicial para evitar obstáculos similares.

Sin embargo, los científicos aseguran que los fallos que forman parte de lo que esperaban y que estos, en ningún caso cambia sus planes. Con todo, a día de hoy, el vehículo ha recorrido más de 27 kilómetros.

 Entonces, ¿hay vida en Marte?

Son muchas las observaciones -entre las que se incluyen el hito que se relata en estas líneas- que podrían llevar la firma de microbios, lo que daría una pista de que hay vida en Marte. De hecho, este mismo año el rover Curiosity  observó una mezcla de isótopos de carbono en las rocas del cráter que, de verse en nuestro país, serían un signo de vida. Además, el vehículo ha encontrado en su paso por el planeta rojo oleadas de metano, un gas que en la Tierra se produce de manera biológica.

Sin embargo, por el momento y con los resultados obtenidos hasta la fecha de este y otros aparatos inmersos en Marte, los científicos no pueden concluir que el planeta fuera habitado. En cualquier caso, lo que parece evidente después de años y años de investigación es que, de ser así, lo que haya podido existir en el planeta no se corresponde con la imagenque hemos obtenido del cine y la literatura. Es decir, ni vegetación estacional, ni vegetarianos gelatinosos ni, mucho menos, extraterrestres. 

 

El siguiente objetivo que tiene la ciencia para recabar información sobre el planeta rojo es traer a la Tierra trozos del mismo. Este será un paso de gigante ya que, de no lograr la respuesta esperada, al menos nos dará informaciones más profundas sobre el origen de nuestro planeta.