El paso del tiempo puede hacer que una deuda contraída con una tarjeta de crédito deje de poder reclamarse legalmente. Esto se debe a la prescripción, un mecanismo previsto en el Código Civil que impide a las entidades financieras exigir el pago cuando ha transcurrido un determinado periodo sin que se haya reclamado de forma adecuada.
¿Qué significa que una deuda prescribe?
La prescripción de una deuda implica que, una vez pasado cierto tiempo, desaparece el derecho de la entidad financiera a reclamar su cobro. Esto también significa que el titular de la tarjeta ya no está legalmente obligado a pagarla. Esta norma afecta tanto a tarjetas de crédito tradicionales como a tarjetas revolving, así como a microcréditos y préstamos rápidos.
¿Cuál es el plazo de prescripción?
El tiempo que debe pasar para que una deuda prescriba depende de cuándo se contrató la tarjeta:
- Si la tarjeta se firmó después del 7 de octubre de 2015, el plazo de prescripción es de cinco años.
- Si la tarjeta se contrató entre el 7 de octubre de 2005 y el 7 de octubre de 2015, la deuda prescribió el 28 de diciembre de 2020. Esta fecha tuvo en cuenta la suspensión de plazos administrativos durante la pandemia de COVID-19, según lo aclarado por la Sentencia del Tribunal Supremo 29/2020, de 20 de enero.
- Si la tarjeta fue emitida antes del 7 de octubre de 2005, se aplica un plazo de prescripción de 15 años, ya que estos contratos no se ven afectados por la reforma del Código Civil que acortó los plazos.
Condiciones necesarias para que la deuda prescriba
Para que una persona pueda dejar de pagar una deuda alegando prescripción, deben cumplirse dos requisitos:
- Que la entidad financiera no haya iniciado acciones judiciales ni extrajudiciales. Esto incluye, por ejemplo, el envío de un burofax o un requerimiento notarial en el que se reclame el pago.
- Que el deudor no haya reconocido de ninguna manera que la deuda existe, es decir, que no haya admitido que debe ese dinero.
Si se cumplen ambas condiciones y ha pasado el tiempo legal correspondiente, ya no se puede exigir el pago de la deuda.
¿Por qué casi nunca prescriben estas deudas? Esta es la explicación legal de una abogada
En la práctica, las deudas de tarjetas de crédito no suelen llegar a prescribir ya que, según explica la abogada Purificación García-Alcañiz, "las entidades financieras interrumpen el plazo al iniciar reclamaciones extrajudiciales y judiciales para el pago de la deuda"; es decir, suelen enviar reclamaciones de forma fehaciente —es decir, que quede constancia del contenido del mensaje y de su recepción— para interrumpir el plazo de prescripción. Una vez interrumpido, el contador vuelve a cero, y comienza de nuevo el plazo para poder reclamar la deuda.
Por eso es importante saber que no cualquier reclamación sirve: debe hacerse por medios que garanticen que el deudor ha recibido el aviso y que este contiene la información necesaria. De lo contrario, la reclamación no tiene efecto legal y la deuda podría seguir avanzando hacia la prescripción.
Fuentes