Dijeron que el recorte de velocidad sería -en términos económicos- insignificante, irrelevante y muy peligroso desde la óptica de las libertades. Sí, sí, así lo dijeron. No faltaron fachas populares que, para protestar contra el Gobierno socialista, levantaron la bandera de su libertad, que es la única que conocen. Decían airados que estábamos frente a un Gobierno totalitario que pretendía meterse en nuestras vidas prohibiéndonos fumar, impidiendo paulatinamente que bebamos alcohol y luego impidiendo ponernos al volante del coche, si nos diera la real gana. Y encima insistían nos obligaban a no pasar de 110 kilómetros/hora.



Era una falacia
Decían también que esta normativa nos alejaba de cualquier país de nuestro entorno. Y era una falacia.  Naturalmente los agentes derechistas increpaban al Gobierno y exigían que se adelantaran las elecciones generales. Decían que con Mariano Rajoy en la Moncloa habría gasolina al alcance de todos e iríamos por las autopistas, según la doctrina Aznar, como quisiéramos.



Un periodista de la caverna
El tal Quevedo (Francisco), uno de los periodistas de la caverna, escribió en el diario conservador digital El Confidencial una frase para la historia: “A 110 por hora va ir la santa madre del señor ministro.” Los ultramontanos de La Gaceta repartían negativas contra los 110 km./hora y señalaban que era una “represión al conductor” y exhortaba a sus lectores que pidieran al Gobierno no “cohibir” al conductor y centrar sus esfuerzos en acabar con la crisis y el paro.



En Cuba
Pero el más lucido de los protestantes fue el inefable Esteban González Pons. La rebaja del límite de velocidad dijo que le parecía “una medida soviética” y “una de las improvisaciones más caóticas, más ridículas y más esperpénticas” del Gobierno Zapatero. “Como ciudadano me siento indignado, como político me siento asombrado (…) Son medidas soviéticas a las que deben estar acostumbrados en Cuba. Y añadió: “Los españoles apreciamos y defendemos la libertad, y estamos dispuestos a luchar por ella”.

Pandilla de mentirosos
¿Qué dice ahora esta  pandilla de mentirosos y de farsantes, con González Pons a la cabeza? ¿Y por qué no dimite, Sr. González Pons, después de haber metido la pata hasta el corvejón  con lo de los 110 por hora y haberse mofado del conjunto de los españoles?

Enric Sopena es director de ElPLURAL.COM