En lo más cruento de la pandemia se puso de moda la conocida frase, que se atribuye al filósofo mejicano de Güemez: "Se está muriendo mucha gente que no se había muerto antes".

En lo que llevamos de siglo XXI, en Europa ya hemos soportado una pandemia, una gravísima recesión económica y estamos en una guerra que parece ir camino de extenderse por el continente.

Por primera vez en décadas, estamos viendo imágenes de millones de europeos que han tenido que huir de sus casas para salvar sus vidas, dejando atrás familiares y pertenencias. La historia nos ha tomado al asalto. Nos creíamos a salvo de nuestro ayer, sin darnos cuenta de que nuestro pasado sigue siendo el presente para la mayor parte del planeta.

La guerra de Ucrania es una más de las muchas guerras que está padeciendo el mundo. Los exiliados ucranianos son una gota de agua en el mar de refugiados que malviven en el globo.

En una escena de la película basada en hechos reales, "Hotel Ruanda", Don Cheadle, que interpreta el personaje del director del hotel, le pregunta a un coronel de los cascos azules sobre qué van a hacer para defender a los miles de tutsis que se han refugiado en su establecimiento huyendo de la matanza de los hutus. El coronel, papel que interpreta Nick Nolte, lo mira con tanta tristeza como impotencia, y le responde: "Nada, nadie va a hacer nada por vosotros, sois negros en África". Y así fue, fueron asesinados el 70% de los tutsis, un millón de africanos negros. El sufrimiento de los demás no atenúa el nuestro.

Que mueran cada año millones de personas en guerras o hambrunas en el mal llamado Tercer Mundo, en nada alivia el padecimiento y la angustia que ahora sienten los ucranianos. Toda ayuda que podamos darles es poca, toda solidaridad insuficiente. Pero no olvidemos que el drama que ahora vive una sorprendida y escandalizada Europa, es para gran parte de la humanidad más desfavorecida, un simple día más en la oficina.