No ha sido ésta una semana fácil para el president de la Generalitat, Quim Torra. Uno de los  principales problemas de Torra es que mucho más que president es activista y eso le lleva a soltar bravuconadas que no es capaz de defender. La última ha sido amenazar a Pedro Sánchez con retirar el apoyo de CDC-PDCAT-JxCAT...(añadan en los puntos suspensivos el correcto si en estas horas han cambiado de nuevo de nombre) si antes de noviembre no presenta una propuesta para facilitar el derecho de autodeterminación de Catalunya. 

Lo comunicó, como ya es costumbre, sin comunicárselo a sus socios de Gobierno (ERC), pero, sobre todo, sin hacer antes el mínimo cálculo de las consecuencias que podía tener semejante reto. Resumiendo, se hizo un Froilán. Pedro Sánchez al oírlo, como uno de los protagonistas de "Golfus de Roma" que al llegar a casa se encuentra con que hay montada una orgía en su hogar, debió mirar hacia el cielo y decir: "Gracias a quien me haya organizado esto". La fantasmada de Torra le viene al dedo al Gobierno, para dejar en entredicho las acusaciones de debilidad ante los independentistas que la derecha lanza cada dos o tres minutos.

La respuesta a semejante error hay que buscarla en que tanto Torra como el resto de sus compañeros de partido están fuera de lugar, absolutamente descolocados. Durante décadas los convergentes (vamos a simplificar llamándolos por el nombre que han conservado más tiempo) han sido el partido del establishment, tan alejados de la mínima tentación revolucionaria como el Partido Popular. A diferencia de ERC, son unos recién llegados al bando independentista, y se ven en la obligación de sobreactuar, y en eso son casi tan exagerados como Toni Cantó. 

Como son nuevos en el patio del instituto público, ellos que siempre habían ido a colegios privados, tienen mucho miedo. Ante la mínima amenaza, manifestación o crítica, reaccionan como lo hacen los débiles, uniéndose a quienes temen. Por eso Torra, ante el pavor de que pudieran recriminarle falta de determinación, animó a los CDR a "apretarlos" más en el aniversario del 1 de octubre. 

Para quienes hemos vivido durante décadas gobernados por Convergència, verlos ahora al frente de las manifestaciones, por delante de ERC e incluso de la CUP, resulta poco menos sorprendente que si aterrizara una nave espacial en la plaza Catalunya. Aunque ahora que lo pienso, quizá la semejanza entre Jordi Puyol y el maestro Yoda no sea simple casualidad. De hecho, una de sus frases más conocidas, de Yoda no de Jordi Puyol, explica muy bien la actual situación: "El miedo es el camino hacia el lado oscuro. El miedo conduce a la ira. La ira conduce al odio. El odio lleva al sufrimiento. Siento mucho miedo en ti"... President.