En Barcelona, estos días, han pasado muchas cosas importantes para entender lo que nos pasa con Rajoy. Primero, el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, ha pedido que se resuelva cuanto antes la crisis financiera española; segundo, el ministro español de Economía ha dicho que seguramente será preciso en pocas semanas un “vehículo” para colocar los activos inmobiliarios que poco valen hoy.
Por cierto, Luis de Guindos ha empezado a hablar el nuevo lenguaje pepero: no dice “banco malo” (que es lo usual en todo el mundo financiero) dice “vehículo” que ciertamente me puede confundir a mí, pero que no confunde a nadie ni en Londres ni en Nueva York. Y él lo sabe. Es impresionante lo tontos que nos consideran los gobernantes de hoy a los españoles.
Pero, claro, el presidente del Banco de Santander, Emilio Botín, no es tonto y sabe lo que significa para su institución eso del “vehículo”. Ha tardado horas en responde en público que “el sistema financiero español no necesita un banco malo”. Ni “vehículo” ni historias: señor de Guindos, el señor Botín le pide que cada banco aguante sus problemas y que usted sepa separar los bancos quebrados de los que pueden soportar la crisis.
Luis de Guindos, empezó muy decidido a defender la idea de separar los activos bancarios podridos de los sanos. Bien planteado. Pero al presidente Mariano Rajoy le entró en pánico. Y ya tenemos un lío que pagaremos todos los españoles por no clarificar las cosas (las cuentas).
Ahí tenemos a ese disparate que se llama BANKIA que presenta sus cuentas a la Comisión del Mercado de Valores con retraso y ¡sin haber pasado por una auditoría! Las cuentas que ha presentado (sin auditar) son de escalofrío.
Lo siento, Miguel Angel Fernández Ordóñez, gobernador del Banco de España: te he admirado siempre, pero que te vayas a marchar de ese cargo sin decir la verdad sobre BANKIA no puedo aceptarlo.
Naturalmente que por encima de MAFO está Rajoy, pero la incapacidad de Rajoy para responder a un reto desordenado de unas antiguas Cajas en crisis, sólo lo puedo explicar por el miedo.
Rajoy tiene miedo al mundo del dinero, no sabe cómo manejarlo pero sabe que ahí está hoy la base de la crisis.
Oiga, D. Mariano, comprendo que hay que tragar con nacionalizaciones allá por América, lo incluyen las empresas en sus cálculos de riesgo, pero tener que aceptar imposiciones de ciertos colectivos financieros en España, es muy raro.
Dígame la verdad, señor Rajoy, ¿por qué le tiene tanto miedo al mundo del dinero?
