Una página entera de La Gaceta es dedicada estos días a la publicidad del mencionado libro con un reclamo como éste: “El libro que nuestros políticos deberían leer”. Pues bien, ese tan loado e importante libro -según Intereconomía- no hace más que confirmar que, en efecto, el citado Grupo circula ideológicamente por la vía del Tea Party o del catolicismo integrista y cavernario.

Constitución, no
Donoso Cortés era partidario de la Carta Otorgada y no de la Constitución, como la de 1837-1845, heredera de la de Cádiz y que se fue deshilachándose hasta convertirse en agua mojada. Ni esa Constitución le parecía bien a Donoso. Abdicó del liberalismo en público y, en París, entabló amistad con Louis-Gabriel Bonald y Joseph de Maistre.

Dos radicales reaccionarios
Ambos personajes eran radicales reaccionarios y enemigos acérrimos de la Revolución Francesa. Bonald (1754-1840) atacaba siempre la Declaración de los derechos del Hombre y del Ciudadano, el contrato social de Rousseau y todo lo que oliera a libertad y democracia. Sostenía que el poder venía de Dios y condenaba el divorcio por ser un “veneno revolucionario”.

Acontecimiento “satánico”
De Maistre, por su parte, escribió un libro titulado Consideraciones sobre Francia (1797). La Revolución la criticaba diciendo que era un acontecimiento “satánico”. Y añadía que había sido además “radicalmente malo”. Donoso hizo suyas básicamente las ideas de Bonald y De Maistre.

¿Orgullo humano?
Predicaba Donoso en sus escritos cosas como éstas: “La secularización de la sociedad y el liberalismo son obra del orgullo humano. El castigo de este pecado es la Revolución, evitable mediante la sumisión al cristianismo y a la Iglesia católica”.

Pensadores nazis
En el siglo XX, el ensayo de Donoso sirvió de referencia a no pocos pensadores nazis. Sobresalió, en elogios a Donoso, el principal jurista del régimen hitleriano, Carl Schmitt. ¡Y luego dirán que Intereconomía no es de extrema derecha! Eso no se lo cree nadie.

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM