¿Pero cómo puede pedir ahora Rajoy –sin sonrojarse- “el apoyo de todos”? No lo olvidemos: aquel que ha capitaneado el principal partido de la oposición en los últimos tres años –desde que comenzara la crisis económica internacional-, negando el auxilio al Gobierno presidido por José Luis Rodríguez Zapatero, carece de autoridad moral y de autoridad ética como para hacerse el humilde demandando ayuda a todos. El PP negó en la práctica, una y otra vez, respaldar a Zapatero, incluso en momentos muy delicados.

Zapatero, el culpable
Estos patriotas populares lo que hicieron es poner a Zapatero a caldo, insultándolo y humillándolo sin escrúpulos ni mandangas. Rajoy y su entorno de palmeros y de periodistas cavernarios repitieron hasta la saciedad que el máximo culpable de la crisis era el presidente del Gobierno. Que se vaya cuanto antes, propagaban a los cuatro vientos. Lo que necesitan los españoles es un cambio de Gobierno, clamaban. Los socialistas han hundido nuestra economía y han logrado el record de parados, insistían. Un Gobierno popular, presidido por don Mariano, sería –reiteraban constantemente- el principio del fin de la crisis.

Demagogia barata
Pero más allá de los errores que haya cometido Zapatero, la verdad es bien diferente a la demagogia barata, pero sí lamentablemente eficaz, de los trompeteros ultramontanos. La crisis no sólo no ha desaparecido de país alguno, sino que –precisamente durante estos días- sus zarpazos continúan siendo cada vez más peligrosos. Los mercados se tambalean debido al temor de que estemos entrando en una segunda recesión.

“Después de un agosto penoso”
Diagnóstico publicado por los periódicos de mayor prestigio como El País ayer mismo: “Si alguien pensaba que septiembre iba a ser un bálsamo después de un agosto penoso, cada día aparece un nuevo dato que hace pensar que lo peor está por venir: la mayor economía del planeta, EEUU, no fue capaz de crear ni un solo empleo neto el mes pasado (…) Hay temor a una recaída en la economía global (…) Ese pesimismo no es exclusivo de las Bolsas. La agitación ha vuelto también al mercado de deuda (…)” “Las dudas sobre los planes de ajuste en Italia y Grecia avivan las tormentas”.

Su único objetivo vital
Y va Rajoy, que se ve ya en la Moncloa, que es su único objetivo vital, y nos comunica que él no tiene una “varita mágica”. Tampoco la tuvo Zapatero y entonces Rajoy lo machacaba por tierra, mar y aire. Nadie ha tenido ni tiene en España -ni en todo el orbe cristiano conocido- una “varita mágica” para triturar la crisis. Cayó el Gobierno portugués de José Sócrates, empujado a patadas por la derecha lusa. Sucedió en junio. El actual primer ministro, Pedro Passos Coelho, observa impotente cómo no ha habido milagro alguno. Ni siquiera en Fátima.

Cortinas de humo
Señaló el Gobierno de la derecha portuguesa, nada más ganadas las elecciones, que iba a abandonarse “la inestabilidad e incertidumbre de los mercados”. Cortinas de humo, tomaduras de pelo, cinismo a tope. La situación en Portugal no ha mejorado. Ha empeorado. Vale mil veces más como presidente del Gobierno Alfredo Pérez Rubalcaba que Rajoy. Rubalcaba tampoco tiene “varita mágica”. Pero al menos no se hace ya el víctima.

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM