Las expresiones que utilizamos en la vida cotidiana dicen mucho sobre nuestra forma de relacionarnos con los demás. Más allá del contenido de una conversación, el modo en que nos comunicamos refleja valores, actitudes y habilidades sociales que pueden fortalecer —o dañar— nuestras relaciones. La psicología señala que ciertas frases, aunque comunes, pueden ser señales de una baja capacidad para empatizar, colaborar o respetar a otros.

Desde la infancia se enseña la importancia de los buenos modales, como decir “gracias” o “por favor”, no solo por cortesía, sino porque ayudan a construir una convivencia más armoniosa. Howard Gardner, psicólogo y autor de la teoría de las inteligencias múltiples, sostiene que la inteligencia interpersonal —la habilidad para comprender y relacionarse adecuadamente con los demás— es clave para establecer vínculos significativos y respetuosos.

Sin embargo, los especialistas advierten que hay expresiones que indican lo contrario. Estas son siete frases que, según la psicología, suelen utilizar personas con una baja sensibilidad social o emocional:

“Es lo que hay”

Esta frase denota resignación y falta de empatía. Quienes la emplean tienden a no involucrarse en los conflictos o problemas ajenos, evitando también buscar soluciones. Puede interpretarse como una manera de cerrar cualquier intento de diálogo o mejora.

“No es mi problema”

Refleja una actitud individualista y poco solidaria. Según los expertos, quienes usan esta expresión suelen desentenderse de lo colectivo y priorizan sus propios intereses, lo que dificulta la cooperación y el trabajo en equipo.

“Te lo dije, siempre tengo la razón”

Más que una advertencia, esta frase suele expresar soberbia y necesidad constante de tener el control. Puede tensar las conversaciones y generar rechazo, ya que elimina la posibilidad de una discusión abierta y respetuosa.

“No me importa”

Utilizada en contextos emocionales, transmite frialdad e insensibilidad. Quienes recurren a ella pueden parecer desconectados de las emociones ajenas, lo que afecta la confianza en las relaciones personales.

“Así soy”

Suele acompañarse de una negativa implícita a cambiar. Esta frase indica rigidez y falta de autocrítica, y suele emplearse para justificar comportamientos que afectan negativamente a otros.

“Es una tontería”

Minimiza lo que otros sienten o piensan. Puede cerrar espacios de diálogo y provocar malestar, especialmente cuando se refiere a emociones que la otra persona considera importantes.

“No tengo tiempo para estas cosas”

Aunque parezca una excusa práctica, esta expresión puede leerse como una señal de desinterés. Repetirla con frecuencia da la impresión de que los asuntos o sentimientos de los demás no merecen atención.

Evitar este tipo de frases no se trata solo de cuidar las formas. El lenguaje refleja nuestra disposición a respetar, empatizar y construir relaciones saludables. Elegir bien las palabras puede marcar una gran diferencia en cómo nos perciben los demás y en la calidad de los vínculos que desarrollamos.

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