Las elecciones municipales y autonómicas están ahí. BILDU ha hecho su aparición ayer por la noche como si de un trece de Mayo se tratara. El Tribunal Constitucional abre el camino a la presencia de BILDU para que pueda presentarse dentro de la legalidad a las elecciones. Otra cosa había fallado el Supremo. Pero el Constitucional prima sobre el Supremo. Y ahora todos hablan de jueces progresistas y conservadores, de posturas políticas de unos y otros. Todos respetan aunque en realidad nadie respeta la decisión, todos respetan pero nadie está de acuerdo, todos respetan pero todos impugnan, todos aceptan pero nadie acepta.

Los jueces son nombrados como consecuencia de pactos siempre tirantes entre partidos. Este acuerdo no presupone la profanación de la independencia judicial. Pero es comprensible que cada juez, como sujeto consecuente consigo mismo, no pueda ausentarse de su propia personalidad jurídica. La piel es la frontera que mantiene nuestra personalidad sin menoscabo de nuestra trascendencia. A través de esa piel nos unimos al mundo y se interioriza el amor como asunción gozosa del otro.

Siga leyendo en el Blog de Rafael Fernando Navarro