Uno de cada tres adultos sufre problemas para dormir, una cifra que pone de manifiesto que se trata de un problema de salud que afecta a una gran parte de la población. Muchos recurren a medicamentos para poder conciliar el sueño, pero pocos son realmente conscientes de los efectos que esto puede tener en su salud física y mental. Así lo explica el psiquiatra Alejandro Martínez Rico en un episodio reciente del pódcast El Pulso del Doctor Rojas, donde analiza cómo los trastornos del sueño están directamente relacionados con problemas como la ansiedad, la obesidad, la depresión, la hipertensión e incluso la demencia.
El sueño, clave para la salud mental
Según Martínez Rico, dormir bien es uno de los pilares fundamentales de la salud mental. "Lo primero que te va a preocupar un buen médico como el psiquiatra es que descanses bien. Si tú descansas bien, todo lo demás se viene solucionando", asegura. El especialista advierte que, si el sueño está alterado, cualquier tratamiento pierde eficacia: "Da igual lo que hagamos porque ni anímicamente vas a estar mejor, ni así va a estar mejor", dice, en referencia al estado general de bienestar.
También llama la atención sobre el uso excesivo e inadecuado de algunos fármacos para dormir. "En los últimos años han salido muchos estudios que han visto que personas que utilizan elevadas dosis de benzodiacepinas tienen más riesgo de Alzheimer, de deterioro cognitivo y que se ha hecho un uso muy inadecuado", afirma.
Malos hábitos que pasan desapercibidos
En la conversación, Martínez Rico señala en esta entrevista realizada por el cardiólogo Aurelio Rojas que muchos de los errores que se cometen al irse a dormir pasan desapercibidos, pero tienen un fuerte impacto en la calidad del sueño. "Hay muchas cosas y muchos hábitos que lo hacemos muy mal y que no somos conscientes de ello, que destrozan nuestro descanso", explica.
Uno de los errores más comunes, según el psiquiatra, es llevarse las preocupaciones a la cama. "Yo siempre digo que si quieres destrozar tu vida, convierte a tu almohada en tu psicólogo", comenta. Para él, este gesto —tan habitual en muchas personas— puede ser uno de los mayores enemigos del descanso.
Una rutina de descanso más consciente
La entrevista pone sobre la mesa la importancia de prestar atención al sueño como parte esencial de una buena salud general. Dormir mal no solo afecta al estado de ánimo, sino también al cuerpo y al funcionamiento del cerebro a largo plazo. Y aunque existen medicamentos que pueden ayudar en momentos puntuales, el mensaje del experto es claro: hace falta revisar los hábitos y abordar de forma consciente la higiene del sueño. El episodio completo del pódcast, que se puede escuchar en YouTube y Spotify, ofrece más detalles sobre cómo mejorar el descanso sin recurrir de forma abusiva a fármacos, y qué pequeñas decisiones diarias pueden marcar la diferencia.
Una buena calidad del sueño está relacionada con lo que se suele referir como un “sueño saludable”, y eso es algo que va más allá de la falta de trastornos de sueño y del impacto negativo de dormir mal. Un sueño saludable es aquel que está adaptado a las necesidades de la persona, es satisfactorio, tiene una duración y un horario adecuado, es estable durante la noche, sin que se produzcan despertares, y, en consecuencia, nos despertamos descansados y permanecemos despiertos y alerta durante el día.
Mejorar nuestros hábitos de vida, clave para prevenir el Alzhéimer
Algunas de las medidas para dormir mejor están al alcance de todos. La doctora Ana Fernández-Arcos ofrece varias recomendaciones prácticas para mejorar la calidad del sueño en un artículo publicado en la web de la Fundación Pasqual Maragall:
- Levantarse todos los días a la misma hora, exponerse a la luz natural y hacer algo de ejercicio por la mañana ayuda a regular los ritmos biológicos.
- Si se hace siesta, es mejor que no dure más de 20 o 30 minutos. Mantenerse activo por la tarde y evitar el sedentarismo favorece el descanso nocturno.
- Al final del día, conviene reducir el ritmo, bajar la intensidad de las luces y realizar actividades agradables. También es importante cenar temprano y elegir alimentos ligeros.
- El mejor momento para irse a dormir es cuando se empiezan a notar señales de sueño de forma natural.
- A la hora de dormir, hay que procurar un entorno adecuado: sin ruidos, con oscuridad y a una temperatura agradable.
Estas pautas, aunque sencillas, pueden marcar una gran diferencia en la calidad del sueño y, con ello, en la salud general.