Aznar dice que Vox es "un partido que quiere hacer reformas dentro del orden". Aznar dice que: "España tiene mucha suerte de que Casado esté al frente del PP". Aznar elogia a Rivera "como alternativa política". Aznar aboga "por una intervención a fondo en Catalunya para restablecer el orden". Aznar en televisión, Aznar en la radio, Aznar en la prensa escrita y Aznar en internet. Aznar tratado como estadista, como politólogo, como empresario de éxito, como figura internacional. ¿Pero quién es de verdad José María Aznar? 

Por lo que sabemos del expresidente del Gobierno y del Partido Popular, la primera impresión es que quizá le estemos dando demasiada importancia a las opiniones de un personaje cuya altura moral e intelectual no difiere en exceso de la física. Parece que han pasado dos siglos, pero no está tan lejana la fecha de marzo de 2004, en la que José María Aznar protagonizó uno de los actos más infectos que se recuerdan en la historia de la democracia española (ésta y las anteriores) al mentir a los españoles sobre los atentados del 11-M, poniendo en grave peligro la investigación policial, para intentar salvar las elecciones generales que se celebraban tres días después.

La misma persona que ahora pide una intervención a fondo en Catalunya y que critica cualquier intento de negociación del gobierno de Pedro Sánchez, es exactamente la misma que consiguió su primera presidencia gracias al apoyo de los nacionalistas catalanes, vascos y canarios. El mismo que fingía hablar catalán en la intimidad para contentar a Jordi Pujol, que se refería a ETA como "movimiento de liberación vasco" y que acercó a 135 presos etarras aún antes de haber iniciado la negociación con la banda terrorista.  

Aznar fue el presidente que metió a nuestro país en una guerra en contra de la decisión de la ONU y que, como siempre recurriendo a la mentira, dijo aquello de: "Irak tiene armas de destrucción masiva, puede usted (al periodista que lo entrevistaba) estar seguro, y pueden estar seguros todos los que nos ven que les estoy diciendo la verdad". Su pretendida relevancia internacional se limita a haberse hecho una foto con la manita de George Bush sobre su hombro (en señal de sumisión) y a que se le permitiera poner los pies en la misma mesita que el expresidente de los Estados Unidos. 

Si que hay que reconocerle a José María Aznar un récord mundial, es el jefe de Gobierno que más ministros tiene procesados judicialmente, ni más ni menos que doce de catorce, es decir casi el 90% de los miembros de su gabinete están, han estado o pueden estar en prisión. Siendo él presidente del PP, su partido se financió, según sentencia judicial en firme, ilegalmente. No vamos a enumerar todos los casos en los que está implicado el partido que el presidía, porque no quiero cansarlos con el uso del scroll, pero siendo el más sonado el caso Gürtel, "pueden estar seguros de que les digo la verdad" cuando afirmo que no es el más escabroso. Y a la corrupción se unen las maravillosas gestiones que hizo en los casos Prestige y Yak42.

Y, como remate, su pretendida buena gestión económica, que nos dio poco más de seis añitos de bonanza, resultó ser la semilla de la burbuja inmobiliaria. Y mira que al frente del negociado tuvo el buen ojo de colocar, ni más ni menos, que a Rodrigo Rato.

Después de este somero repaso, no había espacio ni tiempo para más, ¿de verdad creen ustedes que tenemos que estar pendientes de lo que diga Aznar? A mí lo único que me parece encomiable de este hombre es la entereza con la que está llevando la parálisis facial que le impide prácticamente el habla.