Me dice mi amigo y compañero Miguel Valero que los dos grandes proyectos de Rajoy, el empleo y la confianza, se han venido estrepitosamente abajo. Y lleva razón. En primer lugar una reforma laboral que ha llenado de incertidumbre a los trabajadores y que servirá, según dice el propio presidente, para generar seiscientos mil parados más este año.

En segundo lugar, haber sido capaces de presentar una primera reforma financiera infantil en febrero, una segunda reforma financiera temeraria en mayo, haber acabado por desorientar Bankia, haber mentido con las cuentas públicas y sus déficits (Madrid y Valencia), haber provocado una desbandada de 66.000 millones de euros de los depósitos en marzo y de 32.000 millones de euros en abril, haber llevado en definitiva al abismo a la economía española. Total, haber destruido cualquier confianza tras el rescate y la intervención de la troika.

Para mayor abundamiento Cristóbal Montoro ha sido capaz de subir los impuestos directos, el IRPF, a los trabajadores y clases medias, sacándoles de sus bolsillos 4.100 millones de euros, derrumbando la demanda agregada y ahondando a la nación en la recesión.

Sin empleo y sin confianza, a Mariano Rajoy ya sólo le queda alguna ley que aprobar para poder decir que ha hecho algo. No sigo con la suma de ocurrencias, la cuerda de normas reaccionarias –educación para la ciudadanía, la nueva ley del aborto-, que han puesto en marcha de forma inopinada e inoperante.

Lo importante es que Mariano Rajoy, como dice Miguel, ha caminado sobre dos ejes –lean su discurso de investidura-, dos pilares básicos sobre los que sustentar, decía, la legislatura: el empleo y la confianza.

Rendidos ante el paro, habiendo arruinado nuestro crédito, ya sólo le queda poder explicarlo. Explicarlo ante el Parlamento de la Nación para que todos los españoles conozcan las dimensiones de un fracaso en tan solo cinco meses.

Ni eso. Se niega a comparecer en sede parlamentaria antes de julio para comentar el rescate. Se niega a comparecer antes de la Cumbre Europea. Una falta de respeto a los ciudadanos, al Parlamento y a la democracia, que no tiene precedentes. La Mesa del Congreso de los Diputados tendrá que habilitar el mes de julio para que pueda el Presidente del Gobierno de España dar explicaciones.

Nunca nadie fracasó tan estrepitosamente en tan poco tiempo. Parece como si se hubiera terminado ya la legislatura.

Antonio Miguel Carmona es miembro del Comité Federal del PSOE, Secretario de Economía del PSM-PSOE, Portavoz de Economía y Hacienda del PSOE de la Asamblea de Madrid y Secretario de Economía y Empleo del PSM-PSOE