Todos tenemos metido en la cabeza algunos hábitos relacionados con el mejor momento para usar algunos equipos en nuestras casas en función de las tarifas empleadas: el lavavajillas, los acumuladores eléctricos y los equipos que consumen mucha energía, mejor por la noche y aprovechamos la tarifa nocturna. Tiene su sentido en el modelo actual. La producción energética que se realiza por la noche, dado que no pueden desconectarse algunas energías como la nuclear, eólica nocturna... no tiene una demanda de consumo igual que durante el día. La industria y la actividad en general demanda más por el día. Hay más oferta que demanda por la noche y se abarata el precio para facilitar su consumo. Por eso, por ejemplo, es muy adecuado apostar por el transporte ferroviario electrificado de mercancías por la noche.

Pero esto era y es así cuando producen otros y respondemos a la ley de oferta y demanda. Ahora empieza a ser distinto. Ahora yo paso de ser “solamente” cliente del mercado eléctrico a formar parte del sistema energético. Suena mejor y lo es.

El denominado autoconsumo, que por fin ha sido no solamente permitido sino que comienza a ser promovido y apoyado claramente por la administración española, significa un proceso de democratización de la energía. Yo puedo comprar y producir, el proceso es bidireccional. Y puedo producir para mi consumo, para vender o para las dos situaciones. Es similar a si tuviese un huerto en casa, podría usarlo para mi propio consumo, para vender mis productos y las dos cosas a la vez; nadie entendería que estuviese prohibido y que fuese obligatorio comprar solamente en grandes superficies.

La tecnología nos está dando buenas noticias y seguro que seguirá igual. Los paneles fotovoltaicos son cada vez más eficientes y mucho más baratos, los sistemas de acumulación son igualmente mejores y más asequibles, otras formas de reducir energía de forma limpia se están incorporando: geotermia, mini eólica... Y el futuro nos indica que además podremos producir energía con nuestros coches eléctricos. No solo consumen, sino que producen y recargan electricidad aprovechando el movimiento, son acumuladores energéticos. El mundo cambia, yo ya podré comprar, producir y acumular de forma eficiente y asequible cada vez más. Y por consiguiente, mis hábitos de vida cambiarán.

El precio al que yo pueda “colocar” la energía que genero con mis sistemas de autoconsumo siempre será inferior al precio que pagaré por comprar energía a un suministrador, aunque sea solamente por el coste o el pago por la gestión de la red. Dicho de otra forma, el “negocio” a nivel particular no estará en la venta sino en el aprovechamiento eficaz de la energía que generamos y en el ahorro energético de la que no necesitemos. Esto suena además bien para el planeta: eficiencia, ahorro energético y autoproducción.

En mi caso, estamos instalando un sistema de autoconsumo de energía eléctrica a través de paneles solares en nuestra casa. No queremos hacer negocio, queremos consumir la mayor cantidad posible de energía limpia, propia y a coste cero. Les iré contando sobre resultados, pero de momento todo pinta muy bien. La inversión es asequible, podremos amortizarlo directamente en siete años o en tres años si se cuenta con las reducciones de IBI que muchos ayuntamientos han sacado este año. Contamos con estar informados todo el tiempo de nuestro sistema a través de una app y seremos nosotros los que decidamos cambiar hábitos para aprovechar bien esa energía.

A nivel anecdótico, para no dejarse llevar solo por cifras, les contaré que el ahorro paradójicamente es mayor si Usted es un derrochador, porque partirá de un gasto mayor. Si, por el contrario, tienen ya incorporado su “chip ecológico” partirá de unos niveles de eficiencia altos y su ahorro será menor. No le pido que sea derrochador, es al revés, si lleva tiempo optimizando su consumo, ese ahorro ya lo lleva por delante, no parte de cero.  

En el plano práctico, varios ejemplos

Cambiaremos nuestros horarios de poner la lavadora, lavavajillas y similares de la noche a los momentos de máxima insolación, es decir pasaremos a ponerlo o programarlo entre las 12 y las 17 horas. Mejor consumir nuestra energía que comprarla. Para lo anoche buscaremos la tarifa nocturna que más nos convenga.

En breve, cuando vayamos con nuestro vehículo eléctrico a una gran superficie, un centro público o un parking, podremos lógicamente cargar estos coches usando para ello cargadores que usarán la energía solar (en La Granja de San Ildefonso, por ejemplo, ya se puede hacer), pero también podremos en breve “vender” la energía que hemos generado al conducir en esos mismos cargadores.

Y finalmente, algo que ya se está haciendo en Madrid y Barcelona, que es el aprovechar las plazas de aparcamiento de comunidades de vecinos, empresas, hoteles, parking en las hora en las que los propietarios no ocupan sus plazas para cargar los vehículos de carsharing que se mueven por la ciudad.

Se trata de optimizar recursos, coordinar y cooperar. Vienen buenos tiempos con la energía.